Son muchos los científicos que se han subido al carro de la negación del yo. Nada que ver con el carro platónico del que cayó el yo al mundo. El YO sería, para ellos, una especie de construcción absurda, una ilusión. No creo que sea necesario explicar las consecuencias que tendría para la libertad que la humanidad en bloque se convenciese de que todos y cada uno de sus miembros son ilusorios. Nos liberaríamos del yo al precio de liberarnos de la vida. Afortunadamente eso no va a suceder –no puede suceder. Quien quiera dominar tendrá que creer en sí mismo, en un sentido nada metafórico, igual que quien quiera defenderse del aspirante al dominio. Dominar es imperar en la supervivencia diferencial, y esto vale en el entorno que constituyen los otros miembros de nuestra especie tanto como en el constituido por la naturaleza toda. Flotar en el vacío y en la inanidad irrelevante, considerar de alguna forma todos los significados equivalentes, sólo se lo pueden permitir los bien alimentados y bien asentados en la sociedad, y no por mucho tiempo –salvo que su asentamiento sea un puesto de por vida, digamos, un funcionariado, o no un puesto sino un privilegio aristocrático. Tarde o temprano uno es obligado poner los pies en la tierra y presentarse en sociedad como agente, no simplemente como paciente. Cambiar las cosas requiere hacer cosas, y más en un mundo de cambios permanentes como el nuestro, en el que cambia cada especie con el medio y el medio con cada especie (para más detalles léase sobre la Reina Roja). Somos diseños biológicos y, como tales, homeostasis. Esto significa que tenemos un ambiente interno que mantener, intercambiando con el entorno. Tenemos unas fronteras físicas bien definidas, y son esas fronteras la que nos definen, las que nos dan significado. Lo mismo acaece en el comportamiento y en la psicología. El YO es la frontera y la definición.
Algunos aducen, como Susan Blackmore, que ellos no hacen, sino se que dejan hacer: es su cuerpo el que hace las cosas (cuerpo que incluye al cerebro, naturalmente). Pero hasta para decir eso tienen que nombrarse. Su yo es una ficción, pero siguen haciendo cosas en el mundo, siguen teniendo preferencias, siguen deseando y decidiendo, buscando y eludiendo experiencias o cosas. Nadie puede ser enteramente un receptáculo pasivo de sensaciones y acciones ajenas. El YO es un principio unificador que responde a la necesidad de interactuar en la sociedad como agentes conscientes, responsables y libres. Se dirá que casi todo nuestro actuar en el mundo es inconsciente e irracional, que viene dado por nuestra naturaleza (y yo seré el primero en decirlo). Pero lo que nos diferencia de otras especies probablemente sea ese actuar nuestro que no es ni inconsciente ni irracional. Y dicho actuar consciente y racional toma forma en un YO. Sin yoes no habría matemáticas, ni tecnología, ni religiones, ni sentimientos….sin yoes no habría Civilización. Y por supuesto sin yoes no habría ni responsabilidad, ni libertad, ni bien ni mal, ni justicia ni injusticia, ni amor ni odio.
La consecuencia que extrae Susan Blackmore al final de su máquina de memes es que somos máquinas de memes y genes. No hay nada más. Aquello a lo que no nos impulsa nuestra naturaleza biológica es creado por el ambiente memético. Los memes se introducen en la mente y la poseen, hasta el punto de crear el yo-plex, que es el meme supremo. Somos una cosa que flota en medio de replicantes egoístas: genes y memes. Pero ese planteamiento es erróneo. Lo que se replica son los genes. Y son nuestros cerebros creados de continuo por la acción de los genes (en el largo desarrollo que constituye nuestra vida) los que eligen a cada momento, unas veces en un plano irracional e inconsciente, otras en otro consciente y racional y la mayoría con una mezcla cuyas partes solamente podrían disociarse para hacer más fácil el análisis. No somos máquinas de memes. Elegimos lo que somos de acuerdo con la necesidad, y esta la expresan los genes.
El yo no es lo mismo que la consciencia. El yo es el agente que padece y que actúa en el mundo, es la voluntad y la representación. Uno es la suma de sus percepciones y sus comportamientos.
Es medio chistoso decir que mi YO hace cosas inconscientemente, es decir, cosas de las cuales ni siquiera se entera. Es mejor decir que esas cosas las hace algún autómata, o algún robot llamado «la inconsciencia»… y es *después* cuando el YO, «el Monarca», se entera de lo que ha pasado.
