Últimamente Eduardo Punset alterna las entrevistas a científicos de cierta talla, cuyas investigaciones están adecuadamente enfocadas y cuyas conclusiones son contrastables y razonables (véase, por ejemplo, la entrevista a Josep Call), con otras a fantoches alucinados que recubren su grosera espiritualidad con el hábito de la psicología científica o la neurociencia.
Admitimos con sumo gusto los trabajos de, por ejemplo, Matthieu Ricard, en su vertiente de científico, siempre que no le nuble la vista su luminosidad budista. Cegados por esa luz milenaria, muchos occidentales han renunciado a comprender en profundidad la naturaleza, tanto exterior como interior, tanto física como humana, para abandonarse a meditaciones, ondas alfa y empatía total.
Decía Ricard ayer a Punset, vestido de monje budista, que había oro en nosotros, y que este, por mucho que se mezclase con el lodo, no perdía su condición. La figura es evocadora. No obstante, una pepita de oro sumergida en un estanque de detritos tampoco cambia en nada la naturaleza de los detritos. Dicho de otra forma: si nuestra naturaleza tiene un elemento digamos sucio, bajo, soez, potencialmente patológico, ninguna pepita bañada en él nos va a transformar en áureos altruistas, plenos de compasión y siempre despiertos. Ricard hablaba de la sociedad empática, altruista, como alternativa a esta en la que vivimos, en cuya economía, por ejemplo, se reflejan la competencia y el egoísmo. En resumen, y acaso sin saberlo, adoptaba la perspectiva constructivista y buenista, esa que incide tanto en los esfuerzos colectivos nacidos de una voluntad de cambiar nuestra naturaleza y conducentes a ese cambio, esa que conduce, realmente, a los socialismos reales de todos los partidos.
Punset aprobaba con gesto bovino. El buen rollito se adueñaba de la sala en la que ambos se reunían. Ricard ponía un ejemplo de altruismo total, para defender que hay en nosotros consideraciones no explicables por el egoísmo: el de aquellas familias que, durante la ocupación nazi, albergaban y ocultaban a judíos con los que no les unía lazo familiar o social alguno. Ciertamente muy pobre tiene que ser nuestra idea de egoísmo para que consideremos tan fuera de lo común semejante comportamiento altruista. No nace, este, de una naturaleza trascendente ni de una bondad genuinas, si no, igual que el egoísmo primario, de nuestra naturaleza evolucionada. Nuestras ideas innatas de justicia, de bien y de mal, nos inclinan a socorrer a quien, sin haber hecho nada para merecerlo, se encuentra en un terrible apuro. Y más si la fuerza que le ha puesto en tal situación es una voluntad humana que se nos antoja perversa. Es posible que al hacerlo pongamos en peligro nuestros bienes y nuestras vidas, pero también es cierto que defendemos los principios y valores que hacen posible la convivencia en un grupo, y asimismo que dicho grupo pueda prosperar. Se trata de mecanismos psicológicos evolucionados que funcionan en determinados contextos de incertidumbre en los que el orden social está seriamente trastocado, y en peligro de colapso.
Cambié de canal a mitad de entrevista porque tanta ñoñería se me antojaba empalagosa. A Punset le gusta eso de la inteligencia emocional como motor del cambio social, y muestra al asentir tan sumisamente a esas mentiras aparentemente inocuas, su incomprensión de la ciencia que en otros programas contribuye a divulgar.
Todo eso está muy bien, Itza, pero no es ciencia. Si fuera por esos introspectivos ajenos por completo a la inducción, ciertamente, seguiríamos en las mismas condiciones de vida que en la época de Buda, y creyendo en mitos como el de la iluminación. La naturaleza humana no es contemplativa, porque surgió, como toda naturaleza, del azar y la necesidad, de la escasez y el riesgo.
