La realidad se impone y si miramos a nuestro alrededor, veremos que nosotros, después de tantos años de democracia, «liberados» de la dictadura franquista, tampoco sabemos valorar la libertad. No sabemos qué hacer con ella, y por eso la rechazamos. Preferimos delegar la educación de los niños a un Gobierno aunque sabemos que los va a manipular a su antojo para hacer de ellos votantes socialistas del futuro. Preferimos delegar la defensa de cada persona y de su honor (subjetivo para cada uno) a un Gobierno que ha acabado con la igualdad ante la ley y que titubea durante cuarenta días cuando una panda de piratas secuestra a pescadores españoles. Y tampoco se sonroja cuando pacta con terroristas que están amedrentando y masacrando ciudadanos. Preferimos delegar las rentas de nuestro trabajo para que los responsables de los dineros derrochen en viajes, subvenciones a tiranías, y compra descarada de votos…
Si quieren seguir mirándose en el espejo que nos pone María Blanco, no duden en leer completo su artículo para el Instituto Juan de Mariana.
opss. Noto un cierto tufillo reaccionario, suficiente para quitarle toda credibilidad a las informaciones que aparezcan en su web. Mejor me voy a otra.
La transición a la democracia fué una oportunidad perdida.
Ganamos la libertad de votar y elegir a nuestros representantes, sin embargo al multiplicarse casi por tres el nº de funcionarios, la presion fiscal, la burocracia, en esa misma proporción hemos perdido libertad económica y derechos y el estado, el monstruo socialburocrata de las tres administraciones es en esa proporción mas poderoso y terrible.
Y este artículo es la exposición fehaciente de por qué la democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno… Y yo aún me arriesgaría a decir más: a veces inapropiado…
Ni siquiera estamos sacando las lecciones adecuadas de la recesión…