Cuando terminé «La crisis …» me pregunté, entre otras cosas, sobre qué clase de arcanos escribiría Dennett y en que dialecto del chino para que, después de digerir a Husserl, no pudiera con Consciousnnes Explained (no había traducción). Me arriesgué. No sabía cuánto.
«Lo que caracteriza a todas las formas del naturalismo extremo y consecuente, es, por un lado la naturalización de la conciencia, inclusive la de todos los datos intencionales inmanentes de la conciencia; por el otro, la naturalización de las ideas y, por consiguiente, de todo ideal y de toda norma absoluta.»
No es exactamente una definición pero resume bastante bien cómo describiría yo la filosofía que practica el profesor Dennett. La cita es de Husserl, ya que estamos, de La filosofía como ciencia estricta. Más aún «[El] filósofo naturalista enseña, predica, moraliza, reforma». ¿Hace todo esto Dennett? Creo que no. Es decir, sí enseña y, más que reformar, «deconstruye«; lo que no hace es emplear su «incorruptible materialismo» ni para predicar, ni para moralizar, aunque quienes de una u otra manera elevan el tono de sus críticas piensen todo lo contrario. ¡Detengan a ese cuervo!
En unas sabrosísimas notas autobiográficas, Dennett nos cuenta que
“Desde mediados de los años 80 mi atención estaba dividida entre la biología evolucionista por un lado y la ciencia cognitiva por otro. Dado que lo que se estaba haciendo en ambos campos me parecía mucho más fascinante y fructífero -más filosóficamente iluminador- que casi cualquier trabajo que se estuviera haciendo en filosofía, me encontré abandonando las viñas filosóficas y colaborando con personas de otros campos.”
Filosofía de la mente y evolución. Conciencia, sistemas intencionales, teoría computacional de la mente, selección natural, adaptacionismo, memética … Estos son alguno de los titulares de la obra de Dennett, las preguntas a las que trata de responder, a mi juicio, son las siguientes: ¿Cómo reconciliar el elevado concepto que tenemos de nosotros mismos (como especie) con la realidad científica de nuestras limitaciones? ¿Cómo se las ingenió la naturaleza para crear la mente, un complejísimo sistema intencional, a partir de millones de pequeños robots sin conciencia … ?
Dicho de otra manera, ¿cómo puede un filósofo naturalista, un materialista incorruptible, defender la evolución de la libertad?; ¿cómo puede explicar la aparición de la conciencia (o explicar qué es)? y ¿qué puede decirnos de la vida, si todo significado que atribuimos a nuestra existencia no es más que una metáfora, otro truco de la selección natural? No parecen el tipo de preguntas cuya respuesta uno espera encontrar entre las que formula un filósofo marciano, un investigador de la conciencia humana en tercera persona que, esto es, sobrevuela heterofenomenológicamente el rico mundo de nuestras intuiciones y comportamientos. Sin embargo Dennett no rehuye las connotaciones metafísicas o teleológicas con la que algunos colegas, todavía, pretenden justificar el carácter único de nuestra especie. Simplemente se plantea, discute, su pertinencia … para descartarlas ¡Detengan a ese cuervo!
