Ejemplos de la política exterior española

Estos días han estado visitando España Cristina Kichner, la Presidenta argentina, y Ali Larijani, ex negociador iraní para la cuestión nuclear y actualmente el Presidente del Majhlis (o Parlamento) iraní. Sobre la primera, se ha escrito más, mientras que el segundo, con eso de que es oriundo del país que inventó lo del Diálogo/Alianza de las Civilizaciones, se le ha dejado en una «visita de perfil bajo», tan bajo que toda la información que he encontrado lo ha sido en blogs o en páginas oficiales iraníes.

La primera alabó la negociación con ETA:

Kirchner tampoco pareció reparar en la inoportunidad de defender el diálogo con los terroristas un día después de que ETA hiciera estallar un coche bomba.

¿Inoportuno? Pero si ha estado con Zapatero, que es quien defendió (y seguramente sigue defendiendo) el diálogo con ETA…

Y el segundo, que venía de Berlín, de negar el Holocausto aunque de la manera más sibilina posible para no tener problemas con la justicia, se inclinó por «no dejar a nadie fuera de las negociaciones en Palestina«, para que también se incluya a Hamas, su brazo armado para «echar a Israel al mar«, a lo que Zapatero dijo que «Irán es muy importante para la estabilidad de Irak y Afganistán». Pero lo mejor es esta frase publicada por el Teheran Times:

España está preparada para actuar como puente para construir relaciones entre la República Islámica de Irán y la Unión Europea usando todo su potencial.

Sí, España, ese mismo país que tiene que ofrecerle «todo lo que pida» a Sarkozy para obtener un mísero asiento en una conferencia internacional, gracias a ese mismo presidente y a su lúcida política internacional. Ah, no espera, que nunca se sentó al paso de la bandera estadounidense y nunca dijo que «todos los países debían irse de Irak, como había hecho él«. Debe ser que todo el mundo está confundido, porque los neocones mataniños nos han comido el cerebro.

Y mientras Irán condenaba a penas de prisión y a recibir 124 latigazos en total, a cuatro bloggers por cargos como «insultar al régimen», «insultar al líder supremo», «difundir propaganda falsa» o «tener en su posesión cartas», lo que les convertía en unos viciosos del juego.

La vita é bella

5 comentarios

  1. De toda esa colección de monstruos que gobierna en Sudamerica, la peor es la bicéfala (matrimonio) Kichner, sin duda mas sibilinos y ladrones que los otros. Solo hay que oírla hablar como se enorgullece de haber robado millones a base del uso de la fuerza, ni el simio venezolano es capaz de ser tan descarado.

  2. Juano,

    Será que soy más malo, pero yo creo que es que hay mucha gente que volvería a gritar «Vivan las caenas!» no por falta de visión, si no por gusto. Lo peor son los prejuicios, como bien supo Arístides… Basta escuchar, como he hecho yo, que los disturbios de PArís eran una mierda, porque se quemaron muchos Twingos y pocos Audis (sic.)

    Así que, hasta que no se plantee un sistema que evite que las personas se vean sometidas a decisiones ajenas a sus deseos, yo creo que pasaré de soñar, porque sólo sufriré y sufriré, así que, a otra cosa mariposa…

  3. A la larga, todo tiende a estabilizarse en un estado de fuerzas en el que un factor refuerza a su contrario, sin aparentemente pretenderlo, pero, de hecho, esforzándose en perpetuar dicho estado.

    Lo que en teoría se trata de evitar o de suprimir, es precisamente lo que de modo efectivo y tenaz se trata de conseguir y de mantener, y esos efectos se logran por medios aparentemente contrarios a ese fin.

    Se trata de un fenómeno muy extraño, pero más frecuente de lo que se piensa. Es un hecho innegable que la coexistencia humana se halla condicionada por procesos paradójicos de desarrollo de relaciones, que a la larga causan los mayores malestares sociales y grupales; sobre todo porque una vez establecida un equilibrio paradójico de estos, se produce el fenómeno de la tabuización tácita o expresa de su crítica.

    Así, cuanto más malsana es una situación, más ciegos e incapacitados se hallan los participantes en ella implicados, para su crítico cuestionamiento… o más ciegos se vuelven por el influjo de supuestos poderes competentes, muchas veces sin pretenderlo.

    Por eso la resolución de los conflictos y situaciones sociales resulta siempre tan lenta, tan dolorosa y tan conflictiva. Incluso se asocian intereses pantalla, que dan una aparente racionalidad a la oposición, pero que carecen de consistencia frente al valor de la resolución adecuada; y, a pesar de todo, prevalecen durante décadas para respaldar y proteger una ideología oportunista, o una vigencia social simbiótica o parasitaria, que pudo haber sobrevenido y anidado en los repliegues de la convicción inicial. O sea.

  4. «Algunas personas ven cosas y se preguntan por qué. Yo sueño cosas que nunca he visto y pregunto ¿por qué no?» Boby Kennedy.

    El caso es que la mayoría de la gente no ve más allá de PSOE, PP… Y se preguntan por qué votar a uno u otro, de manera que el sistema de perpetúa.
    Sin embargo los liberales soñamos con otro sistema y nos preguntamos ¿por qué no?. Y nos cuesta horrores, si es que lo hacemos, votar a alguna de las alternativas existentes.

    Mientras la mayoría vive en una realidad simple y acotada (acto), los soñadores trabajamos en un posible (potencia).
    A los primeros se les manipula fácilmente controlando la información que les llega. A los segundo es más complicado, pero en tanto somos minoría y no interferimos en los choques del día a día, no preocupamos en exceso.
    La mayoría no entiende de relaciones internacionales, sólo de la prestación por desempleo en su cuenta a fin de mes, o del trabajo cómodo de funcionario de 8 a 3, o de la subvención que recibirá el ayuntamiento para darle trabajo durante una temporada. La gente no cree sin meter los dedos en las llagas, la gente no ve lo que no tiene efectos inmediatos.
    La minoría liberal somos en gran medida una panda de Quijotes esperando que llegue una Dulcinea que nos abra las puertas de la arena política.

    Hay que ver lo que duele tener razón y que no te hagan ni puñetero caso. Hay que ver qué desagradecido es discutir con iluminados que dejaron la razón en una esquina de su pasado o de su interés…

    El caso es que a día de hoy no hay a quien votar para que esto mejore. Por lo tanto, tenemos lo que nos merecemos. A llorar a la calle.

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