Tienes razón, Cugamo. Desde ciertas posiciones se puede ver la vida de otra forma. ´
cito:
Una de las cosas que se han descubierto a través de la ciencia es que nos engañamos con facilidad. Nuestra observación no nos proporciona un fiel reflejo de la realidad. Así que no, la ciencia no es solo observación. Hay que contrastar, volver a observar, dejar que otros observen, revisar una y otra vez la realidad, nuestra observación y las conclusiones obtenidas a partir de ellas, realizar experimentos y cálculos, y así sin descanso y sin esperanza de alcanzar ninguna verdad definitiva. Somos falibles, y nuestra ciencia también.
qué invalida los cálculos y mediciones neurocientíficos? qué los valida?
todo ello se convierte en un cumulo de enfoques no coincidentes, en el cual son muy ricas las objeciones, pero las objeciones tendrían que conocer bien todo lo que está implicado. si no se conoce el asunto budista, y mucho menos el asunto meditativo, dificulto que pueda hacer una calificacion medianamente objetiva.
por mi experiencia, buda histórico fue un científico de la interioridad, la mente y sus procesos. hay un campo de la mente en el que nada es ni bueno ni malo, es optativo. el enfoque en el cual buda opta por considerarnos fundamentalmente altruistas en vez de egoistas, es un enfoque en el que mediante el ejercicio de la libertad (habiendose hecho dueño de su propia mente) elige y toma acciones por algo que en si no tiene definición: el qué harás con tu voluntad y oportunidad de ser en este mundo. una cuestion toda existencial…
el debate más esencial en torno a si somos un ego nada más, se libra en la interioridad, en el conocer los propios procesos mentales (ya que no puedes experimentar directamente los procesos mentales de otro). en occidente esto ha sido ignorado, y ni siquiera es formulado como posibilidad (casi siempre). están demasiado convencido de lo externo, y basan todo en lo externo. lo externo está bien. sirve. pero sin esa óptica interior, no verán que para definir algo como “esencia de la naturaleza humana”, si cabe, tendrían primero que enterarse de que lo que los anima sigue un curso de causas y efectos bien definido. lo que los anima está a merced de la observación mental. aunque no lo hayan podido validar nunca, esa es una realidad, a su alcance. lo que los anima son automatismos, reacciones del cuerpo y la mente, incidiendose mutuamente. todo esto es casi un “mecanismo” imparable, hasta que lo paran, y al fin se dan cuenta.
Se reúnen un rico sin responsabilidades familiares que vive de vacaciones constantemente y un exministro con pensión de por vida y nos cuentan, a los padres de familia y con los tiempos que corren, cómo ser felices. ¡Hay que joderse!
Hola Itza,
Una de las cosas que se han descubierto a través de la ciencia es que nos engañamos con facilidad. Nuestra observación no nos proporciona un fiel reflejo de la realidad. Así que no, la ciencia no es solo observación. Hay que contrastar, volver a observar, dejar que otros observen, revisar una y otra vez la realidad, nuestra observación y las conclusiones obtenidas a partir de ellas, realizar experimentos y cálculos, y así sin descanso y sin esperanza de alcanzar ninguna verdad definitiva. Somos falibles, y nuestra ciencia también.
El argumento de autoridad de lo calificadísimo que está Punset se cae por su propio peso. Primero porque Punset, pese a saber algunas cosas de ciencia y expresarlas razonablemente bien, no es precisamente científico. Segundo porque incluso un científico puede estar calificadísimo para hablar de su parcela del saber y ser un perfecto gilipollas cuando habla de otras cosas, pongamos por caso Noam Chomsky (incluso en linguística puede que esté equivocado en varios puntos, desde luego sí posiblemente en cuanto se refiere a evolución del lenguaje).
Para entrar con provecho en una discusión profunda del egoísmo hay que abandonar ese pensamiento superficial que da vueltas al egoísmo como cuestión moral en plan maniqueo, y no profundiza, analizándolo desde una perspectiva científica, o al menos filosófica mínimamente ilustrada sobre ciencia.
señores, la ciencia es observación. al fin y al cabo, realidad. ¿acaso hay algo más real que eventos medibles (sean cuales sean los sistemas de medición)?
