Rosa Díez ha criticado la decisión:
la diputada de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, pidió explicaciones al Gobierno por los motivos que le llevan a seguir manteniendo que la poligamia tenga eficacia jurídica en España, unión expresamente prohibida por la ley. Díez critica que el Ejecutivo socialista esté concediendo pensiones de viudedad a todas las mujeres de un hombre polígamo y le esté otorgando «eficacia jurídica a un régimen matrimonial que no coincide con el regulado en la Constitución Española» y que además «lesiona la igualdad real entre el hombre y la mujer.»
Otra puntualización al hilo de la cuestión. Me temo que la Sra Rosa Díez desconoce el concepto de matrimonio cuando se refiere a la poligamia como un «regimen matrimonial». Con tanta incultura en la clase politica así nos luce el pelo. Vamos a ver señora mía, el matrimonio es la unión entre un sólo hombre y una sola mujer, es decir MONÓGAMO Y HETEROSEXUAL por definición, ¿Sí o Si?
Entonces ¿Qué demonios de «régimen matrimonial» en poligamia dice Vd.? En todo caso tendría que hablar de un «régimen matripolial» si existiera esta palabreja. ¿Por qué no lo llama Vd. simple y llanamente lo que es? «un régimen POLIGAMICO que no coincide con el régimen MONOGAMICO, que es el UNICO permitido por la Constitución Española».
Otro varapalo a la Constitución Española, que a estas alturas del curso más bien parece un pañuelo lleno de mocos. El Estado, decía la pobre ingenua, podrá regular las FORMAS del matrimonio, o sea que el CONCEPTO de matrimonio semíramis, se mira pero no se toca. Pero como los socialistas se la pasaron por el arco de triunfo cuando legalizaron, porque de otra manera no podían hacerlo, el MARICONIO useáse la unión sodomita, al conceptuarlo ILEGAL E ILEGITIMAMENTE «matrimonio» con la complicidad del Tribunal ¿Constitucional?, pues ahora tira p’alante que aquí vale todo.
Si ya lo decía yo entonces, el Estado EXpañol no sólo dará pensiones a las siete viudas (de jure o de picaresca) que dejen los moros porque el Corán se lo permite – ojo con discriminaciones por razones religiosas que os declaramos la «guerra santa» – sino que acabarán dándoselas también a los perros, las cabras o cualquier otro animalito que haya sido «compañero sentimental» de algún que otro zoosexual, que por desgracia haylos también en la viña del Señor.
En este reportaje, además de verse claramente un problema grave al que tenemos que enfrentarnos ya, se ve que los datos fríos y objetivos justifican por el bien común y la subsistencia del colectivo, al menos la potenciación (por no llegar a la imposición) de ciertos valores morales esenciales que en los últimos tiempos hemos dado por «superados».
Esa «superación» nos ha llevado a una situación crítica. Esto es ciencia, no es opinión. Y el que los datos corroboren la bondad de normas a las que la civilización ha llegado tras siglos de prueba y error no debería sorprender a nadie… El ignorar la evidencia y olvidar la evolución social que hemos seguido durante siglos es lo que sí me sorprende…
Me comí una «n»: No hay sociedad siN moral..
Luis, estableces una dicotomía que no es tal. El estado lo conforman las personas y son estas las que deben darle forma para que un entorno estable, justo, libre y próspero sea factible. El estado no es un ente independiente de las personas. No existe sin estas.
Aplicando tu máxima el estado desaparece, pues nada puede regular sobre las personas. Nada.
Ahora bien, si el estado es lo que las personas estipulan para regular las relaciones entre iguales éste se torna en garante de las reglas del juego establecidas por el soberano. Sólo en un entorno donde todo el universo estuviera plagado de santos tendría cabida la anarquía. Pero como no es el caso de la realidad en la que tenemos que vivir, se hace necesario el uso de la fuerza y el establecimiento de normas.
Es tan irreal y peligroso el escenario que tú y Acrata proponen que no sé ni por donde empezar. Para empezar porque es incongruente con cualquier propuesta que puedan realizar ustedes en pos de cualquier tipo de regulación, incluso la defensa de la propiedad privada.
Admitiendo la poligamia como modelo neutro (que no lo es), por ejemplo abres las puertas a que mujeres sometidas inmigren con su marido y sigan sometidas. Posibilitas la esclavitud y fomentas el crecimiento de núcleos sociales que pueden ser contrarios a la libertad.
