La sinfonía del alma (entrevista a Antonio Damasio)

“Mi alma es una orquesta oculta;
no sé qué instrumentos tañe o rechina,
cuerdas y harpas, timbales y tambores, dentro de mí.
Sólo me conozco como sinfonía”.

Fernando Pessoa. El Libro del Desasosiego.

Fui a Lisboa, entre otras cosas y sin saberlo, en busca de Bernardo Soares. Ese tímido e inane personaje se dedicaba a la contabilidad en un pequeño negocio, mientras llevaba, infeliz y lúcidamente, la cuenta de sus límites como ser humano.

Bernardo bien pudiera haber existido, teniendo una vida propia e independiente. Pero todo lo que tenemos realmente de él son una gran cantidad de fragmentos escritos por un poeta, Fernando Pessoa, agrupados por diversos eruditos de diversas formas en el llamado, en sus distintas versiones, Libro del Desasosiego.

El poeta vivió en Lisboa su corta vida, entre el siglo XIX y el XX. Esta ciudad, cuya faz apenas se ha transformado desde que Pessoa recorriera sus calles, ha sido también la cuna de otro sabio eminente, de nombre António Damásio (en adelante sin las tíldes de la grafía portuguesa).

Damasio, dedicado a la ciencia médica, no parecería en principio el mejor candidato para conmover las almas de las gentes, ni para hacer una introspección metafísica fértil. Durante muchos años , las ciencias y las humanidades han permanecido separadas, pareciéndole a cualquiera que contemplase sus respectivos dominios tan aisladas e impermeables la una a la otra como el agua y el aceite.

Pero el estudio de la historia del hombre, más allá de las civilizaciones y las culturas, en lo que tiene de anterior, de natural, y el de su mente, más allá del discurso racional con el que justifica superficialmente su actuar en el mundo, ha llevado a la ciencia a penetrar los dominios de las humanidades, subterráneamente. Llegado un punto solo había que ascender hasta llegar a las emociones, los sentimientos, la consciencia, el simbolismo, el lenguaje, el arte, la religión o la filosofía.

La ciencia tiene que explicar cómo las cosas van de abajo arriba. Antonio Damasio ha hecho aportaciones fundamentales al entendimiento de cómo el alma emerge desde lo profundo del cuerpo, de cómo la sinfonía del alma puede sonar gracias al tañir y rechinar de los instrumentos evolucionados en nuestro cerebro, exquisitamente imbricados entre sí y con el resto del organismo del que forman parte.

Además de realizar una investigación médica rigurosa con pacientes neurológicos, ha escrito algunas obras maestras del ensayo como El Error de Descartes, El Sentimiento de Sí o En Busca de Spinoza.

Frente a la poética pessoana, que plasma en una serie de imágenes simbólicas el fluir de la mente del poeta, tenemos la poética de la neuroimagen funcional de Damasio que, sin abandonar el recurso pessoano, contempla el paisaje vivo de la mente humana en movimiento, a través de una sucesión de instantáneas de la actividad cerebral de personas tanto sanas como enfermas del alma.

En El Error de Descartes nos revela la sorprendente transformación del disciplinado y moralmente irreprochable Phineas Gage, trabajador del ferrocarril estadounidense del siglo XIX, en un ser depravado e impulsivo. El paso de Doctor Jenkyl a Mister Hyde no se debió al consumo de ninguna misteriosa pócima: una barra de metal atravesó su cerebro por el lóbulo frontal, afectando a sus funciones ejecutivas, tras explosionar demasiado pronto una carga de pólvora que estaba compactando. Después del aciago accidente Phineas Gage sufrió un cambio de personalidad que con toda justicia ha pasado a los anales de la medicina.

Descartes cometió más de un error. Sin señalarlos deliberadamente, Damasio va exponiendo los casos de distintos pacientes neurológicos en los que queda de manifiesto cómo nuestras emociones guían, ora entre bastidores ora entrando en escena abruptamente, nuestro actuar y nuestro cavilar en el mundo. Disponemos, en nuestra dotación de serie evolutiva, de un marcador somático, de un mecanismo a través del cual nuestras funciones superiores reflejan sutilmente lo que sucede a una escala bioquímica, fisiológica y visceral.

