Hacia un nuevo relativismo, hacia un nuevo escepticismo

Richard Dawkins considera la religión como un virus de la mente. Desde el enfoque memético, que el inventó, se trataría de un memeplex (o conjunto de memes) de carácter maligno, que se difundiría por toda la sociedad, introduciéndose en la mente de potenciales adeptos, con efectos perversos. Como científico que es Dawkins se rinde ante las evidencias. Estas guían su trabajo, o al menos han de hacerlo, siendo por ello el punto de referencia ideal de la ciencia. Se espera que el conocimiento se solape de forma óptima con la realidad, o cuando menos que lo intente.

Una religión es un sistema de creencias puras, valores y modos de comportarse y, como tal, no ofrece demasiadas pruebas sobre las que sustentarse. Hablo de creencias puras. Lo hago para distinguirlas de las creencias que se derivan de la comprobación empírica o un riguroso análisis lógico. La fe pura consiste en un SI o un NO categóricos que cierran las puertas a cualquier ulterior profundización o debate. Los aspectos positivos de esta clase de fe no son debidamente valorados. Cerrar las puertas a la especulación sobre determinados asuntos, especialmente trascendentes, nos permite centrar nuestras energías en otros más cotidianos y, en definitiva, necesarios. Toda duda existencial puede conllevar una inoperancia práctica. Un sistema de creencias permite a quien lo posee, o es poseído por él, operar en el mundo de forma práctica y socialmente funcional. Y aquí entran los valores, pues no vale cualquier sistema de creencias. Son aquellos sistemas que defienden valores de armonía social en el grupo, de severidad con las desviaciones, de procreación y familia, de trabajo, de inversión, de austeridad, de discreción, de contención, de paciencia etc los que hacen que las sociedades que los poseen, o son poseídas por ellos, prosperen. Estos sistemas de creencias que promueven dichos valores llevan a modos de comportarse adecuados, al nivel de los individuos, de las unidades familiares y de los grupos, que, podríamos decir, se solapan de forma óptima con la realidad innegable de la escasez y la necesidad en el mundo en el que nos ha tocado luchar por la supervivencia, del mismo modo que el conocimiento científico busca solaparse óptimamente con la realidad como conjunto.

El relativismo consiste en una duda que suspende el juicio sobre el valor de las cosas. Consiste, en su forma ruda y torpe, en ir más allá de las fronteras que marcan los Síes y Noes ambiente, de la cultura en la que uno está inmerso, en poner en duda lo convencionalmente aceptado. Sin embargo los aspectos positivos de este relativismo de primer orden son pronto superados por los negativos. La crítica se torna absorbente y destructiva: se pretenden derribar muros y mitos, se busca activamente un nuevo orden en el que los cimientos sean rehechos. Se pasa por alto la solidez de la tradición, y lo que hay de bueno en ella. Y a un tiempo se suspende, con la suspensión del juicio, la acción productiva y socialmente funcional, sustituyéndose por algún simulacro o sucedáneo espurios. Por ello es necesario ofrecer a la mente y a la sociedad un nuevo relativismo, que supere lo negativo del anterior manteniendo los aspectos positivos de su duda metódica. Este es el liberalismo. El liberalismo es un sistema de creencias, si bien no de creencias puras. Se apoya en una serie de evidencias que se repiten en todo tiempo y lugar: gastar más de lo que se tiene conlleva deudas, tomar del otro lo que no cede este voluntariamente es una agresión, pretender beneficiarse sin asumir los costes es fraudulento, etc etc. Este sistema de creencias conlleva unos valores y un curso de acción, al menos para las instituciones. Si bien no es una religión, puesto que las religiones tienen, en su mayor parte, un referente trascendente, y son creencias puras. El liberalismo es relativismo, pero un relativismo que eleva la duda a los grupos y a las instituciones. Nadie debe de imponer nada a nadie. Las relaciones entre las partes son voluntarias y libres. Cada uno puede creer lo que le plazca, siempre y cuando no intente imponer su verdad a los demás.