Claro que el YO existe: se llama «la conciencia», y lo sabemos hace miles de años –no hace falta que vengan Kulpe y Buhler a decírnoslo. Y también, claro, pasan cosas en el inconsciente, es decir, *detrás* del YO. El problema está en que esas cosas pasan *solas*… como quien dice, automáticamente.
Veo que A FUERZA quieren que el YO sea libre, a fuerza quieren definirlo de tal modo que quede convertido en monarca (apuesto a que son del Partido Meritócrata 🙂
Entre los sentidos y la experiencia consciente suceden cosas de las que no somos conscientes. Esto está más que probado por la neurociencia. Para mi la cuestión del YO queda aclarada si incluimos dentro de este tanto lo consciente como lo inconsciente de nosotros, tanto lo presuntamente racional como lo presuntamente irracional.
Esos autores que mentas tienen buena pinta.
Por supuesto que el yo existe; es un a priori, previo a cualquier experiencia posible; si solo fueramos materia, receptaculos inermes y pasivos de nuestros sentidos, no seriamos mas que un pollo sin cabeza, algo absurdo; existe el yo , el pensamiento o logos sin imagenes , previo a los sentidos y abstracto; esto ya lo dejó perfectamente claro la escuela de Würzburg con los psicologos Külpe (que definió al yo como un monarca sentado en su trono) y Buhler a la cabeza; por cierto, este último fue uno de los maestros mas influyentes de Popper;
No sé si E. lo diga por mí, pero, por si acaso: no soy organicista ni materialista, reduccionista, determinista o cientificista.
Para mí el yo, o al menos el yo-consciente, la conciencia… existe por sí misma y es independiente de la materia (lo epifenoménico no le quita, necesariamente, lo independiente). Es sólo que no creo que sea un agente; es un yo totalmente pasivo. Si ahora mi yo quiere helado de chocolate, él no eligió tener ganas de helado de chocolate; las ganas le nacieron solas, él no hizo nada. Y si medio segundo después quiere helado de fresa (y no de chocolate), eso no demuestra que es un agente libre que se «autodetermina»; es, simplemente, que le nacieron nuevas ganas y las nuevas ganas (las de helado de fresa) son más fuertes que las anteriores (las de helado de chocolate). Lo único que hace mi pobre yo-consciente es saber, darse cuenta o ser consciente de que tiene ganas de esto o de lo otro. —Como dije, eso no implica determinismo. Las ganas pueden provenir de un evento azaroso en las profundidades del yo-no-consciente.
Lo mío sí que es humildad en serio.
Si como opinaba el eminente español Rodríguez Delgado y todos los psicólogos cientifistas que en “estepaís” han sido (solemos oír campanas – en este caso doblando a muerto por la libertad humana – sin saber dónde), la psicología “científica” (que imagino excluirá excrecencias míticas o religiosas (¿?) como el psicoanálisis…a ver, Copérnicos, diséñenme un experimento para “detectar” el complejo de Edipo), es decir, concebida y practicada a lo Eufemiano Fuentes o como la botánica o la electrotecnia, puede llegar un día, que todavía no ha amanecido según mis noticias, a hacer al hombre controlable y manipulable en su totalidad, me temo que esa ciencia psicológica resultaría perfectamente indeseable, deformativa de su objeto y muy poco útil para el ser humano.
No niego en absoluto ni discuto, antes bien coincido humildemente con la opinión de que al hombre se le puede influir y manipular, hasta dominarle totalmente, por procedimientos de laboratorio; de lo que estoy convencido es de que entonces se le destruye y deja de ser él mismo, lo mismo que una berenjena empanada y frita ya no pertenece al reino vegetal.
El subterfugio de los organicistas es decir que el yo, la persona, no es más que un efecto del sistema nervioso y endocrino, pongamos, o tal vez del procesamiento de información.
Así será, pero un efecto también tiene su entidad, su identidad y su historia evolutiva y de aprendizajes, que no es como la de las células nerviosas, los neurotransmisores o cualquier otro prodigioso hallazgo universitario.
El error de todas estas suposiciones consiste en confundir causa y efecto, unido a suponer gratuitamente que las mentalidades no «tipo test», conservadoras, malhumoradas, bla, bla, afirmamos que la existencia personal es completamente independiente y funciona aparte de la orgánica, cosa que hoy nadie culto e informado dice.