Del mismo modo que Descartes erraba de plano en lo que a la relación entre nuestra mente (nuestra alma) y nuestro cuerpo se refiere, cual si los instrumentos de una no estuvieran en el otro, Baruch Spinoza, acertó al señalar precisamente esa unión indisoluble del alma al cuerpo, siendo la primera un afán perpetuador del segundo. La indagación en su Ética condujo a Damasio en Busca de Spinoza.

El Doctor Damasio ha tenido la amabilidad de responder unas preguntas para nosotros. José María Guardia las puso en un correcto inglés. Marzo tradujo al castellano las respuestas.
Libros de Antonio Damasio:

En inglés:

1. People differ from each other in terms of skills, attitudes, personality, interests… However there is a common core, something that we could call «human nature». What are the limits of our diversity, the parameters of the human equation?

The genomic structure imposes general constraints on diversity. However, individual development introduces so many degrees of freedom in the process that human nature can be, and is, quite diverse. When you look at it from certain angles the patterns may appear stereotyped; from other angles one can appreciate the near infinite variety.

2. We would like to know your opinion, as an expert on emotions and their neurological mechanisms, on one important current in contemporary psychology: evolutionary psychology. Should we study the mind in the light of evolution?

All aspects of mind and behaviour, individual as well as social, should be studied from an evolutionary biology perspective.

3. The human being is endowed with a symbolic capacity mediated by language. Do you think is the main difference between us and other species?

Language is certainly a human distinction. However, there are other unique human traits such as the scope of our autobiographical memory and of our selves.

4. Most information processing in our brains is unconscious. What criteria does our brain follow to determine what goes in and what comes out of the stream of consciousness? At what stage of this process do thoughts and feelings emerge?

The critical issue is: does the brain need the help of off-line conscious deliberation? When it does, non-conscious processing is not enough.

5. In recent years there has been a neuropharmacological revolution, with drugs that directly affect the brain’s synapses and neurotransmitters, and thus changing the mood of those who take them. What’s left of psychotherapy? What predictable future awaits us with those psychotropic chemicals?

Psychotherapy will always be needed because drugs alone, without human contact, tend not to do the job. Besides, most psychotropic drugs are not really that specific, effective or reliable.

6. Darwin analyzed the expression of emotions in animals and humans. William James even suggested that the physiological expression of emotion may precede even the feeling associated with that emotion. Where do emotions end and expressions begin? What kind of body do emotions and expressions shape?

William James was correct, of course, as I have repeatedly argued. Emotions are action-programs while feelings of emotions are perceptions of emotional states. Emotions always precede feelings of the same emotions. The only exception pertains to non-emotional bodily feelings.

7. One of the debates in cognitive sciences is regarding modularity / distribution of brain function and the degree of neuronal plasticity. After treating and study many patients with brain damage in localized regions, what conclusions have you reached about the plasticity and modularity of our body «director»?

The debate between modularity and distributed function is as unfortunate as the debate between nature and nurture. Depending on the (a) situation, the (b) age of the individual, the (c) function in question, and the (d) scale at which the observation is made, functions can appear modular or distributed. The argument is an artifact caused by a poor conceptual approach.

8. What are you now working on? What mystery would you wish to unravel?

I have just finished a new book on the neural basis of consciousness, with a special emphasis on the nature of the self. It is called Self Comes to Mind and will be published this fall.

 

En castellano:

 

1. Las personas difieren entre sí en términos de capacidades, actitudes, personalidad, intereses… Sin embargo hay un núcleo común, algo que podríamos llamar «naturaleza humana». ¿Cuáles son los límites de nuestra diversidad, los parámetros de la ecuación humana?

La estructura genómica impone límites generales a la diversidad. Sin embargo, el desarrollo individual introduce tantos grados de libertad en el proceso que la naturaleza humana puede ser, y es, muy diversa. Cuando se contempla desde ciertos ángulos los patrones pueden parecer estereotipados; desde otros ángulos puede apreciarse la casi infinita variedad.

2. Nos gustaría conocer su opinión, como experto en las emociones y sus mecanismos neurológicos, sobre una importante corriente de la psicología contemporánea: la psicología evolucionista. ¿Deberíamos estudiar la mente a la luz de la evolución?