Los nuevos escépticos no terminan de entender bien esto. Es, su escepticismo, de hecho, algo que también debe ser superado. El escéptico se rebela también contra la fe, pero de forma distinta al rudo relativista. Su puesta en duda es más analítica que existencial, y su suspensión del juicio más teórica que práctica. Es su razón la que le informa que hay algo que no funciona en las creencias puras. Busca evidencias y allí donde las haya grita Eureka, pero fuera de ellas mantiene, en principio, una duda razonable. Este nuevo escepticismo, empero, se queda estancado en la negación y afirmación tajantes de acuerdo con lo que se sabe o se cree saber en el momento del juicio. Hoy por hoy es cientifista. Es una forma de sacralizar el conocimiento científico y convertirlo en la panacea para el hombre del futuro. Siguiendo esta fe, el escéptico suelta el lastre de la duda y se entrega a la causa de persuadir al mundo del error de toda fe –excepto la suya. Nada nuevo bajo el sol. Este escepticismo sólo puede superarse manteniendo la duda con las propias certidumbres, derivadas o no de unos rigurosos análisis y contrastación, pero manteniendo la duda en un nivel teórico, sin permitir que se filtre en la propia vida, paralizándola. Puesto que la duda viene de la ignorancia, seguir viviendo en ella, de acuerdo con principios y valores contrastados por la experiencia, mientras no se tenga acceso a las fuentes de un conocimiento mayor o superior sigue siendo lo más sensato.

Hacen falta un nuevo relativismo y un nuevo escepticismo. Necesitamos creer en la vida y convivir los unos con los otros. La vieja fe no debe de ser sustituida por una nueva fe, beligerante e impaciente como toda nueva fe. La vieja fe tiene que ser progresivamente transformada, según se va sabiendo, según se va cambiando. Sólo así se progresa, sólo así se impide que la Historia se repita.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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19 comentarios

  1. E, no sé yo si lo que criticas es el agnosticismo o alguna fe retorcida. El agnosticismo auténtico es considerar inalcanzable el conocimiento en lo que respecta a Dios, no negarlo. Por lo demás tu extenso análisis me parece muy acertado.

    Rojirigo, somos movimiento, todo es movimiento, así que tenemos que ser como el río de Heráclito, fluyendo, y cambiando el cauce sólamente en dilatados períodos de tiempo. Los desbordamientos son malos.

    Ángel, Tales era también otro gran sabio (de los 7). Lo de Conocerse a sí mismo es una de las exhortaciones más poderosas de la filosofía antigüa.

    Wg, he reflexionado sobre lo que has dicho y creo que tienes razón. Sí es pertinente plantearse la pregunta que inicialmente formulabas. La semana próxima creo que haré un post al respecto. La memética es una teoría peregrina y falaz.

  2. Ok, Germánico. Sólo una duda: la teoría de Dawkins, o la memética, ¿admiten (o conceden la posibilidad de) que somos *algo más* que máquinas de replicar memes (y genes)? Vamos, ¿admiten el libre albedrío? Porque me parece obvio que si *sólo* somos máquinas entonces somos instrumentos o títeres de los memes (y genes). —Y otra más: de ser así, ¿de dónde vienen los memes? ¿Alguna mente sobrenatural los crea y los echa a volar… a ver adónde caen? ¿O nacen de la nada? —Tal vez Dawkins rechazaría estas preguntas como «especulación inútil» o algo así. Pero… pues no sé, pero surgen en mi mente y en la mente de mucha gente.

  3. ”Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.” Albert Einstein
    Conocerce asi mismo creo que es algo que hacemos parcialmente pues, constantemente andamos cambiando, asi como varias de nuestras ideas, posturas, opiniones, etc. y seguramente no lleguemos a conocernos completamente nunca.
    Pero y el pero es lo que da ciertas bases para seguir inclinaciones y tendencias a verdades relativas, debemos tomar posturas que debemos estar dispuestos a cambiar con el debate y uso de la razon reconociendo la realidad, no creo realmente que llegemos a verdades absolutas nunca, simplemente como lo dije alguna vez considero que siempre estamos «keep walking» avanzando normalmente mejorando, asi no sea asi siempre, descubirendo cada vez mas y mas cosas, generando principios, valores, moral, tendencias, posturas argumentadas y acordes con la realidad, el unico punto de partida que tenemos es la realidad, claro que existen trabas como la interpretacion de la misma pero sin importar lo que creamos es unica asi no podamos verla totalmente y con lo poco que podemos ver tenemos que seguir avanzando para ver mas y mas, comparando perspectivas de la misma y depurando nuestra «visión», en equipo, y una frase que tambien me gusto aunque realmente no es de ningun filosofo sino de algun anime (Vandread) fue: «La unica forma de saber quienes somos es con la interaccion con otros, pues al hablar y actuar con nuestros amigos realmente comprendemos que ellos son el verdadero espejo que muestra nuestra alma, y hallamos el significado de nuestra existencia» jeje es de un anime pero me gusto mucho.