¿qué es más real? tus arrebatos mentales eventualmente incontrolables (que los tenemos todos)? tus opiniones tercamente fundadas y que no se detienen por nada a revisar por segunda vez lo que ya está decidido y definido (esa locomotora mental imparable que se convence de sus propios fantasmas y se siente segura en sus definiciones)?
sus opiniones no se detienen a ver, a observar las argumentaciones. no son realmente analiticos, desglosando el contenido de las unidades de información.
hay una buena razón para que un personaje tan calificado como punset, haga un programa sobre estos asuntos. claro, siempre se puede disentir, aunque si hay ciencia, entonces alguna u otra opinión estará errada, en tanto que la otra estará en lo correcto, en al menos un punto de la “unidad informativa”, -o argumento, quizá.
la discusión es sobre el egoismo. la postura filosófica “egoista” no hace más que validar este mundo, completamente vacío de contenidos de valores. consecuentemente todo se resume a utilidad pro sistema, pro estado, por corporación, pro consumo, una escalación piramidal fundada en la visión muy conveniente de que el mas fuerte y apto debe prevalecer. como si no nos pudieramos jamas fundar la posibilidad de un orden distinto. el solo hecho de que exista la posibilidad de formular (incluso mentalmente) un orden distinto, ya tumba completamente el edificio absurdo y atroz que nos ha llevado por el camino de la devastación planetaria.
Germánico, me parece que la gran mayoría de las opiniones aquí publicadas son fruto de la rebelión en contra de un régimen anterior en el que se imponía la fe católica y contra el que todos nos hemos revelado pero ahora ya hemos crecido y aquel régimen ya no está y no podemos seguir rechazando “per se” todo aquello que identificamos con religioso o con unos hábitos de monje. No debemos seguir basando nuestras ideas en la ignorancia y el miedo a conocer otras visiones. El caso de Matthieu Ricard no es en absoluto un “cura” y cuando alguien está en el instituto Pasteur y en miras de un Premio Nobel te puedo asegurar que no es ningún fantoche ni mucho menos un alucinado. En el instituto Pasteur no entran a trabajar los fantoches sino los sabios, no se te olvide. Creo que eres una persona con gancho y atraes a la gente ya que por lo que veo tienes varios seguidores que incluso te ensalzan por que escribes bien y pareces tener razón. Pero yo te animo a que tengas el valor de investigar lo que es el budismo antes de hacer un juicio completamente ignorante y lleno de temores como el que has hecho que suena más al discurso de un pobre “modernillo” (no te ofendas) con el argumento facilón de ir en contra de lo religioso (aunque en este caso ni siquiera era así pero bueno). En fin valor y ,si el pensamiento es libre, no debéis adoptar nada que no conozcáis lo suficiente como para rechazarlo sin más
Saludos
Fernando
jejejeje ¿Lo dices por los pelos?
Esta noche televisan la entrevista a Michael Tomasello. Auguro que el programa de hoy será muuuy interesante.
Punset a veces pierde el norte. Sin ir más lejos, creo que ahora se presenta a eurovisión.
Yomismo, una cosa es estudiar las emociones, desde la psicología científica, y otra la charlatanería sobre nuestro potencial para llegar a ser más empáticos, sociables y felices por un acto de voluntad individual o (peor aún) colectivo. Y ya puestos a estudiar lo que somos, conviene no olvidar el lado oscuro de la fuerza, ni tampoco aquellos contextos y circunstancias que propician lo mejor -y aquellos que propician lo peor- de nosotros.
Cugamo, en efecto, no lo saben. Por otra parte, como pone de manifiesto Karl Popper en La Sociedad Abierta y Sus Enemigos, la influencia de Platón fue, por desgracia, mucho más allá de sus coetáneos.
Sagi, gracias. Es bueno escuchar varias voces, aunque el coro que forman no suene particularmente armónico.
No sabía, o debiera decir, no recordaba, que Ricard era hijo de quien era hijo. En su día Revel escribió un libro de diálogos (junto con) Ricard, libro que tuve en mis manos en una librería y que finalmente no compré, a pesar de ser Revel coautor. Parece que el hijo de ese sabio de la política ha resultado ser, en ese sentido concreto, un necio de altura. E igual que a través de los genes no se ha transferido esa sabiduría, tampoco a Punset le han transmitido sus “amigos biólogos” la suya en sus interacciones cara a cara.