Todos los aspectos de la mente y la conducta, individual así como social, deberían estudiarse desde el punto de vista de la biología evolutiva.

3. El ser humano está dotado de una capacidad simbólica mediada por el lenguaje. ¿Cree que es la principal diferencia entre nosotros y otras especies?

El lenguaje es ciertamente una distinción humana. Sin embargo hay otros rasgos distintivos humanos como el ámbito de nuestra memoria autobiográfica y de nuestros yoes.

4. La mayor parte del procesado de información en nuestros cerebros es inconsciente. ¿Qué criterios sigue nuestro cerebro para determinar qué entra y qué sale de la corriente de la consciencia? ¿En qué fase de este proceso emergen pensamientos y sentimientos?

La pregunta crítica es: ¿necesita el cerebro la ayuda de deliberación consciente ‘desconectada’? Cuando es así, el procesado no consciente no basta.

5. Ha habido en años recientes una revolución neurofarmacológica, con fármacos que afectan directamente a las sinapsis y neurotransmisores del cerebro, y así cambian el humor de quienes los toman. ¿Qué queda de la psicoterapia? ¿Qué futuro predecible nos aguarda con estas sustancias psicotrópicas?

La psicoterapia se necesitará siempre, porque los fármacos solos, sin contacto humano, tienden a no ser eficaces. Además, la mayoría de los fármacos psicotrópicos no son en realidad tan específicos, efectivos y fiables.

6. Darwin analizó la expresión de las emociones en animales y seres humanos. William James sugirió incluso que la expresión fisiológica de la emoción puede preceder al sentimiento asociado a esa emoción. ¿Dónde acaban las emociones y empiezan las expresiones? ¿Cómo dan forma al cuerpo emociones y expresiones?

William James tenía razón, por supuesto, como he argüido repetidamente. Las emociones son programas-acciones mientras que los sentimientos de emociones son percepciones de estados emocionales. Las emociones siempre preceden a los sentimientos de esas mismas emociones. La única excepción atañe a las sensaciones corporales no emocionales.

7. Uno de los debates en las ciencias cognitivas se refiere a la modularidad / distribución de la función cerebral y el grado de plasticidad neuronal. Tras haber tratado y estudiado a muchos pacientes con daños cerebrales en regiones localizadas, ¿a qué conclusiones sobre la plasticidad y modularidad del «director» de nuestro cuerpo ha llegado usted?

El debate ente la modularidad y la función distribuida es tan desafortunado como el debate entre naturaleza y crianza. Según (a) la situación, (b) la edad del individuo, (c) la función en cuestión y (d) la escala a la que se hace la observación, las funciones pueden parecer modulares o distribuidas. La discusión es un artefacto causado por un mal planteamiento conceptual.

8. ¿En qué trabaja ahora? ¿Qué misterio querría resolver?

Acabo de terminar un nuevo libro sobre la base neural de la consciencia, con especial hincapié en la naturaleza del yo. Se titula El yo viene a la mente y se publicará este otoño.

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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8 comentarios

  1. No existe un ente psicológico más formidable que la duda.Con ella avanzamos o retrocedemos.Con ella vivimos.Y con ella nos vamos.uando
    Cuando sepamos de donde venimos o a donde vamos empezaremos a saber quienes somos.Soy médico y he estado al lado de los que nacen y al lado de los que mueren.Pero sobre todo he estado al lado mío.Por eso solo creo en lo que no se.
    Dr.Aristides C.Espinosa
     
     