  4. Gracián lo diría más lacónicamente, Ángel: el primer saber es saberse. Ya sólo me quedan 999…

  5. Perdonadme todos, pero como soy algo simplón leyéndoos no he podido por menos que recordar a Tales de Mileto (ya sabéis, el primer filósofo de los Siete Sabios de Grecia; sgs. VII/VI antes de Cristo).
    Y si le he recordado es por una de las anécdotas que se le atribuyen; en concreto una ante unos sofistas.
    Preguntáronle: ¿Cual es el conocimiento más difícil?
    Tales respondió: ¡Conocerse uno a sí mismo!
    Escribo de memoria, pero el concepto ahí queda; si no nos conocemos a nosotros mismos ¿cómo vamos a conocer LO demás?

  6. Naturalmente, se puede. La actitud básica tiene otros determinantes, pero ya he abusado bastante del foro. Saludos, Rojirigo, Germánico, Luis, I. y así hasta 1000 y pico lectores.

  7. Totalmente deacuerdo,
    “Si consigo ver más lejos es porque he conseguido auparme a hombros de gigantes”. Isaac Newton
    Es ridiculo querer despreciar, la moral y etica resultado de nuestra historia religiosa y liberal, y que ha llegado a que se establescan principios importantes y derechos como los que tenemos ahora a expresar nuestra opinion por mas diferente que sea (sin xenofobias ni odios). Me parece interesante la opinion de varios que reconocen defectos en varias posturas relativistas, liberales y escepticas. y muy correcta la invitacion a la reflexion de Germanico de «pensar» en un nuevo relativismo y escepticismo con principios y liberalismo, no nihilista. E no creo que sea correcto meter a todos en un mismo saco, y aunque existen muchas visiones de ateos y agnosticos como las que describes, las cuales tienden al nihilismo y perdida real de la valoracion del ser humano, centrandose en egoismo, miedo y pragmatismo tambien existen muchisimas posturas agnosticas y ateas con principios heredados que reconocen la importancia de no tragar verdades absolutas e ir evolucionando con lo que se sabe y se reconoce de la realidad en la cual caben muchas cosas transendentales, incluyendo principios, sentimientos, valores con nosotros mismos, parte de reconocer la realidad es reconocer a lo llamamos producto del alma, en la interaccion social y desarrollo individual acoplado con interacciones llegando a niveles colectivos, y asi mismo la ponderacion dada a esta para convertirse desde subjetividades individuales y colectivas a postulados objetivos, logicos y reales, aun asi estos puedan evolucionar y cambiar, postulado primordial de la filosofia analitica, reconociendo realidad en lo trancendental y moral

    …La vieja fe no debe de ser sustituida por una nueva fe, beligerante e impaciente como toda nueva fe. La vieja fe tiene que ser progresivamente transformada, según se va sabiendo, según se va cambiando. Sólo así se progresa, sólo así se impide que la Historia se repita.

    Soy ateo agnostico, y aunque reconozco las bondades de los entornos judeo cristianos y la evolucion moral gracias a la religion, en mis conclusiones (pueden estar erradas, aqui admito relativismo al no ser un fundamentalista cazandome con verdades absolutas) creo que muchos podemos valorar y amar a nuestro projimo como a si mismo sin religiones, ni dioses, ni cristos obviamente heredando muchas de las cosas que nacieron de esta misma, pero cambiando muchos prejuicios existentes, y manteniendo moral, etica y principios que son cambiantes, al decir cambio no digo que sean contrarios puede que los mismos principios sino con valores agregados, o algunas modificaciones mientras nos enfrentamos con la realidad, siendo los productos del pensamiento gracias al debate y al discurso argumentativo realidad.