Nakas, no lo creo. Pienso, más bien, que es la consecuencia de querer compatibilizar ciencia y religión en aquello que son, sencillamente, incompatibles.
esto es la consecuencia de querer hacer de la ciencia un sustituto de la religión.
saludos
Germánico: para mí tu artículo “ommm… buen rollito” es perfecto, muy superior al de Javier Krahe. Aunque este último te haya dado más cola para polemizar. Yo también pienso con “Yo mismo” que Punset es un tipo cojonudo y además encantador. Pero como un poco más arriba he leído como Clausius y Germánico le discutían algunas de las ideas de su último bestseller me he dicho:” Anda. No te creas tanto a pies juntillas a Punset como haces ultimamente y escucha también a los demás”. Y los demás sois todos vosotros, para empezar, y otros que vendrán.
Resulta que esta semana me he acordado que este Ricard es nada más y nada menos hijo de Jean François Revel. Y éste sí es, o era, un pensador. Hay más sustancia gris en una sola página de cualquiera de sus libros que en todo el programa de Punset del domingo pasado, empezando por la historia del Gautama, la del cuenco de agua, que ya de entrada me pareció larguísima para lo que viene a decir. A mi con el budismo me pasa que sólo encuentro ideas tontas, perogrulladas y simplezas de campesinos de la edad media. ¿La expresión “cuentos chinos” no saldrá de ahí? ¿Del budismo,el zen,el mantra,etc? Ellos te dirán, ya lo sé, que en la sencillez está la sabiduría. Pues no señor, respondo yo: Si tu escribes un libro de quinientas páginas no puedes estar repitiendo todo el rato la misma idea, no me hagas perder el tiempo si es que eso existe, y ponme más contenido. En cuanto al meditar: “¿En qué medito?” La meditación sólo te servirá para quedarte dormido.
Lo repito: Punset me ha decepcionado poniendo cara de tonto. Los dos, entrevistador y entrevistado la ponían el domingo pasado.
Estos del salto evolutivo, de la nueva conciencia, del hombre nuevo, tienen más peligro que un tonto con una granada…..y no lo saben.
Cuatro siglos antes de Cristo ya filosofaba Platón con un salto moral y, claro, sus discípulos acabaron dando un golpe de Estado.
Partiendo de la base de que a mi Punset siempre me parece cojonudo, y esto es dogma puro, he de decir que, aunque estoy parcialmente de acuerdo con algunas de las afirmaciones que hizo Ricard, mi nivel de satisfacción con el programa al terminar, fue medio-alto 😛 Pienso que la inteligencia emocional es uno de los aspectos que más habría que cuidar en una sociedad con un modelo económico basado en la globalización: ya no es la historia de que las tareas físicas comienzan a ser mentales, sino que las tareas cognitivas pasan a ser emocionales. El PC lo hace absolutamente todo, pero la capacidad de expresión y comprensión es básica para una transmisión de la información exitosa. El vender y el comprar ideas, que es básicamente, lo que lleva haciendo la publicidad desde el siglo pasado de manera industrial, es una tarea que el ser humano tiene que desarrollar, frente a un mundo de máquinas que dan masticadito todo el quehacer aritmético. Lo exacto es rígido, y tiene un protocolo marcado de conductas, pero, ¿lo relativo? ¿Cómo nos comportamos con la gente? ¿Cómo ver más allá de lo que nos están diciendo? ¿Cómo expresar con máxima fidelidad lo que estamos pensando?
No sé, es cierto que el Ricard este se flipó un poquito, pero creo que está bien que un programa como Redes comprenda un poco todos los puntos de vista que hay de la sociedad vista desde la ciencia, y, por ñoño que suene, el “buen rollito” también se puede estudiar, ¿no? xD
Un saludete, y me gustó mucho esta entrada.
