Incluidos los delincuentes, los piratas, los terroristas y, llegado el caso, los invasores. Zapatero y su gabinete están redescubriendo el verdadero significado escondido tras la paloma de Picasso: si quieres la paz, lo mejor es rendirte siempre.
Y si además, como es el caso, cuentas con amigos poderosos en la ONU (es decir, en la asamblea de delincuentes, piratas, terroristas y enemigos), mejor que mejor. Para qué necesitar, entonces, un Plan o una Estrategia de Seguridad Nacional? Ya vendrán Chavez y Gaddafi a defendernos, no?
… la España de Zapatero se contenta con ser de los últimos países en lidiar con la realidad. Da igual que los riesgos y las amenazas sean cada vez más complejos, sucedan a una velocidad de vértigo y estén interconectados, porque él vive en paz. Pero no estaría nada mal que el Gobierno que se acaba de estrenar siguiera los pasos de nuestros vecinos y elaborara una Estrategia de Seguridad Nacional. En ella deberían fijarse los retos para España, que además coinciden en su mayoría con la del resto de europeos, y las opciones para enfrentarse a ellos. Una «gran» estrategia de múltiples dimensiones que incorpore elementos judiciales, policiales, de inteligencia y militares; una estrategia que prevenga, se anticipe y golpee cuando haya que hacerlo; en la que participen Economía, Exteriores, Interior, los servicios de Inteligencia y Defensa. Todo ello para proteger los intereses de España y de los españoles allí donde haga falta de amenazas que afecten a nuestra seguridad y la de nuestros aliados.
No parecen ir por aquí las cosas. Tras el bochorno de Somalia, donde Zapatero ni siquiera tuvo la decencia de dar la cara durante la crisis, parece que la elaboración de una Estrategia de Seguridad Nacional no entra en sus planes. Quizá porque si no cree ni en la nación ni en proporcionar seguridad a los nuestros, ¿para qué hace falta estrategia ninguna?
Léanlo entero. No se lo pierdan!
Tragan ruedas de molino, en el país de los molinos del Quijote.
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Germánico, de rodillas y como esclavos, sin duda. Veremos hasta donde aguanta la gente (aunque después de 40 años de dictadura franquista, la gente traga mucho……)
ZP está optando por el corto plazo. Su táctica (aquí no se puede hablar de estrategia) es pactar con los totalitarios de todas las tendencias, cederles terreno poco a poco y mantener mientras tanto los restos del poder que vayan quedando. El problema es que cuando gobierne alguien con más sentido común y cabeza, tomará el relevo en una carrera perdida. Todo lo que se haya dejado de hacer ahora nos pasará factura en el futuro. ¿Y en qué se traduce eso?: pues en que cuando llegue un gobernante que diga NO a los nacionalismos secesionistas, no a las pretensiones marroquíes, no al terrorismo islámico y la islamofilia sumisa (valga la redundancia) etc etc…empezará a sonar una cacofónica sinfonía de bombas y muchos creerán que con ZP se vivía mejor.
Quizá porque si no cree ni en la nación ni en proporcionar seguridad a los nuestros, ¿para qué hace falta estrategia ninguna?
¿Entonces porqué le tenemos que pagar impuestos al Estado como tal, o al menos, una cantidad de impuestos?. Ya directamente pagamos a la CCAA donde residamos por sanidad y otros servicios y a Hacienda que le den.