  8. Es frecuente ver como gente joven que ha pasado lo mejor de os años entregada a devociones colectivas, a obras altruistas y a hacerse alegremente un currículum laboral, piadoso y erótico –bienaventurados los alegres porque, joder…- cuando reciben una buena hostia, muy dolorosa o frustrante, empiezan a dudar en voz alta de la providencia o de la bondad, cuando no de la divinidad de Cristo.

    Esto significa que en aquellas participaciones se gratificaban, y eso les atraía y les mantenía adheridos al grupo, pero no acababan de transformarse del todo, y ello porque su apego al bienestar se hallaba entero.

    Yo creo que si uno se interesa por la vida espiritual es porque de alguna manera se le ha presentado en forma amable y consolatoria, pero esto tiene que acabarse alguna vez, y más bien pronto, para que ese “uno” comprenda que Dios no es primariamente «útil» ni para uno ni para la sociedad, cual silbato de ultrasonidos…

    Si uno no está dispuesto a aceptar los males como se ha aceptado antes los bienes, no es posible que avance en ese tipo de vida de acercamiento y comunicación progresiva con Cristo.

    Las rigideces biográficas, la angostura de mollera y el subjetivismo onanista, son consecuencia del narcisismo, de los deseos hipócritamente ocultados, de los vicios inconfesados e inconfesables y del miedo. El. Miedo.

    ¡Miedo!

    Todo eso es incompatible con salir del propio interés para atender exclusivamente a los intereses de la Providencia. Sacrifican nuestras pensiones para salvar unos bancos, pero aquí no hay cojones para vender todo lo que tengas y seguir a un tal Cristo. Por eso niegan la mayor, ateismo a lo Radiohead.

  9. El bicho humano difícilmente va a existir cualificadamente sólo de lo que ve o maneja, sino que en su actitud ante la vida reclama una dimensión de posibilidad de algo más valioso y potente, que no se puede «ver» pero que se tiene por cierto. Sino, la vida tiende a convertirse en depresión o en arbitrariedad insolente y destructiva de derechos propios y ajenos.

    La modulación de las conductas con arreglo a la justicia y el respeto al otro y al nosotros, aun en contra del propio ombligo y del lucro y de los intereses del presente, todo ello supone la seguridad acerca de algunas o de varias dimensiones que «no se ven».

    También hay que ver lo que se entiende por «fe cristiana”, sin serlo. La pizza de estos señores parece constar de los siguientes ingredientes:

    – Unas creencias, y hasta unas leyendas indiscriminadamente amasads con creencias y contenidos genuinos de fe.

    – Unas ideologías o concepciones ideologizadas, producidas por la sociedad de una determinada época y por las minorías que la van fermentando.

    – Unos principios éticos, teniendo en cuenta que requieren previamente, al menos ahora, otros principios hermenéuticos.

    – Unas filosofadas, tenidas por ciertas o tachadas como falsas.

    – Una terminología y unas formulaciones

    – Y, bajo todo ello o en alguna parte, la fe, que no es una receta culinaria, ni una campaña de la DGT, sino la adhesión personal y confiada a un Señor de la historia, que era el hijo de Dios; la convicción de que su Palabra era verdadera.

    Y quien de una vez ha visto claro, difícilmente puede volver a enfatuarse en lo que el mundo valora, ni su sensibilidad disfrutar con las banalidades agradables, pero a todas luces inconsistentes, que se le ofrecen. Por eso esa ralea de curas rebotados, Juan Luis Cebrián, Santos Juliá, Juan José Tamayo, esos tipos ideologizados, lábiles y agresivos, produce la impresión de ser Manueles Buenos Mártires, unos cínicos, hipócritas en el mejor de los casos, que nunca creyeron pero que vieron las ventajas sociales de hacerlo (y de no hacerlo).

  10. No puede tacharse de relativismo el haberse dado cuenta de que todo precepto o posibilidad de justificación de algún comportamiento determinado, que un momento de la evolución histórica de una sociedad se han observado o evitado y prohibido con sumo rigor y plena convicción, pues se suponían fundados en una verdad considerada como definitiva y cierta, pueden con el cambio de época y de instituciones, devenir más tolerables o menos inadmisibles, sin que ello relativice el sentido real y práctico de bien ético.

    Ese bien ético es lo que está en juego y lo que hay que salvar a toda costa y lo que, al cambiar las circunstancias sociales, económicas y culturales puede salir dañado o favorecido.