Si el estado no puede entrar en las relaciones consentidas, todo pedófilo que logre el consentimiento de un menor de nada tendrá que preocuparse. Porque claro, la mayoría de edad es una imposición que hay que eliminar.
Si el estado no tiene nada que decir de la moral, el banquero podrá cobrar en carne los intereses de las deudas siempre que el deudor ahogado consienta.
¿En qué te basarías entonces para que el estado prohíba la esclavitud? Habiendo consentimiento, todo vale…
Y paralelamente a todos estos escenarios que se abrirían con normalidad, subyace el que cualquier corriente de pensamiento contraria a ese modelo social de libertinaje (que no de libertad), no tendrá ninguna oposición para organizarse y tomar el poder bien sea por la fuerza, bien sea por constituirse en mayoría dominante. Tal esquema social propuesto no aguantaría el más mínimo embate por parte de cualquier corriente contraria, pues no tendría ni defensas ni mecanismos de reacción: Si todo vale y todo está bien, ¿de qué preocuparse?
No hay sociedad si moral. Y sin sociedad, al final lo que impera es pura y simplemente la ley del más fuerte.
Me cuesta entender cómo se puede renunciar a todas las enseñanzas de la historia y a más de un razonamiento lógico para defender a ultranza una utopía insostenible y autodestructiva. Condenar el modelo actual para luego repetir sus más graves pecados es algo que no puedo entender. Y menos cuando para hacerlo hay que partir del falso mito del buen salvaje. Es hacer otro edificio con los mismos materiales y esquemas, pero cambiando las cosas un poco de sitio e ignorando como se hace ahora, todo aquello que posibilitó la grandeza de la obra.
Sigues viendo con normalidad la imposición de ciertos valores y no la de otros con una subjetividad y falta de razonamiento total. La propiedad privada no es la piedra filosofal sobre la que se asienta la perfección social. Es un elemento más entre otros. Y no es, ni de lejos, (siendo fundamental) el más importante.
Creo que en esfuerzo de simplificar se pierde la perspectiva y se llega a conclusiones erróneas. Es como decir que el pan es harina y agua. Nos dejamos atrás la sal, la levadura, el proceso, el horno, la leña, el panadero y la finalidad del pan… Y luego olvidamos todo lo que nos dejamos atrás y criticamos al que lo señala.
Sinceramente, no deja de sorprenderme. Con tu fórmula jamás obtendrás pan (que es lo que los dos queremos…).
Ácrata:
A mí lo que sea fundamental para los liberales, me importa un bledo. Lo que es importante para mí (que te importará un bledo a tí, como es lógico… XDDDDDDDDD), es simplemente que se cumpla la Ley porque, si el ordenamiento jurídico no se cumple, lo que hay es un caos. Y el caos no es bueno, como se ha probado en diversas épocas de la historia.
El cambiar las reglas sin cambiarlas no es el modo mejor de que la sociedad sepa a qué atenerse. Para algo se publican las normas: con el objeto de que tú y yo sepamos cuáles son las reglas del juego. Pero si en medio de un partido te las cambian, ¿a que ya no se sabe cómo jugar? Pues aquí igual.
Las cosas claras y el chocolate espeso… Y las leyes es lo primero que tienen que ser: claras… otra cosa es lo que sean en la realidad…
Luis
Yo en eso ya no me meto. Tradicionalmente, lo que se ha intentado con este tipo de regulación, es precisamente proteger a los más débiles (en este caso, se suponía que la mujer y los hijos porque eran los que no podían administrar su patrimonio). Se aseguraba así el Estado de que sus ciudadanos crecían sanos y fuertes (o al menos lo más sanos y fuertes que se podía) para luego engrosar el ejército y pagar a Hacienda. ¿A día de hoy? Pues habría que ver si el remedio es peor que la enfermedad. No estoy segura de que, socialmente, privar al matrimonio de su regulación civil fuera a solucionar nada. Es más, creo que hasta sería perjudicial: los irresponsables existen. Y más de una mujer/marido/hijos, quedarían mal sin un marco jurídico a que atenerse. El matrimonio, como todas las instituciones de Derecho de Familia, engendran derechos y deberes personales cuyo incumplimiento, en algunos casos, ni siquiera tiene sanción porque transciende a lo jurídico de una manera muy clara (¿cómo obligar a alguien a ser fiel?). Pero claro eso es mi opinión, que vale tanto como la de cualquier otro hijo de vecino… XDDDDDDDDDD
Además, ahora se regulan y al menos hay que ser un poco coherente.