  2.  
    José Miguel Pueyo
     
    Quizá el doctor Antonio Damasio ha olvidado que lo que afirma, algo al menos y no trivial, no es suyo sino de Freud. Así puede leerse en La Contra de «La Vanguardia», Sábado, 9 de octubre de 2010, “Hemos inventado la otra vida como paliativo para el dolor causado por esa destrucción del vínculo entre humanos…” Freudiano, demasiado freudiano, como diría el filósofo bávaro que no quiso serlo, Friedrich Nietzsche, pues esa idea se recoge en El malestar en la cultura, 1929 (1930) del primer psicoanalista. Damasio, a imitación de Michel Onfray, y tal vez en el anhelo también de hacerse un nombre, se atreve con una obviedad de peso y un no menor error epistemológico, “Freud fue pionero en la investigación del inconsciente, aunque el psicoanálisis no sirva para curar una enfermedad mental grave”, afirmación que recoge su creencia en las virtudes de esa nueva entelequia que responde al nombre de Neuropsicoanálisis
    Lo peor, empero, no procede de las neurociencias. Se trata siempre, como es habitual en el devenir de los hombres, de sus agentes. Es decir, proviene de aquellos que no han sabido, no han podido o no les ha interesado separar la ideología que caracteriza a las concepciones del mundo, cobijadas en el rubro de la ciencia o en la filosofía, de la singularidad del sujeto. Es conocido el número, no mayor, de los que han superado el discurso del amo, esto es, la imposición de ideales, ya sean en forma de ideas o de objetos, al otro. El saber de amo está destinado a obviar la causa del malestar y la responsabilidad del sujeto en aquello de lo que se queja. La demagogia es veneno que se traga sin agua, así es en no pocos casos. La culpa neurótica suele ser entusiasta del discurso del amo, no pocas veces lo aplaude, es su abanderada. Razones hay para ello, casi siempre inconscientes y, en ocasiones, no tan loables como sin duda ese mismo sujeto desearía. Pero siempre, he aquí lo subrayable, se elude la verdad de la novela familiar, también la del ideólogo, en favor de las imposiciones del Bien Supremo que se entiende necesario para el afligido, angustiado y/o inseguro sujeto. El pensamiento del prestigioso neurólogo portugués sin duda es otro, diplomático como es bien conocido, pero no por eso permite, así lo creo, que advenga la verdad del Otro, el decir del inconsciente que habita al sujeto descubierto por Freud. En cualquier caso, apostar sin más por los genes, los neurotransmisores o las técnicas cognitivo-conductuales (TCC) es hacerlo por el antihumanismo, evidencia de lo cual es la patética reducción que se hace de sujeto humano.
    El narcisismo y las identificaciones edípicas no resueltas, sin entran en factores más prosaicos, determinan la actividad del amo antiguo y moderno, de cuantos proponen lenitivos de toda clase y condición, desde estimulantes hasta la religión pasando por el yoga, el deporte y el arte, esto es, apoyaturas denunciadas por Freud en el texto mencionado. Ese modo de proceder muestra a las claras la frivolidad clínica, epistemológica y ética del amo, pues más pronto que tarde los paliativos se revelan lesivos para la inteligencia y la vida afectiva y aun de relación del sujeto que ha puesto su malestar en manos del ideólogo, en manos de un individuo que si algo conoce bien es dar la espalda a la verdad de la historia del sujeto que tan humanitariamente pretende defender.
    Suprimir al psicoanálisis es exterminar al sujeto, y, por lo mismo, opino que no es prudente y sí grave temeridad dejarse mecer por quienes se llenan la boca con la materialidad biológica o con discursos que exudan demagogia, peroratas que, en ocasiones, no queriéndose religiosas no logran transcender el imaginario saber que conforma no poco de lo que se conoce como cultura.
     
     

  3. Apreciados amigos:

    Todo lo que signifique una búsqueda de nuestra conflictiva naturaleza humana, tendiente a mejorar nuestas reacciones frente a personas y circunstancias, es para mi de gran interés. Queremos sin duda ser mejores y lo lograremos…¡sin ninguna duda!
    Gracias mil por estos aportes al conocimiento,

    JORGE E.

  4. Creo que lo que hacía exactamente era compactar la dinamita con una barra de hierro, y esta fue la que salió despedida con la explosión, penetrando en su cabeza por el pómulo izquierdo y saliendo por arriba del cráneo.

  5. Gage debió de sufrir una transformación bastante notoria en su personalidad, lo suficiente para convertirse en un caso paradigmático de lesión frontal. No obstante son miles los pacientes con daño neurológico -de ellos muchos de daños en el lóbulo frontal- de los que guardan historial Damasio y su equipo en Iowa y California.

    Tengo que corregir lo de la dinamita.

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