  11. Se da, en dogmáticos de uno u otro signo, un afán ansiógeno de asegurar y dejar los problemas definitivamente resueltos, cuando aún ni siquiera ha madurado, ni es siquiera suficiente, el acopio y el estudio de la información requerida para su planteamiento.

    Tampoco se puede luchar contra la historia y pretender restaurar las cosas como si aquí no hubiese pasado nada: lo primero que hay que hacer, para no desesperarse, es reconocer que la historia es eso, historia: nada es reversible y las “restauraciones” son perjudiciales aun para sí mismas, pues refuerzan el efecto contrario.

    Hay que dialogar con ella, y asumir los efectos positivos que son muchos, entre otros la depuración de adherencias de otras épocas; y esperar un poco, que también raerá las de ésta.

  12. El agnosticismo suele provenir de una visión positivista de la realidad, visión que achata los relieves y perfiles de las cosas, les da la isomorfia descolorida y plana de la mano abierta y hace imposible admitir nada además de lo tangible, sensorial y pragmático.

    El modo de conocer realidades -y necesariamente son de múltiple naturaleza y nivel- determina la actitud básica. De ahí que no admitir nada más que lo palpable y verificable por sentidos orgánicos, como si fuese lo único que constituye y abre a la realidad, limite de principio y arbitrariamente las posibilidades de pensar: te sitúa de espaldas a tu propia experiencia, la cual descubre bastantes más modos de ser, de imponerse y de ofrecerse objetividades y valores que no son exclusivamente cosas o materias.

    Es una actitud no tan empírica como los que la vocean pretenden, sino crasamente me-ta-fí-si-ca, es decir, apriorística y sobre supuestos abstractos o convencionales.

  13. «Garantizar la estabilidad con el modelo probado y legado por la tradición, pero dejando que otros modelos convivan y prueben su valía o no». No otra cosa digo, Juano.

  14. Wg, yo no estoy de acuerdo con Dawkins. Si esa es la impresión que te ha causado el post o bien no he sabido explicarme o bien no me has entendido. Seguramente esté más de acuerdo contigo.

    De todas formas, insisto, ni siquiera desde una perspectiva memética se puede decir que estemos determinados. Del mismo modo que no somos autómatas de los genes tampoco lo seríamos, de haberlos, de los memes, aunque sólo fuera por la lucha entre unos y otros por imponerse en el campo de batalla de nuestro cerebro.

  15. Si la memética es verdad, somos máquinas de replicar memes y nadie se pregunta nada. Los memes lo hacen todo. Si la memética es verdad, no tiene sentido hablar de la «verdad». Ni de «liberalismo» ni de nada.

    Rechazar la fe, o despreciarla, porque es sólo un meme o un memeplex, no es muy diferente de rechazarla o despreciarla porque la inventaron los shamanes o los burgueses o los malos.

  16. No hace falta nuevo relativismo ni nuevo escepticismo. El mero ejercicio de la libertad conlleva el cuestionamiento perpetuo de las normas y la búsqueda de nuevos caminos. Así que sólo hace falta más libertad, eso solo basta para garantizar el progreso.
    Además, el relativismo nunca puede ser constructivo, pues nunca acaba por establecer ninguna premisa…

    De ahí que en valores relevantes para la fortaleza social mi propuesta no es la de la imposición, sino la del fomento. Garantizar la estabilidad con el modelo probado y legado por la tradición, pero dejando que otros modelos convivan y prueben su valía o no. Un ejemplo es el matrimonio. Creo que debe de ser fomentado como núcleo y cimiento de la sociedad. Pero si alguien decide vivir con otro planteamiento decidido por las partes en libertad, nada se le puede decir. De esa manera, amén de respetar la libertad, se puede comprobar empíricamente qué modelo es más fuerte y válido. El hecho es que hasta el momento ningún otro modelo se ha mostrado más fuerte, sólido, eficaz y efectivo como el de la familia, pero eso no debe ser motivo para seguir abriendo puertas a otras sugerencias.

  17. Ni siquiera desde una perspectiva memética se puede decir que la pregunta sea pertinente. De todas formas, y pese a que haya participado en la entrevista a Blackmore, y haya hecho una breve introducción al respecto, no te vayas a creer que soy un apasionado de los memes.

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