La respuesta sería la de Merleau-Ponty: lo psíquico es la otra vertiente de lo orgánico y funciona en todo asociado a los componentes orgánicos. Todo fenómeno psíquico tiene, cuando menos, su correlato orgánico.
Todo sucede en el fondo de mí —de mi yo, mente, genes, corteza cerebral o como se llame. De repente, ¡fuam!, brota un pensamiento, deseo, emoción, sentimiento, lo que sea. Y apenas entonces mi yo-consciente empieza a darse cuenta de lo que ha sucedido. Difícilmente puedo decir que YO soy el que ha elegido o tomado la decisión, puesto que antes de ese evento yo estaba como dormido. Como zombi.
Lean este cuentito sobre zombis (es muy breve):
http://anarcofago.blogspot.com/2008/07/somnfero-zombi-sa-casati-y-varzi.html
E, tienes razón, que el desarrollo del plan corporal, cuya receta son los genes, nos haga como somos no nos hace marionetas de nada. Y la clave está en lo de «receta»: como señalan Dawkins o Marcus una receta no es el producto final en pequeñito, o en dos dimesiones, como podría ser un plano, sino una serie de instrucciones generales cuyo seguimiento lleva al pastel, o en el caso de los genes al organismo vivo. No hay un robot, sino una adaptación.
Wg, tú mismo apuntas la otra clave, de eso que llevamos hablando a lo largo de unos cuantos comentarios: si los genes son objetos materiales, no entiendo en qué difieren de las piedras. La estructura de las piedras es, digamos, rígida. Los genes son flexibles. Igual podemos decir para la mente humana: tenemos más flexibilidad, gracias al desarrollo de zonas de asociación adicionales en la corteza cerebral, que otros seres. La vida es una organización molecular flexible, la mente una cognitiva y comportamental.
Una piedra no podría ser consciente de estar cayendo. Como dijo Sartre: la existencia precede a la esencia, o, dicho de otra forma, primero fuemos seres que se movían y actuaban en el mundo, agentes, y sólo después nos hicimos conscientes.
Germánico, dices que «somos genes expresándose en un ambiente». Pero ¿qué significa eso? ¿Que somos *objetos materales* que afectan y son afectados por lo que los rodea? Tambien una piedra afecta y es afectada por lo que la rodea. Si los genes son objetos materiales, no entiendo en qué difieren de las piedras. Si una piedra que está cayendo del cerro generara mente o conciencia (como los genes), ¿qué pasaría? Pues ahora la piedra *sabría* que está cayendo… pero seguiría cayendo. —No es posible hablar de libertad en un teatro materialista, anticartesiano. (Pero sospecho que tampoco se puede en un teatro inmaterialista. La libertad, me parece, es un concepto ininteligible… aun cuando sea útil en la vida práctica).
E. habla de «sistema operativo», de reemplazarlo o depurarlo, de «autoesclarecerse y decidir, de asumir o rechazar normas, de controlar motivaciones y de superar condicionamientos». La libertad, según él, consiste en eso. Es la famosa «autodeterminación». Yo soy influido, pero no determinado, por mi naturaleza y mi medio. Pero conservo algo de libertad. No soy un robot. Si todos fuéramos robots no habría creatividad ni novedades en la historia. El eterno retorno de lo mismo.
Me pregunto otra vez: ¿qué pasaría si la piedra que está cayendo tuviera de repente la capacidad de autoesclarecerse y entender lo que le está pasando? Pues nada, que seguiría cayendo… aunque ciertamente ahora sería una piedra mucho más interesante y complicada que el resto de las piedras. Pero el final la encontraríamos en el mismo lugar adonde fueron las otras: en el fondo del cerro.
No defiendo el fatalismo o el determinismo. Dicen que hay *azar* en la física. Cosas que suceden sin causa. O sin ley. Eso explicaría la creatividad y las novedades en la historia.
Creo que el yo y la libertad son conceptos que están más allá de nuestra comprensión. Y no podemos evitar el círculo vicioso: definimos el yo mediante el libre albedrío, y definimos el libre albedrío mediante el yo. Estamos fritos. Siguiendo el consejo de Chesterton, lo mejor es festejar nuestra ignorancia e ir a tomarnos unas cervezas. Quiera Dios que las ganas nos lleguen -solas- algún día.
