Ya está bien! Vuelvo al tajo. El otoño se presenta caliente, muy caliente. Y no precisamente porque vayamos a sufrir las consecuencias inexorables del Calentamiento Global Antropogénico (otra cosa es que en los próximos dos años «El Niño» les regale dos ases a los calentólogos, que va a ser que sí) ni porque desde el Ministerio (cuál de ellos, por cierto?) se empeñen en vendernos mapitas con provincias coloreadas de amarillo y rojo (colores muy patrios, cosa rara) allí donde ha hecho un calor de padre y muy señor mío desde que Averroes ponía emplastes de barro fresco (como mínimo).
No, nos calentaremos a la brasa de las elecciones alemanas al Bundestag. Esas en las que el tándem Merkel-Westerwelle (democristianos y liberales) parecen llevar ventaja frente a una izquierda dividida entre los nostálgicos de la pobreza subvencionada y los que sueñan con el enchufe vitalicio. Están los verdes también. No olvidemos que en todo plebiscito que se precie ha de existir un cierto número de víctimas de la propaganda y frustrados predicadores del autoodio (esos que prefieren conservar una hormiga antes que consentir que usted le de de comer a su niño, aunque para ello deban mentirle).
Nos acurrucaremos al calor de las llamas de la hoguera nacional. Ver al país en contínua descomposición, como si de troncos de roble en la hoguera se tratase, es un espectáculo dantesco, sí, pero dado que los del chisquero no cejan en su empeño pirómano y los de la botija de agua no saben dónde han dejado la susodicha, no nos queda otra que sacar el lado romántico de toda fogata y disfrutar con el crepitar de lo poco que va quedando. Y cruzar los dedos para que no nos toque inmolarnos en la pira del paro, claro. Me pregunto si, dado cómo está el patio, será más fácil arder por brujo que por bruja; a la hoguera -feminizante como ven- le da igual y al fuego -malo, malísimo, masculinizante como ven- le quedan cuatro días mal contados: me ha dicho un pajarito que la nueva ley de desarrollo sostenible prevee limitar el consumo de oxígeno en los procesos de combustión. Si es que no hay nada como regular las leyes naturales, que para eso son leyes, no?
En dos palabras, esto sí:
Bien Venido.
Germanico, y yo encantado … qué mejor compañía que la vuestra.
Saludos de nuevo 🙂
Sí, a Manin esta vez le voy a permitir que se retrate cuantas veces estime oportuno. Me deseará esta vez la muerte por congelación? por deshidratación? nos mantenemos a la espera.
Un abrazo a vosotros.
¡Hombreee Luis!, sin desmerecer a los demás, sin tí, esto no es lo mismo. Saludos.
P.D. Mantén al Manín, que el chaval tiene su gracia (des, pero gracia).
Bienvenido de nuevo Luis.
Manin estaba como loco sin tu presencia.
Caramba, Luis, vuelves con fuerza. Una alegria volverte a ver activo por la blogosfera!
Un abrazo californiano.
Bueno, teiendo en cuenta que decía hace un año que ibamos hacia el enfriamiento global y ahora dices que no, creo que el que insulta nuestra intelgiencia eres tu. Por cierto, se nota mucho que te quieres curar en salud…
Deber ser frustrante que las evidencia echen por tierra tu «enfriamiento» global.
Son tus problemas de comprensión lectora, Manin. Pero no te preocupes, yo te comprendo … el próximo post sobre el tema te lo dedicaré a tí y procuraré mantener un nivel que te permita seguir el hilo de lo que cuento… y, por supuesto, darte pié al insulto fácil o directamente la amenaza ramplona, que son las dos cosas que mejor se te dan.
Saludos a los demás! Yo también os echaba de menos. Ya veremos cuanto tardo esta vez en sobresaturar la agenda 😛
Me alegro. Se le añoraba…
Welcome back!
Se echaba de menos…
Abrazos,
Bienvenido, Luis I., da gusto saber que vuelves al tajo.
Gracias por alegrarnos el día con tu imbecilidad….
Caramba! Y a quién insultabas estos meses, Manin? :DDDDDDD
… debe ser frustrante ….