Así, la conciencia, no es lo que la gente suele pensar que es: un escenario, el “teatro cartesiano” en el que un homúnculo trabaja afanosamente para reunir percepciones y gestionar las acciones pertinentes… un YO literalmente alojado en el “centro” de nuestra mente. A esta poderosa intuición, vestigio de un dualismo cartesiano superado en otros ámbitos, Dennett opone una explicación funcionalista que compara al cerebro con una computadora y explica la conciencia como un producto de sus operaciones distribuidas en multitud de procesos inconscientes …
Algo que no convence ni a Jerry Fodor …
“Si, para decirlo rápidamente, mi cabeza está habitada por una comunidad de ordenadores, más vale que también haya alguien a cargo de su funcionamiento, y más vale que ese alguien sea yo”
… ni a Robert Wright (entre otros):
“Por supuesto, aquí el problema es postular que la conciencia es idéntica a estados físicos del cerebro. Cuanto más se empeñan Dennett et al en explicarme qué quieren decir con eso, más me convenzo de que, en el fondo lo que quieren decir es que la conciencia no existe”
No exactamente. Lo que Dennett niega es la “magia” de la conciencia. Para explicar cómo surge esbozó en Consciousness Explained la teoría de los borradores múltiples, rebautizada recientemente como “popularidad cerebral”. De acuerdo a esta teoría la conciencia se parece más a la fama que a la televisión: no se trata de una representación “cartesiana” sino de una “competición” en la que ciertos contenidos, eventos que suceden en la incesante actividad cerebral, consiguen algo parecido a la fama compitiendo con otros que, por lo tanto, quedan relegados. Más gráficamente: aparecer en la televisión no es lo mismo que ser famoso, es decir, aparecer 15 minutos en la caja tonta no le asegura a uno la fama, sino sólo eso: quince minutos de tele … y un rápido olvido. Para Dennett una teoría de la conciencia debe esforzarse en explicar por qué unos contenidos prevalecen mientras que otros se extinguen una vez concluyen sus modestos quehaceres.
Esta perspectiva computacional, reforzada por el conductismo lógico que heredara de su maestro Ryle, la “actitud intencional” (que requiere “un abordaje de la conciencia en tercera persona”), se lleva por delante dos conceptos queridos a muchos filósofos y científicos de la mente: los qualia, la irreductibilidad del punto de vista en primera persona; y el “zombismo”, una “ilusión cognitiva” tan pertinaz como estéril. ¿Para qué sirve estudiar a una máquina idéntica a nosotros (los seres humanos) salvo por el detalle de que no tiene conciencia? Es decir, eso, a nosotros sin conciencia … Je, usando a David Chalmers como “sujeto heterofenomenológico”, Dennett concluye:
“El hecho de que algunos sujetos tengan la corazonada zombi no puede considerarse un argumento válido para revolucionar la ciencia de la conciencia.”
Así pues, cada “cada uno de nosotros está hecho de robots mecánicos y punto”, carentes de conciencia o finalidad: para comprender la mente tenemos que abandonar ese sustrato, elevar nuestras pesquisas desde el nivel físico hasta el intencional para estudiar el “propósito” adaptativo de los algoritmos darwinianos que, durante cientos de años, han modelado, tambien sin conciencia ni finalidad, nuestra mente. Y nuestra libertad. Un atributo mucho más joven que nuestra especie que necesita mucha atención ya que “alguna de nuestras ideas tradicionales sobre la libertad están simplemente equivocadas; más aún […] son contraproducentes y ponen serios problemas al futuro de la libertad en este planeta”.
A Dennett se le ha llamado fundamentalista ultradarwiniano, u otras lindezas parecidas, con el propósito de inflamar los debates al respecto de cuestiones aparentemente técnicas, pero que, por motivos no siempre claros, tienen o tenían clara connotaciones políticas y … a la larga, personales. En Darwin’s Dangerous Idea, Dennett otorgaba a Darwin el premio a “la mejor idea que nadie haya tenido”, un “ácido universal”, una idea revolucionaria que encuentra aplicación más allá de su ámbito original, la biología, y que por lo tanto sigue levantado suspicacias, temores y .. ácidas disputas. Los opositores a la difusión del algoritmo darwiniano, el poder del pensamiento adaptacionista, buscarían contenerlo en los límites de la biología con técnicas “contrarrevolucionarias” . Tal es el caso Stephen Jay Gould, a quien Dennett acusaba de promulgar tres falsas alarmas para desvirtuar la validez del darwinismo ortodoxo (en expresión del propio Gould). Tales “alarmas” serían: la hipótesis del equilibrio puntuado, la aparición de subproductos no adaptativos (spandrels) y la importancia del azar en la evolución. Gould contestó con dureza a Dennett desde las páginas del New York Review of Books (Gould, Dennett), una reedición de las guerras evolucionistas de los setentas, en la que Allen Orr también tuvo un papel destacado y despiadado (Orr, Dennett,Orr). Gould no es el único damnificado, es un decir … en Darwin´s Dangerous Idea, por lo demás una amenísima introducción a la evolución darwinista, Dennett arremete contra Stuart Kauffman (por salirse del guión de la selección natural) y contra otros como Jerry Fodor, Searle, Roger Penrose o Chomsky por su aversión a la marea adaptacionista y su afición a los «ganchos celestiales». ¡Detengan a ese cuervo!