El pensamiento humano -excluyo lectores de códigos de barras- tiene una común debilidad, y es que arranca de alguna toma de partido previa que no se explicita y después tiende, como los antiguos apolo-jetas a echar mano de cualquier cosa, de todo elemento argumental que presente una cierta apariencia de rigor, para reforzar esa visión radical, cerrada (y precientífica). Claro, lo que sale no es un doctorado en mecánica analítica sino un poema de Jorge Guillén: se lo aten en el dedo.
NI los autores de moda ni sus epígonos son mentes desprejudicadamente abiertas a las sorpresas e imprevistos que la realidad misma pueda ofrecer, sino supermentes o mentes fijativamente instaladas en un punto de vista previamente adoptado como inamovible; y aún más, como el único y para siempre cierto, verdades definitivas muy a lo acongojado-vaticano; y con un fuerte sentido de la seguiridad de las leyes y constantes por las que la realidad se rige… esa realidad acotada por el alcance de los sentidos orgánicos y de las vigentes tecnologías de observación y construcción de modelos abstractos.
Un caso actualísimo de esa obcecación paramétrica de los científicos dogmáticos y de sus feligreses, los crédulos en los rigores definitivos de las ciencias, lo tenemos en la pretensión de que en el mensaje genético se halla contenido y predeterminado el destino total y omnímodo de cada persona.
Esto significaría la robotización del ser humano y además iría claramente contra otra serie de datos y de aspectos igualmente empíricos de la evolución de personas y sociedades.
Sencillamente no habría historia sino ejecución/repetición de programas concusos y rigidos, predeterminados por y en el genoma: lo cual va contra la experiencia histórica.
No se puede arrancar el ordenata sin un disco de arranque o un sistema operativo, y lo peor es que no siempre es posible reemplazarlo, pero uno es libre para depurarlo al menos, para establecer prioridades, para asignar recursos o para poner en cuarentena algunos de los módulos que no pueda tocar.
Es falso el concepto de libertad que late en el fondo del entresijo de la mayoría: un conceto monádico y absoluto, en vez de una capacidad gradual de autoesclarecerse y decidir, de asumir o rechazar normas, de controlar motivaciones y de superar condicionamientos.
La libertad no es un vacío psíquico completamentente angélico, sin ombligo ni dna, o una supuesta individualidad sin concreciones: eso no existe. O sea, no.
Yo no creo que seamos títeres de los genes. Somos esos genes expresándose en un ambiente. Nuestro concepto de libertad debe contemplar las restricciones que impone nuestra naturaleza para ser veraz. Nada más. Y nada menos.
Lo que he descubierto es que me da exactamente lo mismo ser un títere de memes que un títere de genes. No veo porqué ser lo segundo es mejor que ser lo primero.
Una cosa, WG, es el escenario cartesiano y otra aquel en el que se desarrolla nuestro rol social. Somos agentes en una sociedad compleja que a su vez se desarrolla en un medio natural en el que la escasez y la lucha por los recursos son la norma. Todas estas especulaciones podemos permitírnoslas aquí y ahora (sea lo que sea este aquí y ahora de esta web), pero para vivir hay que tener bien claras nuestras fronteras y lo que somos.
Y todo para poder decir «¡Ah! YO soy el que elige y toma decisiones»
Lástima que las intenciones -como las ganas- nazcan solas.
Lo exagerado es meter a fuerza un yo libre y responsable. Y si eliminamos el yo cartesiano, sólo nos queda una *máquina*… que a fuerza queremos que se llame «el yo».
Wg, no exageremos. Al fin y al cabo somos seres dotados de intencionalidad.
¿Y si nos olvidamos del YO y le echamos la culpa de todo a Brahma o a la Vacuidad Absoluta? Es otra forma de escaparse del teatro cartesiano. —Porque la verdad es que por mucho que yo piense, desee, elija, sienta o mueva mis intestinos, no tengo ni la menor idea de cómo, dónde, cuándo, porqué y para qué hago todo eso.
Me alegro que te haya gustado lo de Chalmers, Rojirigo.
Wg, tus pensamientos y deseos no llegan solos ni nacen solos: tus pensamientos y deseos eres tú (bueno, entre otras cosas). Precisamente si crees que llegan solos es porque estás en lo que Dennett denominó Teatro Cartesiano (en honor a Descartes, dualista excelentísimo). Es como si el YO fuera un espectador de esos pensamientos y deseos, que circulasen por el escenario. Volvemos con ello a ese YO que suprayace al cerebro. Si lo piensas tú, si lo sientes tú, si lo haces tú, eres tú.
