En 1942 los nazis crearon un gueto en Varsovia, e Irena, horrorizada por las condiciones en que se vivía allí, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota. Ella misma lo cuenta: «Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto.»
Cuando Irena caminaba por las calles del Gueto, llevaba un brazalete con la estrella de David, como signo de solidaridad y para no llamar la atención sobre sí misma. Pronto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del Gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.
A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del Gueto en el verano del 42, consiguió rescatar a más de 2.500 niños por distintos caminos: comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes… en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.
Irena quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y sus familias. Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.
[…] Para saber más, aquí.
Ha fallecido a los 98 años de edad. El año pasado era nominada para el Premio Nobel de la Paz. El premio que terminó llevándose Al Gore. Todavía queda alguien que desee recibir ese premio?
Mi admiración, mi reconocimiento y mi respeto. Irena Sendler sí fué una heroína de nuestro tiempo.
Mujerárbol,
No, el artículo de Wiki no es mío. Pero la noticia de la muerte de esta gran mujer me llenó de tristeza. Son tantos los héroes olvidados!
Voy a ver tu blog 🙂
Linkeo tu post en mi blogo, Luis. ¿Has redactado tu el artículo de wikipedia?
Bueno, también te he colocado en mi lista de favoritos: simple cuestión de gustos más que otra cosa.