Maravillosa noticia con la que me levanto hoy. Leo primero la reseña en el blog de Elentir y me voy a ver los detalles a los periódicos. Curiosamente, a estas horas, no es noticia de portada en la edición digital de El País. Tampoco en el diario El Mundo. Sí lo recogen en primera página ABC y Libertad Digital.
Queda sentada jurisprudencia sobre lo que, para mí, era fundamental:
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) estimó ayer parte del recurso de cinco padres andaluces contra la asignatura Educación para la Ciudadanía, declarando nulos algunos de sus contenidos por rebasar la neutralidad ideológica
No me preocupa tanto el detalle. Quiero decir, para normalizar la percepción de los niños en los asuntos de las opciones sexuales no es necesario equiparar lo que no es equiparable (desde un punto de vista biológico nada más fácil que enseñar a un niño que somos hembras y machos, que existe el coito y que por medio de él se procrea para conservar la especie). La homosexualidad y los comportamientos homosexuales son absolutamente normales, pero minoritarios. Una cosa es defender la normalidad de algo, otra su cotidianeidad, incluso su generalización cuando, a luces vista, no es así. La doctrina EpC sobre homosexualidad falla por la insoportable terquedad con que sus progenitores hacen uso y abuso del igualitarismo indiscriminado. Ha sido el afán equiparador el verdadero verdugo de esta signatura. Es normal que haya parejas homosexuales, pero no es lo habitual. La mejor forma de normalizar un tema es no hacer de él una salmodia a repetir mañana y tarde.
Soy un decidido defensor de los derechos civiles de los homosexuales, pero también un decidido enemigo de un estado adoctrinador. Los «padres y madres» de EpC olvidaron lo mas importante: transmitir los valores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político recogidos en la Constitución no incluye redefinir libertad, justicia, igualdad y pluralismo sólo en función de sus ideas. Hay más ideas. Y las mias, desde luego, no son las suyas.
Buen análisis, Luis. De hecho, el problema de esa asignatura en relación con la homosexualidad va más allá, pues intenta imponer toda una visión antropológica de la homosexualidad basada exclusivamente en la ideología de género, según la cual la identidad sexual de una persona no tiene relación alguna con su sexo biológico, sino que es una mera construcción social. Se trata de una tesis de lo más discutible pero que la progresía ha impuesto a martillazos, incluso con la EpC. Por fin alguien les frena los pies.
Es que, Luis, hay un detalle que pareces no haber tenido en cuenta: Zapatero quiere «redefinirlo» absolutamente todo, es su «misión». Al fin y al cabo es un elegido de las masas progresistas, feministas, pacifistas, o al menos así se vende.
Sí, bueno, es que para mí todo lo que es natural es normal. Será cosa de la profesión. Felicidades otra vez, Happy!
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Más que homosexualidad «normal», «natural». Es un tecnicismo. «Normal» es un concepto estadistico… «Natural» es un concepto biológico. No soy partidario de la «normalidad», sino de la «naturalidad». Por suerte, la heterosexualidad también es natural, así que…