Chalmers, no Chandlers
Aunque mi yo no sea eterno y emerja de mi cuerpo sólo cuando se dan x condiciones, sigue pendiente la cuestión de si mi yo actúa o no, si hace cosas o no. Porque si mis pensamientos, deseos, etc, llegan solos, o nacen solos, si mi yo es totalmente pasivo, no veo en qué sentido pueda decirse que mi yo «actúa», «elige» o «decide».
Coincido con Germánico en que Rojirigo se pasa de optimista. Como dice Chandlers, una cosa es descubrir cómo funciona la mente, o bajo qué condiciones materiales percibimos azul, y otra cosa entender qué es eso que estamos percibiendo, el contenido mental, el qualium azul.
Me parecio interesante, que bueno que la enlazaste gracias ^^.
Claro que siempre quedaran misterios, supongo que es lo mas natural por decirlo de cierta forma. La perfeccion como tal es un concepto que es la hora que no lo entiendo, ya que auque reconozco la optimizacion y maximizacion en determinado elemento deacuerdo a unas pautas «relativas» a un marco de referencia y unas reglas, una concepcion maxima en todo, optima en todo la veo imposible e irreal, por ello aunque crea que tendemos a descubir y conocer ciertas cosas, que hoy dia sean misterios muy pero muyy complejos supongo que tal vez el origen de la vida pueda llegar a conocerse cada vez aun mas, sin necesidad de saberlo todo, yo no le cierro las puertas definitivas a dios, siempre existiran misterios y siempre tenderemos a creer algo, es lo natural ^^. Creo tambien que nunca lo sabremos todo, ni terminaremos con la sed de conocimiento, pero siempre sabremos mas, y mas, y ademas emergeran cada vez mas y mas cosas super-complejas por descubrir, y muchas de las que descubramos mantendran tambien cabida a muchos misterios que seguramente nunca sabremos, pero tambien creo que el Yo, la vida y ciertas operaciones muy caoticas, seran al menos mas clara mientras sigamos en la busqueda de su entendimiento.
Chalmers: el problema duro de la consciencia, que había olvidado enlazarlo.
Wg, que las moléculas tengan ladrillos atómicos no hace que las moléculas sean una simple unión de átomos, y así sucesivamente en la escala que va del electrón a la biosfera. Se dan lo que se denomina propiedades emergentes. Surgen todos que no se pueden explicar por la unión de sus partes. En especialmente destacable el caso de la consciencia humana y el yo. Es lo que Chalmers ha denominado el problema duro de la consciencia.
Yo soy pesimista y optimista, Rojirigo, sobre lo que podemos llegar a conocer. Digo pesimista y optimista porque siempre quedarán misterios, y eso aunque sea negativo para el conocimiento es positivo para el afán del conocimiento. En ese misterio siempre cabrá Dios, el alma, y lo que uno quiera, creo yo, mientras no se desvele el misterio del yo, que es el último bastión que tendrá que conquistar la insaciable curiosidad humana.
y pues no soy filosofo, ni cientifico en mis postulados, jeje aunque deberia serlo por mi profesion, en este aspecto me comporto mas como un creyente de ciertas ideas, a las que tiendo a apoyar por que me gustan y con mi sentido comun, por que las puedo dijerir facilmente asi como entender, y por ello las apoyo. Pero soy un creyente que si me enfrento a la realidad y logro entenderla y «verla» puedo cambiar de creencia ^^.
de Germanico,
wg realmente no se muchas cosas, pero aun asi te dire lo que pienso, que puede ser falso ^^ o hasta absurdo en determinado contexto.
Sera que alguna vez podremos explicar el origen de la vida con solamente orden del caos y causas fisicas?
no lo se pero la tendencia logica me diria que es muy probable que lo logremos, reconociendo ciertas caracteristicas y relaciones de orden en el caos por interacciones de fuerzas fisicas, mostrando la tendencia de determinados componentes a reacciones moleculares y compuestos organicos de cada vez mas complejidad.
Sera que algun dia identificando esta relacion completamente fisica comprenderemos las interacciones electricas y quimicas nerviosas que marcan desciciones en los organismos vivos, auto creando mecanismos nerviosos y volviendo al «siento luego existo»? pienso que si identificamos las fuerzas, campos, e interacciones entre partes y la tendencia autoorganizativa que se ha observado en seres vivos, asi mismo autocreadora, modeladas en atractores por sistemas caoticos, tal vez solo tal vez si seguimos estudiando y experimentando comprenderemos la aparicion del aparato nervioso y ese primer siento.
