El cicerone de la mirada interior (entrevista a Francisco Mora)

La neurociencia está provocando una giro copernicano en el modo que tenemos de vernos y entendernos a nosotros mismos. Esto en gran parte se debe a que por primera vez en la historia podemos mirar dentro de la caja negra del cerebro, con las nuevas técnicas de neuroimagen. Con ellas podemos contrastar las diversas hipótesis sobre nuestra cognición y nuestra conducta con lo que sucede dentro de nuestra cabeza. El telescopio y el microscopio fueron las herramientas que nos permitieron, como animales esencialmente visuales, descubrir las maravillas del macro y del microcosmos, y ahora la tomografía axial computerizada, la tomografía de emisión de positrones o la resonancia magnética funcional abren a nuestro preponderante sentido de la vista esa otra realidad hasta ahora oculta de nuestro universo interior.

Si a los datos proporcionados por la neurociencia le sumamos los de anatomía, fisiología, cognición animal, antropología y psicología evolucionista se nos presenta un cuadro coherente que explica todas nuestras funciones mentales y capacidades superiores, tales como el arte, la ciencia y el lenguaje, desde una óptica naturalista.

Esto ha llevado a una proliferación de nuevas perspectivas pasadas por el cedazo neurocientífico, tales como la neuroeconomía, el neuroarte, la neurocultura, la neuroteología, la neuroética…etc.

Para ayudarnos a entender estos cambios de perspectiva, auténticos cambios en nuestra cultura, que la convierten en neurocultura, el neurólogo Francisco Mora, Catedrático de Fisiología Humana de la Universidad Complutense, ha compaginado con su labor médica, docente e investigadora, una ingente labor de divulgación, a través de artículos, libros y conferencias. Sus libros son, además de didácticos, buenas obras literarias. Mora consigue interesar y sorprender al lector con la nueva ciencia del cerebro al tiempo que le proporciona una lectura fluida y agradable. Con su hábil prosa nos lleva de la mano por las aún poco transitadas veredas de la cultura del cerebro, haciendo de cicerone en ese paseo de autoconocimiento al centro mismo de nuestro ser y estar en el mundo.

Agradecemos al Profesor Mora que haya tenido la amabilidad de responder las preguntas que hemos preparado Aníbal (1,4,5), de Sapere Audere y un servidor (2,3,6,7,8). Asimismo agradecemos a Cristina Castrillo, de Alianza Editorial (una de mis editoriales de cabecera), que nos haya hecho llegar y permitido usar la foto del autor que encabeza esta entrevista.

1.- En su libro «Neurocultura: Una cultura basada en el cerebro» se defiende la idea de que muchos de los aspectos y caracteristicas de la naturaleza humana así como la conducta y actividades del ser humano pueden entenderse bajo el prisma de las operaciones y leyes que rigen nuestro cerebro. ¿Podría decirnos a donde nos va a llevar esta nueva forma de entendernos a nosotros mismos?

Su pregunta requeriría una larga contestación. Baste quizá con señalar que el hombre es el resultado de todo aquello que aprende y memoriza. Pero no solo lo que aprende y memoriza a lo largo de su vida individual (cultura) sino de lo que ha aprendido y memorizado y heredado en forma de códigos a lo largo del proceso evolutivo humano (2-3 millones de años) y aún antes de ello como mamíferos (200 millones de años como poco). Nuestro conocimiento actual de cómo funciona el cerebro nos lleva a entender como elabora y percibe y construye la realidad que nos rodea. Y a la idea, bastante clara, de que nada ocurre, ni nada existe en el mundo humano que no haya sido filtrado y elaborado por el cerebro, lo que incluye como pensamos y sentimos y elaboramos nuestras culturas. La misma neuroética nos lleva a entender mejor como se crean los valores y las normas morales en el contexto de una determinada cultura y como estos cambian con el cambio de culturas, lo que ha ayudado a desmitificar y liberarnos de errores, creencias y falsas acuñaciones sobre la moralidad. Creo que todo ello nos llevará a situar al hombre, a nosotros mismos, en un contexto y una perspectiva más real y más verdaderamente humana.

