Las dictaduras, como la china, se engalanan en busca de prestigio cuando Olimpia toca su frente. La historia nos enseña que son pocas las ocasiones en las que se alcanzaron cambios políticos por medio de acontecimientos deportivos. Por qué se mantienen los políticos europeos en su empeño por mostrar iniciativa allí donde no es posible?
Si nos olvidamos de la lucha de dedos, la carrera de sacos, el pulso manchego y el lanzamiento de enanos no hay disciplina deportiva que no esté presente en los Juegos Olimpicos de Pekín. Hay una discilpina, incluso, que ha comenzado a disputarse mucho antes del acto de inauguración: la hipocresía antemicrófono.