Sera la centralizacion de este sistema nervioso en un organismo cibernetico como el cerebro, a causa de la tendencia organizativa del mismo y la necesidad de control y organizacion de informacion obtenida por los diferentes sensores, podra explicar algun dia la aparicion de los pensamientos, la mente y el yo, como un producto probable en un nuevo sistema autopoietico emergente de las interacciones de sensaciones, y el nacimiento de proto lenguajes como en caso de varios animales que envian informacion con el uso de diferentes sonidos y gestos y el lenguaje que conocemos actualmente que permite que identifiquemos propiedades cada vez mas abstractas y las podamos interpretar como productos objetivos de la realidad e identifiquemos el Yo? jeje me salio larguita la ultima pregunta, pero yo creeria que tal vez si seguimos estudiando experimentando y analizando el comportamiento de sistemas ciberneticos complejos asi como estudios profundos en fisica y quimica, podriamos armar algun dia alguna propocision logica fundamentada que lo explique.
Te repito no se muchas cosas puede que lo que yo diga sea totalmente falaz, simplemente es son ciertos postulados que tiendo a creer por algunas pocas reflexiones que he tenido con las cosas que he estudiado y visto en mi vida, mientras siga leyendo y estudiando pueda que cambie de opinion, con postulados que me presenten logica que yo pueda comprender con lo poco que se.
En el caso de la memetica, me parece incorrecta como postulado cientifico, pero como parabola presenta ciertos elementos para analizar como la identidad y forma de estos memes, las transferencias de los mismos, tanto verticales como horizontales y la transformacion en diferentes ambitos, culturas, relaciones con el lenguaje, e interacciones fisicas, pero la continuacion de esta parabola necesita por ejemplo incluir en su proxima historia un acercamiento al YO, para ver si es posible nos de una enseñanza mas util ^^.
Sí, el yo -o la mente- es la cosa o proceso más misteriosa de este mundo. Estaré pendiente de lo que diga Goldman.
Yo diría que LA cuestion fundamental es: el yo es una sustancia diferente del cuerpo, ¿sí o no? [o sea, existe por sí mismo, ¿sí o no?]. Si va a resultar que el yo es un «movimiento del cuerpo» (aunque sea un movimiento sutil, extraño o incomprensible), pues al final el yo = pura FÍSICA, y no podré entender cómo es que el yo tiene libertad o cómo es que le preocupa el liberalismo o pasar el salero en la mesa. Un yo totalmente físico es, o así me parece, un títere movido por fuerzas físicas, y nada más.
Pero, en fin, quizá todo mi problema es que soy filósofo, no científico.
WG, «Llegan sólos a mi mente si que YO haga nada». Parece como si hubiera un YO simple espectador. Tenemos que empezar a intentar entender nuestra mente como un proceso, como un flujo, como algo dinámico, como movimiento del cuerpo que toma formas sutiles en vías simultáneas y paralelas, como un adaptación que interactúa con su ambiente. El espectador imparcial, el homúnculo, el YO que permanece inmutable viéndolo todo desde fuera, es la verdadera ilusión. Nosotros somos ese movimiento, nosotros somos esa acción. Esto nos lleva a un concepto del YO más amplio, que abarca también lo inconsciente en nosotros, la naturaleza profunda, pero no tan amplio que se diluya en lo externo, incluso que venga determinado por una pugna entre replicantes externos e internos, como sugiere Blackmore.
La lectura de la mente es una de las cosas que nos hacen humanos. Sobre ella se está investigando bastante y se están formulando numerosas hipótesis. La que más me convence a mi la ha propuesto un tal Alvin Goldman, al que, con suerte, podré entrevistar próximamente.
Salu2
No sé si la memética sea una buena o mala teoría. Sólo digo que coincide con mi intuición de que mis pensamientos, emociones y deseos llegan solos a mi mente, sin que yo haga nada (igual que cuando hablo las palabras van fluyendo solas).
Ahora bien, si un pensamiento no es una «sustancia» (=lo que «existe por sí mismo» — Aristóteles), si no es un meme dawkiniano, se me complica entender cómo es que pasa de una mente a otra mente. Me es difícil entender que un simple ruido como «Oye, wg, pásame el salero» provoque en mí un acto intencional. No tengo claro si el conductismo o el positivismo pueden explicar eso.