Como ven, Dennett es un pensador difícil de resumir, imposible de sistematizar (él mismo se revuelve ante esa posibilidad) y que no nos deja indiferentes. Cuando acepté el reto de José Antonio Marina y picado por la curiosidad no quise seguir su consejo, descubrí a una rara avis de la filosofía. Daniel Dennett es un pensador a quien nuestras editoriales, perdón el público español, no tratan como se merece. Desconozco las ventas de su última publicación, Rompiendo el hechizo(la religión como un fenómeno natural), pero cuesta entender que dos de sus obras imprescindibles no se hayan reeditado en años. Tal vez nos creamos más libres de lo que somos (a nivel intencional, se entiende).
“Tal vez hayamos encontrado aquí el verdadero rostro del miedo secreto que se esconde detrás de algunos de los gritos de: ¡detenga ese cuervo! No es que la ciencia vaya a robarnos nuestra libertad, sino que va a darnos demasiada libertad.”
Así “predica” un filósofo naturalista.
El profesor Dennett ha contestado amablemente a nuestras preguntas.
1. When talking about evolution and its many spurious controversies I’ve been asked for recommended readings. I usually recommend two titles (well maybe three): The Descent of Man and Darwin’s Dangerous Idea (the third one is Ernst Mayr’s What evolution is). I think yours, the latter, is an extraordinary introduction to darwinian thinking and a must-read for those who think that Stephen Jay Gould is the canonical author of the “Evolution Theory”. How much harm have Gould’s ideas done to the understanding and divulgation of “what evolution is”?
It has been seven years since Gould died, shortly after publication of his huge (and largely unreadable) tome, The Structure of Evolutionary Theory. During that time, the flood of misguided anti-adaptationism inspired by his work has receded considerably, in my informal judgment. Many important articles and several important books have been published that are so unabashedly adaptationist in their methodology and perspective that they hardly ever mention his critiques, and don’t bother responding to them in any case. The politically motivated misrepresentation of sociobiology and evolutionary psychology initiated by him and Lewontin, continues unabated, and several aspirants to his role as a ferocious critic of these disciplines have emerged, but none with his stature or eloquence. So perhaps the damage will dissipate soon enough. With any luck, posterity will remember all the good explanations and popularizations he wrote, and forget his misbegotten campaigns.
The role of evolutionary economics is not yet settled, but insofar as there are important insights and corrections to be gleaned from an evolutionary approach (and I think there are going to be many), they will be scarcely affected by any constraints or conditions imposed by regulation, which is, after all, just one more environmental condition. For insights into the prospects, pro and cojn, for an evolutionary approach to economics, see, e.g., Don Ross Economic Theory and Cognitive Science: Microexplanation (Bradford Books) 2007.
Thanks for the alert about this pathetic outburst by Buchanan. It is too early to tell, but I see signs that 2009, the year of Darwin, is actually having a good effect. With all the conferences and books and articles, the opposition to Darwin is getting more shrill and more desperate. Let him rail about Darwin; if it provokes more people to read Jerry Coyne’s new book, WHY EVOLUTION IS TRUE , or Dawkins, or all the others, the realization that evolutionary biology is, simply, the truth about the biosphere will sink in, and then politicians will drop the topic like a hot potato. Buchanan is already firmly lodged in the public imagination as one of the chief goons of the American right. With enemies like him, Darwin hardly needs friends.
