Dado que sabemos de sobra lo que opinan los próceres del «sosialihmo» en España sobre las virtudes de la dictadura socialista en Cuba, no está de más recordar que la opinión que realmente cuenta es la de los propios cubanos:
El estudio indica que las recientes reformas en Cuba han hecho muy poco para mejorar las vidas de los ciudadanos ordinarios. Los cubanos aún luchan por sobrevivir día a día, para alimentar a sus familias y encontrar una vivienda adecuada. Lo que es más, las recientes reformas anunciadas por Raúl Castro han generado poco entusiasmo o esperanza sobre cambios estructurales en Cuba.
Los cubanos dicen que se sienten incapaces de organizar una respuesta popular a la opresión del gobierno. Están desinformados o mal informados acerca del movimiento pro democracia en la Isla. La Iglesia Católica provee un pequeño espacio para algunas actividades sociales y culturales, pero los encuestados no ven a la Iglesia extendiéndose más allá de esto para jugar un papel político o civil. Los jóvenes cubanos, quienes están particularmente desilusionados, son usualmente apáticos. La respuesta más común a la injusticia gubernamental es quejarse y conformarse. La desoladora perspectiva expresada por los encuestados está enraizada por décadas de intimidación y propaganda gubernamental. A pesar de este moribundo entorno, sin embargo, existen indicaciones de que los cubanos desean libertades políticas más profundas. Los encuestados nombraron frecuentemente tres reformas que decían que eran las que más deseaban, y dos de esas tres eran la libertad de movimiento —no sólo fuera del país sino también dentro del país— y la libertad de expresión.
Incluso con las penurias económicas y las bajas expectativas de un cambio positivo existentes, no todos los cubanos están deseosos de abandonar la Isla. A muchos les gustaría viajar al extranjero, pero tienen miedo de que si se marchan por un corto período de tiempo, serían despojados de sus hogares antes de regresar. Aunque muchos planean vivir en Cuba por el resto de sus vidas, el miedo al cambio y la lucha diaria por la supervivencia desalientan a la mayoría de los cubanos de tratar de influenciar en el rumbo futuro de su país.
Lean el informe completo de Freedom Hause, «Change in Cuba: How Citizens View Their Country’s Future«
Los paises «sosialistas» movilizaron factores masivamente y con poder totalitario, materias primas, mano de obra, sin duda entusiasmada en los comienzos e identificada, quizá como nunca, con los señoritos; tuvieron doctrina igualitaria a machamartillo, la adhesión de las masas y la disposición cooperadora de éstas; pero la ceguera de esos mismos señoritos, el doctrinarismo disparatado y la intromisión de personalidades ególatras, mediocres e interesadas dieron al traste con los resultados y produjeron un desencanto generalizado, como ya se ve en “La tragedia optimista” ¡a fines de los años 30!
El cuerpo de una colectividad se va haciendo, va madurando, va creando nuevas posibilidades y va decayendo, igual que el cuerpo de cada uno, con sus expectativas, sus gustos y preferencias…
Todo va cambiando y ha de cambiar, pues la vida es un constante cambio de adquisición de aprendizajes, de emergencia de ideaciones inconscientes, de deseos, de tendencias, de proyectos, de planificaciones y de necesidades…y al que se anticipa a todo eso, le tejen coronas…
…pero la solución de unas genera otras…
Cuando álguien deja de idear, desear y planificar, o, incluso, de soñar, es que ha caído en una depresión y se niega a vivir. Los deseos podrán ser mejores o peores, estúpidos o muy estúpidos, esa es otra cuestión, pero quien nada desea, de nivel de realidad alguno, es que ya no respira. Porque la vida es movimiento progrediente que no se detiene un instante.