Me cuentan que anoche se «celebró» un nuevo encuentro entre dos de los más grandes prohombres que ha parido el planeta desde la extinción de los dinosaurios: Don Jose Luis Rodríguez Zapatero y Don Iñaki Gabilondo. La «celebración» era singular a la par que deseada: se trataba de hacer un repaso a los gravísimos problemas que acucian al mundo y sus habitantes, hay quienes incluso auguraban un gesto cordial hacia los sufridores expañoles y sus problemillas. Sería un gesto más diplomático que otra cosa, pues de todos es sabido que los expañoles apenas tienen problemas y que, si los hubiere, basta con aplicar una de los tropecientos millones de medidas previstas en el sombrero de copa de Rodríguez. Eso sin mentar la bola de cristal que lleva incrustada en «salvasealaparte» y cuyos oráculos nos protejen suficientemente de todo mal.
El caso es que hablaron de cómo enfrentarse a los graves problemas que nos afectan en un ejercicio de indudable fantasía desbordada, pues de todos es sabido que aquí no pasa nada, que no hay crisis, los túneles no se derrumban, los barcos no se hunden, los parados no son tales, los estudiantes tampoco, los peces catalanes podrán -por fín!- disfrutar de la paz de las aguas catalanas, Delphi crea millones de puestos de trabajo en Andalucía, los poemas escritos en castellano por Rosalía entrarán en el índice, la selección de Euskal Herría no se rebaja a jugar contra la India, los ladrones se encuentran perfectamente controlados en el seno de la SGAE, los banqueros pagarán menos impuestos, … y así una inmensa (como ÉL, inconmensurable) lista de las maravillas maravillosas que nos tienen maravillados a los expañoles.
Y resulta que para un problema serio que hay, pero serio, serio, de esos que hacen temblar el templete y motiva a las Aídos superinformadas (ellas, todas son AídOs, y AídAs, y Aíd@s, Misterio de la Igualísima Trinidad) a poner velas a San Gore, se les queda en el tintero. Reconozco que, dadas las virtudes retóricas de ambos «celebrantes», es dificil tocar todos los temas en 45 minutos. Pero olvidarse de EL TEMA, es imperdonable.
A ver si resulta que el Calentamiento Global no va a ser el superproblema supercatastrófico del que nos hablaban hasta hace unos días. Corramos un estúpido tupido velo.
Martha, un abrazo de vuelta. Vamos a torear este 2009, no? 😉
Bueno Luis, un nuevo año con más trabajo, parece que el descanso quedará para otros tiempos. Dado que las cosas andan de mal en peor, pues nos toca seguir. Mis deseos porque el nuevo año traiga satisfacciones, y ello es mucho decir.
Abrazos, Martha
Egg que lo del clima, como la justicia, egg un cachondeo. Así no hay quien planifique como es debido. No obstante, espero que no les de por el oxígeno a secas, sin carbono de partenaire. Claro, que en homenaje a Maidanek, no estaría nada mal.
Y encima, Carlos J. no es igualitario! en unos sitios hace frío y en otros calor! aquí llueve y allí no. Lamentable lo del clima … será liberal? facha acaso? … no me atrevo ni a pronunciarlo … será teocon?
Aquí el problema de verdad, para los progres, es que el clima no les hace ni puto caso. Eso es lo que peor llevan. O sea, que es un fenómeno que no está sujeto a la voluntad general, democrática, participativa, deliberativa y de progreso.
Pero aquí no estáis en la onda progre, el problema era el calentamiento global pero, desde que se reconoce que la Tierra ha cambiado la tendencia y comienza a enfriarse se le llama cambio climático. El problema que hay ahora es el cambio climático!!!
Fíjate Luis la completa desparición de la veterana redactora de ciencia del grupo en el que trabaja Iñaki de estos asuntos, Alicia Rivera. Desde 1992 enarboló el estandarte del CO2 y el cambio climático, tenía un enfoque alarmista, no cabe duda, pero es de resaltar que hace más de un año que no publica una línea sobre este asunto, no se acerca al tema y ha puesto tierra de por medio, supongo que aterrada por el secuestro ideológico completo del asunto. Cabe destacar, además, como progresivamente ELPAÍS utiliza notas de agencia no propias, dejando la militancia «dura» en los medios masivos, Gabilondo y CUATRO. Más allá del «cambio climático» es desolador que no surgiera el tema de la energía, salvo para que todo un presidente del gobierno – me quedé estupefacto – manifieste asombro de colegial cuando le dicen súbitamente que hay examen por la oscilación de los precios del petróleo, produciéndonos a los que estábamos viendo la entrevista – votantes socialistas algunos entre los presentes – vergüenza ajena. Me ruboricé hasta yo, que no he votado socialista jamás 🙂
Gracias por comentarlo aquí.
un abrazo
¿Y de los gamusinos? ¿se sabe si hablaron de los gamusinos?
Sí, parece que la vida se percibe a veces como un insulto a la verdad. Como le contaba a Céspedes hace dos semanas, la vida real, la auténtica, contradice la aparente que se pretende hacer valer; pero, por ser auténtica conlleva paradojas, fracasos, dolor y bastante desgracia y esto ofende a los instalados en una «verdad» hecha de palabrería, desvergüenza y lecciones de sociales de cuarto de bachillerato. Por eso nos aborrecen.
No pocas veces me pregunto por las causas de esta «patología» que parece obligar a un gran número de personas (epidemia) a obviar la realidad de hoy a cambio de una fantasía para mañana …
No tengo respuestas convinventes.