Interrumpo mis vacaciones blogueriles por esta causa: hoy es el día para acordarse de las víctimas del reciente ciclón Nargis y para denunciar que la ayuda no les llega porque la Junta Militar ha prohibido la entrada al país de los cooperantes internacionales, asegurándose así que nadie ve cómo se distribuye la ayuda humanitaria y secuestrando la ayuda que ya había llegado.
La televisión pública ha anunciado que la cifra de muertos es de más o menos 78.000 personas y que 56.000 más están desaparecidas. Sin embargo, la Cruz Roja estima que la cifra de muertos puede llegar a ser de 128.000.
A ello se añade que no hay datos fiables sobre dónde están los supervivientes, si en campos de concentración o huyendo o viviendo en sus casas destruidas. De hecho, algunas ONGs han denunciado que algunos supervivientes están siendo obligados a volver a sus casas, en estado ruinoso después del paso del ciclón.
Este es el panorama a día de hoy en Birmania:
The bodies of human beings and cattle were floating alongside our boat. We reached a destroyed village and were the first outsiders to reach them. Cyclone Nargis bombed them, flattened them and left them rattled with their spirit rattled,» the worker said. «The body of a five year-old boy drifted by, [the] child of a mourning mother somewhere, the boy drifting in an unknown waters, waiting for a burial, unwept and unsung,» the worker continued.«We witnessed children biting at old coconut shells as we went in,» said the worker. «Dead people and animals are everywhere. The people neither have the energy nor the will to bury them. There were many refugees, living in roofless churches and monasteries. Help has not reached them.»
Bueno, Lola, hay que ponerse en el lugar de la Junta Birmana para considerar por qué obran así, aunque nos repela. La ayuda internacional está siendo rechazada porque las ONGs internacionales habían exigido que fueran ellas mismas quienes se ocupasen de la distribución. Para ello hay que hacer dos cosas: la primera es investigar las circunstancias en las que están las poblaciones y la segunda es vigilar que llegue a quienes están damnificados. La primera pondría de manifiesto graves deficiencias anteriores al ciclón -que además las verían ellos sin control por parte de las autoridades- y la segunda evitaría que los disidentes o las etnias discriminadas dentro de la propia Birmania recibieran menos de lo necesario. Ninguna de esas cosas interesan a la Junta Birmana.
En cuanto a lo segundo, quieren hacer ver a toda costa que el pueblo les quiere, lo que es algo más que discutible considerando el eco de la Revolución Azafrán, a pesar de que todos saben más o menos cuáles son las consecuencias de manifestar una oposición contraria a un régimen que es el que tiene más escuchas entre la población del mundo. Ni siquiera puedes comprar o usar un teléfono móvil sin que esté previamente «pinchado» por el régimen. Igual que están intervenidas todas las comunicaciones por internet.
Lo de Birmania es el suma y sigue de la vergüenza de los dirigentes , o mejor dicho de la desvergüenza de los dirigentes de un país. Qué desgracia es que ocurra una tragedia natural, pero si a ésta le sumas la desgracia de que el gobierno de turno esté podrido, sea inhumano e irracional , la desgracia se eleva al infinito.
¿Cómo se explica que la ayuda internacional, que tanto necesitan en estos momentos , está siendo rechazada, retenida o confiscada por el propio gobierno birmano y que a los damnificados no les llegue?.
¿Cómo explicar que hayan celebrado elecciones en momentos así, y encima siendo, como son , un “paripé”?. ¡Qué indecencia!.
Pobres pueblos del mundo en manos de hombres poderosos sin escrúpulos , moral ni decencia alguna.