Milady,
Hace ya tiempo que no os escribo, no tanto por olvido, como por falta de tiempo. Tiempos raros corren por estos lares. Tiempos de confusión. Cómo se agradecen los sabios consejos que Milady y sus preceptores me brindan recomendándome lecturas de párvula. Gracias a ellas, los problemas de la política local, que tantas angustias causan entre los seguidores de unos y otros, aparecen ante mí desde una perspectiva distinta.
Dice José Gaos que el gran Maimónides acertó con el título de su libro, Guía de Perplejos.
Como seguramente Milady sabe, la tribu de los Perplejos, no es la misma que la de los Extraviados. No han equivocado su camino, simplemente andan errantes, indecisos, fluctuantes, irresolutos. Y ese estado de ánimo no es compatible con la vida de forma permanente, porque pone inquietos, temerosos a quienes padecen la perplejidad, y finalmente acaban oprimidos de ánimo y dolidos de corazón, conturbados o contristados.
Las dos únicas soluciones a la perplejidad, una vez que se agota el tiempo de transitar por ella, son la resolución o la suspensión de la vida (ya que no admite ese estado durante mucho tiempo, termina por agotarse).
Así se hallan, a mi entender, nuestros políticos, indecisos entre la fe en su líder y la convicción de que sus principios son su guía (el que los tiene, y el que no los tiene, la convicción de que no existen tales principios). Y es por ello que aparecen algunos de estos políticos inquietos, declarando amistades ante un juez a unos y a otros, sin saber si van o vienen.
Y algunos periodistas políticos aún más, incluso ya han alcanzado el estado de contristación al verse ninguneados por los políticos a quienes apoyaron en los peores momentos.
Es casi enternecedor verles las caras de sorpresa a tan experimentados comunicadorescuando los políticos simplemente hacen lo que todos los políticos, salvar el pellejo y la poltrona, asegurarse un puesto en la directiva de julio, o al menos, una oferta que poder rechazar y salir dignamente por la puerta. Cosa, ésta última, que no veo previsible, aunque ya sabe Milady que las personas somos imprevisibles y las mujeres, más todavía.
Aburrida, como me tienen, de tanto dimes y diretes, de tanto titular y tanta declaración, propongo dejar de lado las interpretaciones apresuradas de periodistas de urgencia, y observar con calma cuál es el camino en el que desembocarán los Perplejos: resolución o suspensión de la vida.
La primera opción -la más probable-dejará nuevamente perplejos a todos los que hoy hacen sus apuestas por uno u otro jefecillo, al ver que de lo dicho nada, que todos pliegan velas, son amigos, nunca clavaron dagas por la espalda y lo importante es ver un nuevo amanecer que nos saque de las tinieblas, como si ellos fueranlos supremos portadores de la luz.
La segunda opción, la que implica la retirada del partido (de ESE, en aras de OTRO, porque la retirada de la política ni la considero) significa la muerte política prematura del tercer partido. España es una mesa de dos patas.
Y con la misma calma con la que observo, me uno a la reflexión que llega del otro lado de la galaxia:
No había leído este post cuando me metí en el del apartheid…
Totalmente de acuerdo y en la línea de lo que digo en el otro las dos últimas líneas de este 🙂
Gracias por el enlace