2.-En Los Laberintos del Placer del Cerebro Humano hace usted una sugerencia sorprendente. Viene a decir que los organismos unicelulares pueden sentir placer, o algo similar, pues sin él no tendrían la voluntad necesaria para perseguir sus fines biológicos. Pone de ejemplo al Paramecio, ese protista tan ubicuo en gotas de agua. Se mueve en busca de su alimento, que está compuesto de bacterias, huye de ambientes que le son nocivos (alta salinidad, temperatura…) y, en definitiva, parece que no se limita a responder al ambiente de forma pasiva, sino que es actor, protagonista de su propio drama, con una búsqueda permanente que requiere una explicación. Recientemente se ha publicado en España la obra del neurocientífico Derek Denton El Despertar de la Consciencia. En ella el autor postula que la consciencia pudo nacer con las primeras emociones, vinculadas a los primeros apetitos. Para actuar hace falta desear, y para desear sentir: ¿Cuándo nacen el placer y el dolor, cuándo la consciencia? ¿Es la consciencia una cuestión de todo o nada, o puede haber grados de consciencia?

El placer es una sensación consciente que por tanto el paramecio no puede tener. Lo que si digo en el libro es que la recompensa, ese mecanismo que lleva a la repetición de ciertas conductas, es un mecanismo intrínseco a la maquinaria celular que impulsa a todos los organismos vivos a la búsqueda de la comida y la bebida y eventualmente la reproducción. Y lo que si digo también es que este ser tan primitivo, el protozoo, ya posee los mecanismos básicos moleculares que posteriormente fueron incorporados a los cerebros de todas las especies para mantener su supervivencia. Es difícil decir cuando nace el placer. Sin duda que el atisbo original de esa sensación se encuentra ya en los cerebros de los primeros mamíferos, hace de esto unos 200 millones de años. También, posiblemente el origen de una consciencia rudimentaria tiene ese mismo origen. Por supuesto que hay diferentes niveles de conciencia que se correlacionan con el grado de complejidad de los cerebros. Y es claro que el grado máximo, la autoconciencia, la conciencia del si mismo, solo la posee el ser humano. Ni siquiera el chimpancé alcanza, ni de lejos, un grado tal. Solo el ser humano sabe que sabe.

3.-En El Sueño de la Inmortalidad aborda la cuestión del envejecimiento e incide en la importancia de un cerebro sano y ágil, entrenado y despierto, en la longevidad. La pregunta que yo me hago es ¿sigue nuestro cerebro un plan de desarrollo, genéticamente guiado, que mueve a algunos a entrenarlo y a otros a abandonarlo? Y si uno ha de hacer un ejercicio de voluntad para mejorar sus capacidades cognitivas ¿de dónde sale esta?

El envejecimiento no es un proceso programado genéticamente. No parece haber en nuestro organismo un programa genético activo destructor del mismo. Por ello hoy se piensa que el envejecimiento es un proceso que acontece de modo pasivo, precisamente como cesación del programa activo que nos hace crecer y eventualmente reproducirnos. En el mantenimiento de ese programa genético activo, que alcanza hasta los 27-30 años, la maquinaria celular nos provee de los mecanismos necesarios de reparación celular. Es a partir de entonces, con el cese del programa, que nuestro organismo no tiene la misma capacidad de reparación de los daños moleculares que acontecen espontáneamente y es cuando comienza ese proceso deletéreo que llamamos envejecimiento. ¿Es posible enlentecer ese proceso, cuesta abajo, que llamamos envejecimiento, particularmente el del cerebro? Si, claramente. Algún día le explicaré las 12 claves para conseguirlo. Se las enumero, sin embargo. Estas son: Restricción Calórica. Ejercicio Físico aerobio. Ejercicio Mental. Viajar. Adaptarse a los cambios sociales. No vivir solo. No fumar. No sufrir estrés “con desesperanza”. Tener un buen sueño en completa ausencia de cualquier estímulo luminoso. Evitar “el apagón emocional”. Dar Sentido a la vida con “agradecimiento”. Alcanzar la felicidad. Muchas de ellas se pueden seguir fácil. Pregunta Ud si uno ha de hacer ejercicio de voluntad para mejorar sus capacidades cognitivas ¿de dónde sale esta? De los genes y de nuestro cerebro con la emoción, le contesto. Nuestros genes se duermen cuando nos volvemos sedentarios y no exigimos actividad a nuestro organismo y particularmente a nuestro cerebro. La actividad despierta ciertos genes y estos, quizá en agradecimiento, producen proteínas capaces de mantener nuestro cerebro y nuestro organismo mas joven. La emoción por su parte es la hoguera que nos mantiene vivos. Algún día le explicaré como “el apagón” de esa hoguera es lo que mas rápidamente conduce a la muerte aun sin tener ninguna enfermedad física ni mental.

