Según el ministerio ucraniano de Defensa, el navío transporta 33 carros pesados de combate T-72 de concepción soviética, que debían ser entregados en Mombasa en el marco de un contrato de venta de armamentos de Ucrania con Kenia.
Y aquí empieza el misterio: en primer lugar a quién va dirigido. Desde el momento de su secuestro, se ha dicho que lo transportaban para los rebeldes de Darfur o para Somalia. Los islamistas somalíes han dicho que iba a su «enemigo» Etiopía. A día de hoy, Ucrania (ni el naviero) han aclarado quiénes eran los destinatarios de la carga del barco. El blog Danger Room señalaba precisamente esta circunstancia en los primeros días de secuestro.
Pero es que además, los piratas han pedido la friolera de 20 millones de dólares de rescate por el barco, aunque al principio pidieron 35 millones. Y en noticias posteriores se dice que en el barco van «otras armas ligeras» sin especificar cuáles.
La tercera cuestión que queda sin determinar es por qué tanto la Armada de los EEUU tiene rodeado al barco como Rusia ha mandado a una de sus mejores fragatas, la Neustrashimy, al lugar del secuestro. Por supuesto la razón dada es que tienen miedo de que los 33 tanques caigan en manos de los islamistas que luchan contra el gobierno somalí de transición. Pero ¿de verdad se hubiera armado tanto revuelo por sólo tanques? Puede que sea muy desconfiada, pero en este momento, Rusia y EEUU no gozan de relaciones excelentes, así que la idea de que colaboren por el secuestro de un buque que sólo lleva 33 tanques y unas cuantas armas ligeras, me parece un poco exagerada. Para que os deis cuenta de la dimensión, EEUU ha desplegado a seis buques de guerra en el escenario.
Siempre queda, sin embargo, otra razón de peso: la razón estratégica. Como explica Jane Novak, el Golfo de Adén, donde han sido secuestrados la mayoría de los barcos desde hace meses, es uno de los puntos neurálgicos más importantes del comercio mundial:
El Golfo de Adén no es un lugar que los barcos de ruta marítima puedan evitar. Situada en el sur de la Península Arábiga entre Somalia y Yemen, la via marítima de 2,500 millas es estratégica para la economía global. Conecta Europa y Norte América con Asia y el Este de África a través del Canal de Suez. Alrededor de 1.500 barcos, el 10% del tráfico marítimo global, pasa a través de él cada mes, incluyendo el 4% de la extracción mundial diaria de crudo. La única ruta alternativa, alrededor del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, es miles de millas más larga y mucho más cara, si consideramos que los barcos grandes cuestan 20.000 dólares diarios en mantenimiento.
De modo que esta puede ser una razón alternativa a las cuestiones que plantea el cargamento del buque o su destino. Además, de por supuesto el rescate tan cuantioso que les permitiría comprar aún más armas para financiar a los islamistas.
Por supuesto, los islamistas somalíes han hecho su entrada en el caso, llamando a los piratas a «hundir el barco o a quemarlo«.
«Si no obtienen el dinero que piden, los llamamos a quemar el navío con sus armas o a hundirlo», dijo por teléfono a la AFP el jeque Mujtar Robow, portavoz de los insurgentes islamistas somalíes («shebabs»).
«No tenemos contactos ni vínculos con los piratas», que actúan movidos por «sus propios intereses», aseguró el jeque Robow.
«Capturar barcos de comercio es un crimen, aunque eso no se aplica al secuestro de barcos que transportan armas para los enemigos de Alá«, afirmó el portavoz de los islamistas radicales somalíes.
«Pensamos que el cargamento pertenece a Etiopía«, agregó.
Se puede observar por qué el hecho de decir para quién era el cargamento hubiera solucionado muchos problemas.
Para terminar, es divertido ver el doble rasero del islamismo.