4. Quoting Massimo Pigliucci: Do we need an extended evolutionary synthesis?
In one sense, of course, we always need an extended evolutionary synthesis. New facts, new complications, new theoretical forays, require continued adjustment, extension, revision, of the basic evolutionary synthesis that is now half a century old. The new emphasis of “evo-devo” , which stresses the role that development plays, interactively, with genetic evolution, has adjusted everybody’s perspective, and there are surely more adjustments to come. Is any of it ‘revolutionary’? Well, most scientists would love their contributions to be hailed as revolutionary, but I don’t see anything that deserves that label—especially since it tends to imply that the theory that went before, the Establishment science, if you like, was either deeply mistaken or at least much less complete than imagined, like Newtonian physics, which is still a wonderful and reliable approximation of the truth in almost all applications in science. Einstein’s physics is revolutionary; quantum physics is revolutionary; I don’t think evo-devo is revolutionary, and I don’t see anything else that better deserves the label.
Yes, and it is receiving one. See, for instance, the essay by me and Kathleen Akins on scholarpedia. http://www.scholarpedia.org/article/Multiple_drafts_model
And many of the neurophysiological details I deliberately remained neutral about in 1991 (because I didn’t want to tie my account to a particular implementation that proved too fragile) are now beginning to come into focus. In a few years, if I can find the time and energy, I will be doing a complete update, with much more experimental detail and support.
Not yet! There is not enough neuroscience that is both clearly established and clearly relevant to the questions jurors must decide. But the day is approaching when we will be able to assess quite objectively the (sometimes plausible, sometimes not so plausible) claims by various defendants that they were incapacitated, unable to make decisions that were free IN THE SENSE THAT THE LAW REQUIRES. Then, as with fingerprinting and DNA testing, we will have to educate the pools of jurors, so they are not easily misled by the experts, who will no doubt be enlisted on both sides.
Boyd and Richerson argue—and I’m sure they’re right—that evolution has given us a strong bias as young children in favor of accepting what our parents tell us. Why? Because, to a first approximation, we and our parents share our “genetic goals”; we are unlikely to get much counterproductive misinformation from them. The same can be said about bear cubs and eaglets: Do What Mother Says! In our species, unrelated meme-spinners have found ways of exploiting this bias. It is no accident that religious leaders are typically called Father.
8. In Freedom Evolves you wrote that freedom is younger than our species. It seems that it is a by-product of other complex cultural adaptations …
Yes, when language evolved, we learned, eventually, to share evaluations, trade notes, consult each other about what we were doing and why. The question “Why?” is the key; it demands or invites the articulation of reasons, which is the key to our freedom. We can see a ‘fossil trace’ of this in the word we use to identify those with free will: we call them “responsible”—they are capable of RESPONDING, reasonably, to articulated REASONS. If you tell your dog why it shouldn’t run into the street, it will respond, but it will just bark; it can’t understand. That’s why it doesn’t have free will in the morally important sense.
En castellano:
Hace siete años que murió Gould, poco después de la publicación de su voluminoso (y en gran parte ilegible) tomo, La estructura de la teoría de la evolución. Durante este tiempo, la avalancha de anti-adaptacionimo descarriado inspirado por su trabajo ha disminuido considerablemente, en mi opinión informal. Muchos artículos y varios libros importantes que se han publicado son tan decididamente adaptacionistas en su metodología y perspectiva que casi nunca mencionan sus críticas, y no se moleste en responder a ellas en cualquier caso. La tergiversación de la sociobiología y la psicología evolucionista, políticamente motivada, iniciada por él y Lewontin, continúa sin cesar, y varios aspirantes a su papel de crítico feroz de estas disciplinas han surgido, pero ninguno con su estatura o elocuencia. Así que tal vez el daño se disipe pronto. Con suerte, la posteridad recordará todas las buenas explicaciones y su labor divulgativa, y olvide sus espurias campañas.