De acuerdo totalmente. Pero para la seguridad social y para todo lo demás. 😉
🙂
Sólo allí donde todo es posible podemos acercarnos tímidamente a la verdad.
Ya Juano, pero
ocurre que los valores que han de ser fomentados los deciden las personas, no los estados. Para tí son unos, para otro son otros. El esatado no debe entrar en ese juego. Si tú y yo creemos que la pareja estable como núcleo de la familia es lo que se debe fomentar, hagamos apología de nuestras ideas, pero no pretendamos que el estado beneficie nuestra «causa», sólo porque tú y yo creemos que es lo mejor … para todos?
Aprovecho para decir «rehola», que estuve unos días fuera. Un abrazo a todos.
Donde todo vale, nada vale.
A ver, yo no propongo que se regulen las relaciones. Digo que de haber beneficios para las relaciones, tienen que ser para las que sean positivas para el colectivo, no para todas. Nadie puede impedir que dos adultos del mismo sexo vivan juntos y nadie tiene que entrar ahí. Pero que reciban beneficios por ello no solo no tiene sentido, sino que es contraproducente.
Lo mismo pienso de las parejas heterosexuales que conviven juntas sin ningún tipo de compromiso. Si no das garantías de estabilidad ni asumes obligaciones, pues no debes tener acceso a los derechos. No digo que se prohíban las convivencias fuera del matrimonio.
Así pues, esperando quede claro que no estamos entrando en lo lícito o ilícito, en el caso de la poligamia el problema va más allá de la duplicidad del gasto. Al consentir la asunción de derechos a una institución contraria a los valores que deben de ser fomentados se entra en una incongruencia cuyo resultado no es nulo. De hecho es negativo.
Además, supongo que en el caso de la poligamia se emplea el mismo método de cálculo que en los divorciados y vueltos a casar, por lo que lo que se hace es repartir la cuantía, no duplicarla o triplicarla.
Sí, bueno, yo digo que no veo motivo para prohibir la poligamia. Y que no veo motivo para que el estado beneficie ni a los polígamos ni a los monógamos. Nora, de acuerdo con los principios de la constitución, un polígamo o una políandra son exactamente iguales que cualquier monógamo. Lo que los hace diferentes es la ley que regula los estados civiles, innecesaria donde las hubiere. Y la manía del estado de obligarnos a ejercer la caridad y a preveer los contratiempos como a él le da la gana y no como a mí me gustaría más. Si tengo una mujer, he de ahorrar para que no se quede en la calle. Si tengo siete, habré de ahorrar más. Si no he ahorrado para ninguna, soy un irresponsable y lo más probable es que mis viudas tengan que ponerse en manos de alguien (uno, varios, miles) más caritativo y responsable que yo. Eso sí, quien no quiera corresponsabilizarse del fruto de mi dejadez o mi mala suerte, no debe hacerlo. Y digo todo esto olvidando (bueno, no lo olvido, lo dejo para otro momento) que tan responsable soy yo del bienestar de mi pareja COMO LO ES ELLA. Que de eso no se habla nunca (viva el feminismo que consagra los status quo!)
En una cosa sí estoy de acuerdo: si hemos decidido pagar en un fondo de pensiones para que este cubra unas determinadas circunstancias, todo lo que se salga de los términos de ese acuerdo es ilegal y denunciable.
Termino: la única razón de ser de las relaciones personales es la voluntad libre de dos o más personas. No hay otra legitimación posible. Luego el estado debe proteger todas… o ninguna. Yo estoy por la segunda variante 🙂
Es fundamental para los liberales «privatizar» el matrimonio, e impedir que el Estado lo regule. No debe haber ni una imposición católica (con prohibición del divorcio y del matrimonio homosexual), ni progre. (legislación sobre tareas domésticas)
Tienen que ser acuerdos libres. Por supuesto, sin efectos a la hora de lograr pensiones, desgravaciones fiscales o ayudas sociales.
Una Costitución que pretenda establecer qué formas de relaciones consentidas son válidas debe ser abolida.
¿Ni siquiera cuando va en contra del principio de igualdad ante la Ley? ¿ni siquiera cuando a tí te pueden meter en la cárcel si te casas con dos mujeres pero no si lo haces con una procedente de un país en el que se reconoce la poligamia? ¿qué pasaría si en un país se reconociese el canibalismo? ¿lo reconocerías en España? Puede que para tí la poligamia y el canibalismo no sean equiparables, pero están igual de prohibidos por nuestro sistema jurídico.
