Italia jugó como sabe: a la casualidad, a la suerte, a destruir, al churro en el minuto 92. Los violinistas españoles, sin violín como temíamos, apenas acertaron a no perder la partitura. Pero quedaban las violas. No son tan brillantes, pero son más consistentes. Y además, tenemos al santo de cara: San Iker.
Me alegra haberme equivocado!
Ahora vienen los rusos, con ganas de venganza.
Elentir, en Alemania el tipo es conocido precisamente por no pitar ese tipo de jugadas. Un cagón, vaya.
Luis, si ves al árbitro por ahí, dale un cachete de mi parte. ¡Menudo… eso! Parecía que cada vez que le metían una falta a España o había que marcar un penalti a favor de nuestra selección, el tío perdía el pito.
Hola Martha!
Un abrazo a tí también. A ver si estos chicos sacan la profesionalidad y nos siguen dando alegrías.
Hola Luis, grato dar una vuelta por tu espacio. Y bueno, aunque dramático el partido, acentuado en los últimos minutos, terminó siendo histórico.
Un abrazo, Martha