2. Usted finalizaba La peligrosa idea de Darwin con un consejo: Úsese con cuidado, «el aspecto verdaderamente peligroso de la idea de Darwin es su capacidad de seducción». En un artículo de Scientific American Gary Stix citaba :»[…] la incorporación de la selección natural darwiniana en las simulaciones del comportamiento económico puede ayudar a producir ideas útiles sobre cómo funcionan los mercados y a proporcionar predicciones más precisas de lo habitual sobre cómo los agentes financieros -tanto los individuos como las instituciones- se comportarán». Suena bien, pero ¿realmente tiene sentido jugar a la»selección natural» en economías fuertemente reguladas?
El papel de la economía evolucionista todavía no está resuelto, pero en la medida en que haya importantes ideas y correcciones que se desprendan de un enfoque evolucionista (y creo que van a ser muchas), estarán poco afectados por las restricciones o condiciones impuestas por la regulación, que es, después de todo, sólo una condición ambiental más. Para conocer las perspectivas, a favor y en contra, de un enfoque evolucionista de la economía, véase, por ejemplo, Don Ross, Economic Theory and Cognitive Science: Microexplanation (Bradford Books) 2007.
3. Una muy corta. Pat Buchanan ha vuelto a hacerlo. Ha publicado un nuevo libelo contra Darwin, ¿cómo puede explicar la importancia de la “evolución” en la política americana?
Gracias por el aviso sobre este patético arrebato de Buchanan. Es demasiado pronto para decirlo, pero veo señales de que 2009, el año de Darwin, está teniendo de hecho un buen efecto. Con todas las conferencias y libros y artículos, la oposición a Darwin es cada vez más estridente y está más desesperada. Dejémosle que desbarre sobre Darwin; si eso provoca que más personas lean el nuevo libro Jerry Coyne, Why evolution is true o los de Dawkins, o de todos los demás, la comprensión de que la biología evolucionista es, simplemente, la verdad sobre la biosfera calará, y entonces los políticos dejarán el tema como si fuera una patata caliente. Buchanan ya está firmemente asentado en el imaginario colectivo como uno de los principales gorilas de la derecha americana. Con enemigos como él, Darwin no necesita amigos.
4. Citando a Massimo Pigliucci: Necesitamos un síntesis evolucionista ampliada?
En cierto sentido, por supuesto, que siempre necesitamos una síntesis evolutiva ampliada. Nuevos hechos, nuevas complicaciones, las nuevas incursiones teóricas, requieren un ajuste, la ampliación, revisión, de la síntesis evolutiva básica que tiene ahora medio siglo de antigüedad. El nuevo énfasis de la «evo-devo», que subraya el papel que desempeña el desarrollo, interactivamente, con la evolución genética, ha modificado la perspectiva de todo el mundo, y seguramente habrá más ajustes en el futuro. ¿Es esto ‘revolucionario’? Bueno, la mayoría de los científicos desean que sus contribuciones sean aclamadas como revolucionarias, pero no veo nada que se merezca esa etiqueta, especialmente porque viene a implicar que la teoría hasta ese momento vigente, la Ciencia, si se quiere, era o bien errónea o, al menos, mucho menos completa de lo imaginado, como la física newtoniana, que sigue siendo un maravilloso y fiable aproximación de la verdad en casi todas las aplicaciones de la ciencia.La física de Einstein es revolucionaria, la física cuántica es revolucionaria, no creo que evo-devo sea revolucionaria, y no veo nada que mejor merezca la etiqueta.
5. Hayek escribió en El orden sensorial que “la idea de una mente que se explica a sí misma es una contradicción lógica y es el resultado de un prejuicio que establece que debemos ser capaces de tratar los acontecimientos mentales como a los físicos”. Hayek avanzó algunas ideas que recuerdan al Modelo de los borradores múltiples de la conciencia que usted introdujo en La conciencia explicada (si tan sólo hubiera conocido su heterofenomenología …). Han pasado veinte años desde la publicación de su libro. ¿Es necesario actualizar el Modelo de borradores?
Sí, ya tenemos una actualización. Vea, por ejemplo, el ensayo que Kathleen Akins y yo hemos publicado en la scholarpedia.