4.-El conocimiento del cerebro nos esta brindando muchos datos pero ¿no cree que hay un excesivo crecimiento exponencial de prefijos neuro- : neurojurisprudencia, neuroestética, neuroliteratura, neuroeconomía?…

Posiblemente. Y es cierto, que hay mucha gente que piensa que el prefijo “neuro” es algo “snob” en el mundo intelectual y que no aportará nada que cambie la esencia de las concepciones humanísticas clásicas. Y puede que ello sea así en muchos casos. Yo personalmente, pienso por el contrario, como lo señalo en mi libro NEUROCULTURA que al menos algunos “neuro” están plenamente justificados como por ejemplo NEUROECONOMIA O NEUROETICA O NEUROARTE . Pienso que son términos que amparan conceptos nuevos y con ello nuevas concepciones globales que introducen una completa reevaluación de las disciplinas clásicas, como lo es el propio concepto de NEUROCULTURA.

5.- Se puede decir que hemos llegado ya a la «consiliencia»: al trabajo y cooperación interdisciplinar entre la cultura científica (científicos) y la cultura literaria (humanistas) ¿como está la consiliencia en España?

Pienso precisamente que NEUROCULTURA es eso. Es decir, una reevaluación lenta de las humanidades, o, si se quiere, un reencuentro, esta vez real y crítico, entre ciencias y humanidades.

6.-Recuerdo de su excelente charla sobre Neurocultura en el Círculo de Bellas Artes, hará dos años, que decía que si se demuestra que una persona comete un grave delito porque no puede controlar sus impulsos, debido a un daño específico en el cerebro, habría que recluirlo permanentemente, a falta de cura para el mal neurológico padecido, para que no dañase por más tiempo a los demás. ¿No cree que existe un peligro real para la sociedad en algunas interpretaciones exoneradoras de responsabilidad individual que se hacen hoy de experimentos neurocientíficos como, por ejemplo, el de Libet? ¿Cómo podemos conciliar nuestros conceptos de libertad y responsabilidad con lo que nos está revelando la neurociencia?

El ejemplo que puse en esa conferencia fue el de los psicópatas. Sean estos asesinos, violadores o sin más, violentos. Y hoy conocemos y tenemos datos neurobiológicos que correlacionan los procesos cerebrales patológicos de estos sujetos con sus conductas. La Medicina hoy por hoy no tiene estrategia terapéutica alguna capaz de revertir su condición enferma. Y es claro que la sociedad tiene que defenderse de ellos. Estos casos convenientemente diagnosticados y tipificados por su patología cerebral, debieran ser recluidos durante todo el tiempo necesario, posiblemente toda la vida, no como castigo (esto es obvio), sino como defensa de la sociedad misma ante ellos. Y la única herramienta posible para que tal decisión fuese revocada debiera ser el estudio objetivo que demuestre que sus lesiones cerebrales han revertido. El derecho y la jurisprudencia deberán ser transformados acorde a los nuevos conocimientos que aportan las Ciencias del Cerebro. “¿No cree que existe……” No lo creo si se estudia bien el significado de los experimentos de Libet. Este tema merece otra discusión aparte casi monográfica. Los juristas tienen un justificado interés en esta temática. Y el seminario que he impartido recientemente en la sección Departamental de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid así lo demuestra.

7.-El cerebro es un producto de la evolución biológica. Así pues ¿se podría decir que todo lo que percibimos lo percibimos con fines adaptativos? ¿Es la mente, como decían Tooby, Cosmides y Barkow una Mente Adaptada? ¿Es la realidad percibida una construcción de la necesidad, quedando fuera de ella todo lo que no la sirva?