Gracias Ivan.
La consciencia unitaria es uno de los rompecabezas de la neurociencia. Quizás algún día se resuelva, quizás no. Ahora, de entre los genes y los memes como candidatos a terminar por darle una explicación me quedo con los primeros.
Bastiat, con las drogas se busca distorsionar la realidad. Con la negación del yo igual. En ambos casos uno parece no soportarse a sí mismo y, o bien se niega como categoría abstracta o bien se busca un filtro a través del cual hacer pasar percepciones y emociones. Después del subidón llega la caída, tanto mayor cuanto más se haya uno elevado a ninguna parte.
Wg, tú me hiciste profundizar mis dudas sobre la memética, tú ahora la defiendes, no sé si como abogado del diablo o matizando tu posición anterior. Yo creo que la ciencia debería dejarse de cazar gamusinos y centrarse en cosas más concretas y ponderables. Hay terrenos -que no debieran calificarse como tales puesto que no están en ningún sitio- a los que puede llevarnos nuestra deducción, pero si no tienen algún reflejo, siquiera imperfecto, platónico, en la pared de la cueva de la realidad, a mi no me sirven de nada. Piensa en la física cuántica: no hay quien la entienda pero tiene un enorme poder explicativo. La memética, a mi juicio, no explica satisfactoriamente nada que no puedan explicar, parcial o completamento, antes o después, los genes, la historia natural, con su selección, y las dinámicas de grupo, por ejemplo.
Pese a todo, creo que la memética parte de una base sólida. No puedo evitar sentir que mis pensamientos, emociones y deseos van llegando por sí mismos a mi mente; eso incluye el deseo de alcanzar tal o cual meta, o el pensamiento de que tal o cual acción me llevará a esa meta. Yo no hago nada ni elijo nada, todo eso llega solo (parece una imposibilidad lógica , absoluta, el que yo elija en t cuál será mi pensamiento o deseo en t+1). Si es así, mi yo es un sujeto o receptáculo pasivo, un testigo mudo de lo que acontece en mi cuerpo y cerebro. O, cuando mucho, una estructura casi insustancial donde se acomoda solo todo lo que va llegando (como el agua se acomoda sola, sin que yo haga nada, cuando va cayendo en un recipiente).
Pero quizá es que estoy loco (en el sentido de Chesterton: un exceso de la razón anti-mística e impráctica). O tal vez es que odio las responsabilidades. En tal caso, lo que requiero es vivir más, trabajar más, y pensar menos. O puede, también, que el meme «Mi yo no elige» me ha poseído. En tal caso lo que necesito es un exorcismo y un exorcista. Algo y alguien que me saque eso.
La droga es el mayor de los memes. La droga es el meme físico. El meme anti yo por excelencia.
Cuando uno no quiere soportarse a sí mismo busca una escapatoria. Una escapatoria de la que volver. Un momento, un instante, un rato. Al menos al principio. Salir de uno mismo para eludir la propia responsabilidad, la propia agonía de no saber enfrentarse a la propia realidad. Lo propio del yo es el yo mismo. Somos seres solitarios. Somos individuos aun sumidos y absorbidos por la masa. Pero dentro de la masa somos menos yo. Estamos menos solos. Somos menos responsables porque repartimos nuestra responsabilidad con los demás.
Negar el yo no es la manera de eludir al individuo, es la manera de diluir al individuo. Pero no tengáis cuidado. Al yo nunca se le destruye porque siempre en algún momento, estaremos solos. Al irnos a dormir, en el retrete… en la puerta de la muerte.
Pero lo intentan. Quienes nunca dejarán de pensar en ellos, en su yo, intentarán que nosotros pensemos menos en nosotros, en nuestro yo individual, para que, asumiendo que somos menos responsables dentro de la masa, actuemos al son de la masa que ellos, desde su yo, pretenden manejar. Y para eso todos debemos se menos yo. Menos individuos…
Gran post. Sostener la no existencia del yo sólo puede hacerse desde la incongruencia entre pensamiento y actuación. Sólo indica o bien una postura para la galería, o bien la necesidad de vivir permanentemente autoengañándose. Aunque los hay muy hábiles para autoengañarse.
Un saludo
PD: ¿Cómo explican la consciencia unitaria? ¿De dónde nace ésta de entre los memes y los genes?