Además, esto se hace sin publicidad y sin regulación común para todos. Y la regulación es una regulación religiosa: si tú te casas por la Iglesia, los efectos civiles de dicha unión los marca el Código Civil o la regulación foral correspondiente o, en su caso, las capitulaciones matrimomiales inscritas en el Registro Civil. Si estos señores se casan poligámicamente, los efectos civiles de su matrimonio son regulados por una regulación religiosa que encima, es totalmente contraria a los principios de la constitución (repudio de la mujer, maltrato doméstico…). Y quienes los van a divorciar no son los tribunales estatales si no su propia tribunal religioso. Sí, es cierto, la Rota puede anular el matrimonio canónico, pero sólo tendrá efectos civiles SI cumple con los requisitos civiles establecidos en el Código Civil. En este caso NO, porque se está de principio dando validez a una forma NO tolerada, prohibida Y perseguida por el ordenamiento jurídico.
Juano, gracias. Yo también pienso lo mismo. Si el Estado quiere meterse en las relaciones personales, que lo haga, pero primando a aquellas que tienen una verdadera razón de ser de acuerdo con los principios de la Constitución. Y si no, que no lo haga en ninguna. Pero consentir (bajo cuerda…) que se produzcan estos matrimonios es, desde mi punto de vista, un disparate.
Por supuesto, es mi opinión y acepto que haya personas que piensen de otra forma.
Yo también pienso así. Aceptar diferentes formas de entender la moral privada siempre que lo que de ella se derive no atente contra las libertades de los individuos es algo para mí incuestionable. No cabe criticar el islám, sino su imposición. La sociedad no es algo «protegible», es algo dinámico que surge y cambia en función de los individuos que la componen. No veo relativismo en ello. Sólo dinámica social. Que no nos gusta la dinámica que observamos? Podemos denunciarla, criticarla, pero nunca imponer la «nuestra», tampoco mediante el estado, que en estas cosas, ni pincha ni corta (no debería, vaya).
Juano, si algo nos separa es precisamente esto: yo no creo que el estado deba fomentar o prohibir ningún tipo de relación personal consentida.
¡Ya estamos con el relativismo!
La poligamia, el adulterio, el pago de prostitutas… todo eso es inmoral. Pero el Estado jamás debe tomar partido para intentar eliminarlo. El paso de la condena moral a la intervención pública es lo que convierte a un liberal en conservador o socialista. Un político debe preguntarse ¿qué debe hacer el Estado? ¿Cuáles son las normas de relación entre los individuos?. Jamás debe meterse en asuntos de moral privada.
Las relaciones consentidas entre adultos son lícitas, independiéntemente de su «valor social». Da igual que hablemos de sexo, matrimonio o contratos laborales. Nadie debe interferir cuando hay un acuerdo entre las partes en nombre del «valor social», que evidentemente determina el político de turno.
Lo único criticable es la duplicidad del pago de la pensión. Que la poligamia la pague otro.
Acrata, una cosa es meterse con relaciones consentidas y otra es qué relaciones consentidas son positivas para el colectivo y por ello reciban ciertas prerrogativas para, entre otras cosas, potenciarlas. El derecho a cobro de pensión de viudedad no es inherente a las relaciones, es inherente a la defensa de los intereses del colectivo.
Si damos por bueno que todo tipo de relación es igual de buena que cualquier otra lo primero que veremos es que no tenemos modelo social ninguno. Y lo segundo es que se empezarán a generar tantos derechos sin contraprestación que la única opción viable será la supresión de tales derechos para todas las relaciones.
El caso es que no tiene el mismo valor social una relación que aporta nuevos ciudadanos al colectivo que una que no. No es lo mismo un modelo que potencia la igualdad que otro que degrada a una de las partes. No es lo mismo un esquema de relación que se compromete a durar en el tiempo dando estabilidad al colectivo como institución y a sus nuevos miembros, que un esquema que puede diluirse en cualquier momento por cualquier causa.
Si basas una sociedad teniendo como cimiento moral el relativismo, tal sociedad no puede durar en el tiempo. Pues sucumbirá fácilmente al más nimio choque con un colectivo más sólido y organizado. No es una cuestión de opinión, es algo empírico.
Veo cierta deriva jacobina en UPyD. La opinión de un político sobre cualquier relación consentida sobra.
Otra cosa es que haya que pagar el doble de pensión, en lugar de dividirla entre dos.
Eso se soluciona capitalizando las pensiones.