A mi, Sagi, me vendría decepcionando desde hace tiempo si no fuera porque tampoco le tuve nunca en altísima estima. Bien es cierto que, como dice más arriba mi colega Antonio Gimeno, comencé a hacer gestiones para entrevistarle, por eso de que es divulgador de la ciencia y entrevista a grandes científicos. Pero después de esta última temporada de desvaríos de psicología dudosa y vaciedad epistémica, he optado por desistir de cualquier intento de contactarle. Supongo que he derivado hacia una inacción característicamente budista, con la peculiaridad de que no creo en los iluminados ni en las iluminaciones.
Historia Zen.Iba yo un día por la calle y me encontré con un aprendiz de budista vestido con sus atavíos color butano.Al verle vestido así por el mundo me reí. Entonces él me miró con esa mirada que se supone penetrante y que ya he visto en otros santones y empezó a amenazarme con el puño. Me pareció un tipo violento que tal vez saliera o aún permaneciera en algún tipo de depresión. Me largué. Pero yo seguía riéndome en mi huída: Mi risa era la del hombre feliz. Es un koan.
Nota: Este cuento es verdadero. Punset me ha decepcionado bastante con este último programa.
Si, MILL, por eso estas mamarrachadas aparentemente inocuas son tan peligrosas.
Y pensar que toda teoría económica se basa en una determindada concepción de la naturaleza humana.
Saludos.
Decir que evolutivamente sólo han tenido éxito aquellas especies que han sacrificado el interés individual por el bien común de la manada es no haber entendido nada de las recientes aportaciones sobre selección de grupos, además de desconocer por completo la variabilidad existente en las especies en lo que se refiere a su sociabilidad y el distinto éxito que estas tienen en función de sus condiciones ecológicas y el nicho que ocupan en ellas.
Y ello por no hablar del finalismo inherente al planteamiento y las conclusiones perversas que, como señalas, pueden sacarse de un argumento científicamente tan frágil pero políticamente tan versátil.
Precisamente ayer empecé a leerme su último libro, y me sorprendió algo en el primer capítulo. Fuera de dogmatismos, vaya. Decía que evolutivamente sólo han tenido éxito aquellas especies que han sacrificado el interés individual por el bien común de la manada. Y ponía como ejemplo a las hormigas. Esto puede ser así, nada hay que objetar, pero sobre esta afirmación subyace un riesgo muy peligroso totalitarista, aplicado a organización política actual.
También hizo una comparación con la reacción de la gente a los atentados terroristas en USA y UK frente a España. Mientras en los primeros se reforzó el sentimiento de pertenencia a algo (la manada de nuevo), en el caso de Espaá sirvió justo para lo contrario, para que nos volviéramos a echar los trastos a la cabeza. También me chocó esta afirmación (entendida con la perspectiva anterior), ya que en general siempre he supuesto que en las sociedades anglosajonas hay mayor respeto al individuo y a las libertades individuales. Aunque quizás eso no sea óbice para unirse en situaciones dramáticas.
Hoy en día hasta la más burda de las supersticiones se disfraza de ciencia. Eso nos obliga a estar mucho más alerta, mucho más despiertos….si bien no al estilo budista.
Estoy de acuerdo contigo. A mi Punset hace tiempo que me tiene desconcertado, mezclando ciencia con cosas que no son ciencia. Y eso tiene, para mí, la muy mala consecuencia de que muchas personas entiendan por ciencia cosas que no lo son.
Saludos.
Mi interés probablemente sea también más estético que teórico y, precisamente desde una perspectiva estética, me repugna que se mezclen ciertas cosas. Si, bien pensado la metáfora de la mierda y el oro es adecuada, en este caso, pero representado la mierda y el oro cosas muy distintas.
Mi inteligencia olfativa me dice que así no nos va a conceder una entrevista 😉
Pero qué se le va a hacer, tienes más razón que un santo/lama/chamán. Confieso que no he seguido el programa Rede de una manera regular, pero cuando lo he visto me ha parecido que Eduard tiene un interés más estético y retórico que científico por la ciencia que, hay que reconocerlo, ayuda a divulgar.