Y muchos de los detalles neurofisiológicos sobre los que me mantuve deliberadamente neutral en 1991 (porque no quise vincular mi hipótesis a una implementación particular que resultara demasiado frágil) están comenzando a enfocarse. En unos pocos años, si puedo encontrar el tiempo y la energía, voy a hacer una actualización completa, con mucho más detalles experimentales y apoyo.
6. ¿Cree usted que un jurado debe saber de neurociencia? Después de todo ellos juzgan personas, no cerebros …
¡Todavía no! No hay suficiente neurociencia claramente establecida ni claramente pertinente a las cuestiones sobre las que debe decidir un jurado. Pero se acerca el día que seremos capaces de evaluar objetivamente las (a veces plausibles, a veces no tan plausibles) alegaciones de diferentes acusados sobre su incapacidad para tomar decisiones que fueran libres EN EL SENTIDO DE QUE EXIGE LA LEY. Entonces, al igual que con las pruebas de ADN y las huellas dactilares, habrá que educar a los jurados, para que no sean fáciles de engañar por los expertos, que sin duda se alistarán en ambos lados.
7. Richerdson y Boyd se han preguntado, ¿por qué la selección natural no ha estructurado la psicología del aprendizaje social de manera que prestemos atención al comportamiento de quienes no son nuestros padres, pero sólo para aprender aquello que es bueno para nuestro mejora genética? En otras palabras ¿por qué los memes no son siempre adaptativos? (es decir, salvo para ellos mismos).
Boyd y Richerson argumentan -y estoy seguro que tienen razón- que la evolución nos ha dotado de un fuerte sesgo cuando somos niños pequeños para que aceptemos lo que nuestros padres nos dicen. ¿Por qué? Porque, en una primera aproximación, nosotros y nuestros padres compartimos los mismos «objetivos genéticos»; es poco probable que recibamos de ellos desinformación contraproducente. Lo mismo puede decirse para los oseznos y los aguiluchos: ¡Haz lo que dice tu madre! En nuestra especie, los hiladores de memes han encontrado la forma de explotar este sesgo. No es casualidad que los líderes religiosos suelan llamarse Padre.
8. En la Evolución de la libertad usted escribió que la libertad es más joven que nuestra especie. Parece que es un subproducto de otras complejas adaptaciones culturales ….
Sí, cuando el lenguaje evolucionó, aprendimos, finalmente, a compartir las evaluaciones, intercambiamos impresiones, compartimos lo que hacíamos y por qué lo haciamos. La pregunta «¿Por qué?» es la clave; demanda o invita a la articulación de razones, que es la clave para nuestra libertad. Podemos ver un “rastro fósil” de lo que comento en la palabra que utilizamos para identificar a aquellos con libre albedrío: los llamamos «responsables»-que son capaces de RESPONDER, razonablemente, a RAZONES. Si usted le dice a su perro por qué no debe correr en la calle, responderá, pero con un ladrido, no puede comprenderle. Es por eso que no tiene libre albedrío en el sentido moral importante.
Gracias Alonso.
Dennett es muy bueno. Sobre el estudio de la concincia esperamos tener nuevos invitados muy, pero que muy interesantes, en breve.
Saludos,
Antonio
He visitado este blog al preguntar mas sobre heterofenomenologia,
Leo el libro de Dennett. DULCES SUEÑOS.
SU RESUMEN DEL AUTOR ES MUY BUENO.
CREO COMPARTIR EL INTERES POR LO EVOLUTIVO Y EL ESTUDIO DE LA CONCIENCIA
ATTE ALONSO
Antonio, muchas gracias por la entrevista. Siempre he sido «fan» de Dennett jeje es un viejito tierno y buena persona parece jajaja, aunque sea un poco polemico. Aun deseo estudiar muchisimo sobre la conciencia, el pensamiento y como surge este interesante y complejo mecanismo de control en los seres humanos con emergencia y evolución.
El enfoque de Dennett siempre me ha parecido correcto en ciertas medidas y aun faltara descubrir mas enfoques al analisis de la psicologia cognitiva que tal vez aun no hemos vislumbrado, es sin duda un tema apasionante que siempre me emociona cuando rozo con él, esperare felizmente muchos mas aportes.
