El pasado lunes tuvo lugar en Bruselas un encuentro de los Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea con el fin de sacar los planes de política común climática del atasco en que se encuentran. A pesar de que no pudieron ponerse de acuerdo sobre quién debería poner el dinero para pagar la aventura, no dudaron en dirigir sus miradas rápidamente en dirección USA. En su resolución, los Ministros europeos exigen que todos estados de la OCDE – sobre todo USA – acepten de forma vinculante las cuotas de emisión máxima de CO2 propuestas por la UE: Stavros Dimas, Comisario de Medio ambiente, fue claro y tajante:
While pleased with «encouraging signs» from Washington on global warming, the European Union is urging the Obama administration to adopt midterm targets for greenhouse gas reductions. «But this means that the Americans also have to put midterm targets on the table. They still have some time to do it, but it has to be done if we’re to have a ratifiable agreement in Copenhagen», said Dimas. «We called for a 30 percent reduction from developed countries as a group. For the United States, it could be more, or it could be less«.
Ayer, Todd Stern, el hombre de Obama en temas de clima, le dió a la UE unas contundentes calabazas:
President Obama’s lead international climate change negotiator yesterday dismissed as «unnecessary and unfeasible» a European proposal to have developed nations curb emissions 25 to 40 percent below 1990 levels in the next decade.
Speaking to policy analysts, business leaders and a handful of U.N. climate negotiators, State Department envoy Todd Stern said he is intent on hammering out a global emissions treaty that the U.S. Senate can ratify. He argued that pushing for overly ambitious midterm targets is not required by the science and would undermine the political goal. «I don’t want to bring home a dead-on-arrival agreement», Stern said. «We tried that. It didn’t do the world a lot of good».
Tras el No categórico de China y la India ya pueden sumar el no menos categórico No de Washington. La absurda (e impagable) política climática de la UE se queda sola bajo la lluvia.
Peazo artículo, currela. Eso es periodismo científico y no la pseudobasurilla que nos regala Pedro Jeta de vez en cuando.
Muy buenos los certeros títulos de los epígrafes «Money for nothing» y «fingers crossing».
Apuntemos, en resumen, para quien no tenga tiempo o ganas de leerse el artículo, algo de lo que se cuenta: Los distintos procesos de captura de CO2 en centrales térmicas tienen un coste de inversión y unos autoconsumos eléctricos tales que duplicarían (en el caso más optimista) el coste de producción de cada kWh. Además, los métodos de almacenamiento previstos no garantizan en el medio plazo que el CO2 no vuelva a la atmósfera.
Vamos, un chollo.
Pues a eso quieren nuestros gobernantes europeos destinar el dinero de nadie. Ése que nos sobra.
Querido Luis,
Te dejo un vínculo al artículo más realista (y lleno de datos reales, no de propaganda) sobre el tema de la captura, transporte y almacenamiento del CO2 que he leído hasta la fecha. Está en inglés, pero resume, nos guste o no, lo que hay. Recomiendo su lectura y una reflexión serena sobre el tema.
Saludos,
Gracias Currela. El fin de semana me pongo con el
Es que el enviado especial de Obama es contable. De hecho el bueno de Todd es en realidad Bernardo, el contable de Camera Cafe saludos./b
Saludos Balsero! no te pierdas las noticias que acabo de colgar sobre ciclones tropicales, huracanes y demás catástrofes anunciadas!
Quijotes, molinos de viento. Políticos, cambio climático antropogénico…
Lo malo es que en el segundo caso la torta nos la llevamos nosotros.