El cerebro humano es sin duda producto, hasta ahora final, de ese proceso que llamamos evolución. El cerebro, incluso ahora, es cambio constante y no solo individual, como consecuencia de los procesos de aprendizaje y memoria, sino evolutivo. El proceso evolutivo biológico del cerebro humano continúa, aun cuando sin duda sea de una manera diferente a como lo fuera en otros tiempos debido a esa otra evolución paralela que es la de la cultura. En cualquier caso la evolución, sea sobre el cerebro humano u otros, solo obedece a esa ley verdaderamente suprema que es la de la supervivencia del individuo y de la especie. Y no hay otra. Y ciertamente, el cerebro es el que construye, en gran medida, la realidad que vemos, oímos o tocamos, solo guiado por esa ley que acabo de mencionar y que es la de mantenernos vivos. El mundo tal cual lo vemos no existe fuera del cerebro, lo construye el cerebro. Entonces, se preguntaría Ud ¿no existe la realidad cotidiana, aquella que vemos y tocamos todos los dias? Contestación simple: si existe, pero solo para el ser humano que con su cerebro la interpreta y construye. Para otros seres vivos con otros cerebros diferentes esa misma realidad es diferente. Como lo sería para un extraterrestre, con una historia evolutiva de 1.500 millones de años diferente y un cerebro diferente al nuestro

8.-¿En qué trabaja ahora? ¿Cuál es su mayor reto intelectual y científico? ¿Qué misterio desearía desvelar?

Le daré una primicia. Mi editora de ALIANZA EDITORIAL ya esta trabajando en el manuscrito de mi último libro que lleva por título EL BOSQUE DE LOS PENSAMIENTOS y que saldrá a las librerías, supongo, este otoño 2009. Este libro es una colección de pensamientos que cubre en parte y de forma muy breve, alrededor de un centenar de reflexiones escritas a lo largo de los últimos años. Reflexiones e impresiones cortas y directas escritas en mil parajes diferentes, sobre temas humanos diferentes y utilizando un lenguaje literario. En realidad “es como un paseo por esos bosques de seres humanos que pueblan la tierra y en los que sin orden ni clasificación botánica posible, se encuentran árboles con hojas y flores de múltiples formas, colores, lenguajes y sonidos diversos”. En realidad es una “pequeña aventura literaria, una licencia emocional expresada en palabras con las que he mirando el brillo claroscuro del verde y el azul lejano del silencio del ser humano”. Por otra parte, ahora, ahora mismo, me preocupa y ocupa la idea de Dios. En como el hombre comenzó (a través del proceso evolutivo) y alcanzó, con su cerebro, a elaborar esa idea universal, tan preñada de emoción y sentimientos. Pienso que la idea de Dios no ha sido propiamente tratada desde la perspectiva de lo que conocemos hoy del cerebro humano y como funciona y como construye el mundo que vemos. Creo que, aun cuando parece todo dicho y tratado sobre Dios, queda mucho por decir desde la perspectiva de la Neurociencia Cognitiva. En eso pienso que todavía se podría desvelar “algún misterio”.

Germanico
Germanico

No hay aprendizaje sin error, ni tampoco acierto sin duda. En éste, nuestro mundo, hemos dado por sentadas demasiadas cosas. Y así nos va. Las ideologías y los eslóganes fáciles, los prejuicios y jucios sumarios, los procesos kafkianos al presunto disidente de las fes de moda, los ostracismos a quién sostenga un “pero” de duda razonable a cualquier aseveración generalmente aprobada (que no indudablemente probada), convierten el mundo en el que vivimos en un santuario para la pereza cognitiva y en un infierno para todos, pero especialmente para los que tratan de comprender cabalmente que es lo que realmente está sucediendo -nos está sucediendo.

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21 comentarios

  1. Como ve, Profesor Mora, también aquí han expresado los lectores de El Cultural el gran aprecio que les merecían sus artículos. A su juicio, y al mío también, daban un enorme valor a esa publicación, que ahora ha perdido.

    Agradecemos que haya explicado las razones por las cuales dejó de colaborar.

  2. Yo escribí al Mundo y NATURALMENTE no me contestaron… debe ser su estilo Si alguien aun compra el periodico y lee el suplemento veram que se ha convertidos en un mal folleto con comentarios banales de libros y la editorial caduca del Sr Anson…Vaya fichaje señores!!!!

  3. Con retraso descubro esta pagina con esta excelente entrevista, cosas de la navegacion por la web. Usualmente me pongo «al día» de los escritos y actividades de Mora. Coincido plenamente con los anteriores comentarios y yo también escribire a El Cultural con la direccion amablemente facilitada.