E, Estamos aun en una ilustración constante seria demasiado inocente decir que la religión, la politica y la ciencia no deban chocar cuando la implicación de cada una sobre el comportamiento, reglas y paradigmas sociales es evidente. Lo politicamente correcto y otras tonterias sobre lo que debemos pensar a un nivel acritico, diosificado o demonizado son solo aberraciones politicas que aunque siempre se daran, siempre debemos reconocerlas por su falta de racionalidad asi sea apelando a la misma «racionalidad» como estandarte. Una equivocación de ciertos racionalistas es ignorar nuestra humanidad, nuestros sentimientos, nuestra capacidad de amar que ciertamente al contrario a nivel racional podemos decir que es una de las ventajas evolutivas mas importantes de nuestra especie.
Muchos enfoques sistemicos de el analisis de psicologia cognitiva, que desean descubrir como surge nuestra conciencia y como tomamos decisiones son muy acertados e interesantes pero no deben ser dirigidos hacia el menosprecio del ser humano pues estas tendencias son tontas. Descubrir que somos, aprender evolutivamente y posiblemente infinitamente mientras mas y mas emerga conocimiento y nuevos desconocidos es la ilustración evolutiva que se abre paso dia a dia es lo importante, tanto derechas como izquierdas tomaran su tajada parcial para justificar sus decisiones, opiniones, demonificaciones, etc. Pero aunque tomemos una postura siempre debemos ser humildes, autocriticos y escuchar a los demas pues en nuestra humanidad tambien esta el error y la equivocación, ignorarlo es peligroso. Personalmente siempre tengo fe en la humanidad y creo que aunque la polemica es fuerte en muchos campos y ciertos grupos parecen irreconciliables mientras continuemos aprendiendo unos de los otros y estudiando quienes somos, que somos, como aparecimos, entre tantas preguntas importantes evolucionaremos en conocimiento y aprendizaje y esto permitira reducir los errores pues aprenderemos de las consecuencias nocivas de muchas decisiones a nivel historico pero siempre hacia adelante, actualmente existen posturas discriminatorias, menospreciantes y erroneas. Pero creo que vamos lentamente por buen camino, espero que los errores no lleguen a ser demasiado severos o graves y evolucionemos todos juntos siempre para mejor ^^.
Jeje, pido disculpas si divague demasiado pero me parece divertido y emocionante abarcar estas cuestiones y que podamos expresar lo que pensamos, asi nos equivoquemos mientras aprendamos del resto.
De nuevo gracias Antonio, estare pendiente de tus publicaciones ^^.
Nada que lamentar. Sólo tengo la curiosidad por saber qué se comentó y si lo dicho motivó el cierre…. en fin, enterarme.
Gracias.
Lo lamento, Sr Gimeno, Antonio, en primer lugar por el tono y por la escasez de modales. Había o hubo peroratas sobre el tema planteado, de un par de veranos atrás, pero esa topera ya la volaron con dinamita y lo que me preocupa es que hay muchas otras personas que ya no se atreven a salir de la suya.
A los hijos de puta que nos han metido en esto no les voy a dar el placer de estar triste ni el de estar ocioso. No verán hundido en melancolías ni en estériles reflexiones a uno de los pocos desdichados – Internet es la estafeta de correos de una cárcel- de derechas, más o menos popular y sin hipotecas que aún se atreve a llamarlos como lo que son.
«Dan Dennet, que te dén» … ¡Detenga a ese cuervo! (algo más castizo, por decirlo suavemente).
¿Qué contenían los comentarios?
Es una pena que mis comentarios en http://www.debate21.com hayan desaparecido de la caché de google. Menudo dispendio de tiempo y energía. Razón de más para agradecer a Germánico su trabajo en DE.
En fin, a lo deshecho pecho. Y, Dan Dennet, que te dén. Yo venía a hablar de mi libro y no del sexo de los genes.