Me acaba de llegar una recensión de la última obra de Bernard Delanoe, alcalde de París. Creo que deben leer ese libro si quieren comprender la batalla establecida para conquistar el término «liberal». El epíteto de la discordia. La obra del alcalde parisino lleva por título «De l’Audace!» , que no deben traducir como «Sobre la audacia», pues la exclamación impone otra traducción: «Seamos audaces!». En ella nos cuenta cómo redescubrirse socialista y liberal, liberal y socialista. En una entrevista con Laurent Joffrin, nos deja muy clara la esencia de su mensaje: «que la gauche que je défends est par essence libérale», en paladín: «la izquierda que yo defiendo es esencialmente liberal».
Cómo era aquello de los carnets? Luego no digan que no estaban avisados. Ya saben, el colectivismo es profundamente liberal.
Si le dices a un francés «De l’audace!» a un francés (y si no es de la generacion LOGSE a la francesa) pensaró inmediatamente en Lazare Carnot, el ministro de la Defensa cuando la Francia revolucionaria fué invadida por los ejercitos de las mo,arquias) que dijo: «De l’audace, toujours de l’audace, encore de l’audace et la France est sauvée» Que de forma fea ya que no hay equivalente en español pero reflejando el espiritu puede traducirse por: «Audacia, sigamos con la audacia o siempre audacia (aqui la palabra toujours tiene un doble sentido), mas audacia (no hay que traducir encore por todavia) y Francia esta salvada.
Nota linguistica: El partitivo puede usarse en francés para pedir algo «Du café, s’il vous plait». Toujours (seimpre) puede usarse como «sigues queriendo»: «toujours du café ou voulez vous prendre du thé?» . Encore (todavia) se usa para repetir: «Encore du café»
Nota historica: Lazare Carnot, ademas de atreverse a nombrar generales mùy jovenes (o sea que en vez de selecionar al mejor coronel para ascenderlo a general el pescaba en el ejercito entero) que no estaban condicionados por las viejas tacticas, impuso que la infanteria francesa en el campo de batalla adoptase un paso mas rapido (creo que 90 pasos al minuto contra sesenta en sus adversarios). Esa rapidez de la infanterio fracesa fué clave para las victorias tanto de la Republica como de Napoloen.