  4. Muchas gracias Germánico por hacerme consciente de los comentarios que siguen a la entrevista. Siento no haber podido entrar en el Chat esta mañana. Agradezco los comentarios de los lectores en relación a los artículos de El CULTURAL. Y aprovecho esta oportunidad para explicarles muy brevemente lo sucedido con este Suplemento del periódico EL MUNDO. Lo cierto es que he colaborado durante algunos años con estos artículos y siempre he agradecido a Blanca Berasategui, la directora, y Javier López-Rejas, el responsable de Ciencia, su deferencia en publicarlos. La verdad es que me hacia mucha ilusión hacerlo dadas las muchas respuestas (e.mail) que recibía de los lectores tras cada publicación y la necesidad, en esta España nuestra, de reivindicar la Ciencia como Cultura. He sido yo quien decidió dejar de colaborar. Hace algún tiempo ya sucedió lo mismo. Es decir, dejé de colaborar durante un tiempo porque no cumplían el compromiso de publicación mensual y los artículos aparecían de modo azaroso, de vez en cuando y recibía muchas quejas de los lectores. La presión de los lectores entonces (creo) hizo que me llamaran para reiniciar la colaboración mensual. Pero, de nuevo, recientemente, comenzaron a dejar de publicar los artículos los primeros jueves de cada mes que era el acuerdo que alcanzamos en esta segunda edición. Creo que es claro que todo es expresión de su falta de interés para con la Ciencia. Y colaborar en estas condiciones se me hacía imposible. Así que los llamé dándoles las gracias, por cierto, que su directora no tuvo siquiera la deferencia de contestar, claro índice de su completo desinterés por los artículos. Y no hay mas historia. A lo mejor, en el fondo, no es tanto el interés que ellos tengan por la Ciencia como por el pobre valor que tienen los artículos. Lo que seria muy comprensible.

  5. Me ha parecido una magbifica entrevista. Enhorabuena. A mi tambien me ha dado mucho tema para pensar.
    Me uno a las criticas contra El Cultural de El Mundo. Yo tembien segui los articulos de Mora. Es mas, cada vez que abria el Cultural lo primero que miraba era siempre si traia un articulo de Mora. Lo ocurrido no lo entiendo y mira que lo he comentado con mucha gente. En cuanto termine esta nota escribo a El Cultural. Creo que son unos berzas y si consiguiera un e-mail de PedroJota que de verdad lo leyera haría algo porque estoy seguro que no sabe nada de este asunto para desgracia de su propio periodico
    Saludos a todos

  6. Me ha interesado muchisimo la entrevista, especialmente lo concerniente con la evolucion constante cerebral y la intencion de mantenernos vivos en el fondo de todo ello. Indudablemente son buenas respuestas a buenas preguntas por lo qque felicito a ambas partes.

    …Y entrando en la «polemica» salida del escritor de sus colaboracion con el Cultural (¡yo tambien lo seguía!)… ¿No habría modo de «sancionar» hechos como este? Hasta donde yo se no hay colaboraciones de este interes en la prensa, ¿Alguien conoce direccion o via de escribir a Pedro-J y comentarlo? ¿O incluso inundar directamente el Cultural con quejas? Por favor si alguine conoce una dirección de mail que la cuelgue.

    Gracias!

  7. Gracias, Lucio.

    Mora es muchísimo más que sus escritos en El Cultural, sin duda, e incluso mucho más que sus libros. Pero lo que llega a la mayoría de nosotros, de forma amena e instructiva, son estos.

  8. Al final esto se convierte en un debate sobre si el escritor escribe o no en el cultural. Yo tambien lo seguia y es increible la poca vision de futuro que tienen algunos peridicos, bueno suplementos, porque predrojota no tendra tiempo de ocuparse de sus suplementos…
    Hablando de la presente esntrevista me parce muy buena , de principio a fin, buenas preguntas, buenas respuestas. No se quien eres Javier Moreno Germanico ni a que te dedicas en tu vida diaria (me gustaria saberlo) pero eres muy bueno. Del profesor Mora nada que añadir porque todos lo conocemos ya y sabemos de su brillantez y profunda cultura.

  9. Hola Juan. No sigo mucho El Cultural. Lo compra mi padre y cuando paso por su casa lo ojeo cansinamente. Suelo prestar atención a sus últimas páginas, que es dónde se puede encontrar algo de ciencia. El último que miré me pareció menos interesante que otros anteriores. Quizás hayan entrado en decadencia….

    Mario, me llamo Javier Moreno. De mi CV no podrías extraer demasiada información.

    Gracias a ambos y un saludo.

  10. Felicidades a Germánico por esta entrevista. Me apasiona el misterio de toda esta página, blog, foro etc… ¿Quien es Germánico?
    Por favor ¡¡¡pistas!!!

  11. Me alegra encontrar otros lectores desilusionados por la finalizacion de los ensayos que publicaba El Cultural, creo que tienen mala vision comercial porque a lo que veo ya han perdido varios clientes por el mismo motivo, y en esas empresas «la pela es la pela»… en fin que ese suplemento cultural cada vez es peor (hasta Mayo fue emporando, lo compré por última vez y ninguno mas) ¿Sabe alguien si estas colaboraciones estan saliendo en algun otro medio de la competencia? (puede ser una posibilidad…)
    Enhorabuena a Germánico por la entrevista

  12. No sabía que hubiera colaborado asiduamente en el Cultural de El Mundo, pero si recuerdo haber leído algún artículo suyo allí.

    Tampoco tengo idea de cuál será su relación ahora con este medio, pero nosotros no albergamos esperanzas de que haga con nosotros una colaboración periódica, así que ni se lo hemos propuesto.

    😉

  13. Contesto a Miguel Rodrigo. Yo tambien coleccionaba las columnas que aparecian en el Cutiral del periodico el Mundo. Escribi a dicho suplemento dos veces y NO SE MOLESTARON EN CONTESTAR. Por supuesto que no esperen que compre un solo numero mas de su periodico…

    A lo largo de todos los libros de Mora aparecen temas relacionados con los articulos, pero en plan mas denso, de todos modos vale la pena comprarlos y como consejo son excelentes para cuando quieran hacer un buen regalo, se queda bien y no regalas una novelucha de las que luego almacenas en el estante de los recuerdos…

    Enhorabuena a quien haya conseguido esta excelente entrevista

  14. Me parece de un enorme interes la entrevista, enhorabuena!!!, menudo fichaje!!! (Espero que consigan una colaboracion periodica, este autor es «oro», paguenle lo que pida)
    Conozco al Profesor desde hace tiempo y le sigo en sus libros y escritos en periodicos con enorme interes.
    Por cierto (y este es el motivo de mi comentario) ¿Alguien sabe por qué ha dejado de colaborar con la revista Cultural de el Mundo (el periodico)…No se que politica llevan pero yo ya no lo compro y otras personas que coleccionaban sus colaboraciones tampoco… (¿Alguien recuerda artículos como el de la siesta, el frio y el calor, y tantos otros?)… ¿Sabe alguien si estos articulos estan recogidos en algun libro?

    Saludos!!!

  15. No le he mencionado nada, y no sé si lo conocerá. La cultura de Mora es vasta. También estoy de acuerdo con Angel en lo que respecta a la denominación y enfoque de la disciplina «neuro».

    Lee este artículo, si puedes y quieres. Tanto el artículo como el blog son enteramente recomendables.

    Pronto, si las cosas no se tuercen, tendremos a Bloom entre nosotros. Alabado sea.

  16. Germanico, aprovechando que es otro de los que desea estudiar la idea de Dios desde «neuro» si le mencionaste lo de la «Neuropsicologia de la Religiosidad» de Hans Ferdinand?. Jeje aunque probablemente ya la debe conocer.

    Aun considero que mas que el «idolo», la creencia y la religiosidad son las vitales en entendimiento del por que de la sensación de trascendencia que desencadena actualmente la idea de Dios. Pues si Dios es creible es por que se hace creible existencia de trascendencia, intención en la naturaleza, entidades inteligentes independientes de la materia, y la confianza crediticia en testimonios religiosos que situan en grados de verdad la idea de Dios. Convergeria a lo mismo… mas que el idolo como tal lo fundamental es la religiosidad, la trascendencia y el como funciona esta en el cerebro para dar crediciones.

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