Indonesia y Turquía podemos decir que son los dos países musulmanes más moderados y con gobiernos democráticos. Pero el revival islamista que se vive en ambos, hace que cada vez se más difícil la separación entre Estado y religión (islámica por supuesto).
De Indonesia, nos llegan las siguientes noticias:
En Padang, capital de la provincia de Sumatra Oeste, la atmósfera es crecientemente la de un estado islámico. Las estudiantes que no llevan velo (hijad) son a menudo suspendidas de la escuela. El requisito de observar las costumbres islámicas, sancionadas por la controvertida ley regional de 2005, rige también para las chicas no islámicas, y ha generado una atmósfera de fuerte presión sobre las minorías religiosas. La proliferación de leyes locales inspiradas en la Sharia (perda shariat) es un fenómeno creciente en Indonesia, pero el gobierno central ha escogido no intervenir por ahora, a pesar de las protestas de las minorías religiosas y de las ONGs de Derechos Humanos.
Interesante que el requisito es de observar todas las costumbres islámicas, no sólo el velo, pero por alguna había que empezar.
Pero no es esa la única noticia que nos llega de Indonesia referente a las mujeres y la sexualidad. Los dueños de salones de masaje han empezado a poner candados en la ropa interior o en los pantalones de las masajistas para evitar que «lleguen a intimar» con los clientes:
Un número importante de los centros de masaje en Batu, Indonesia, están obligando a las masajistas femeninas a usar candaddos sobre sus cremalleras de los pantalones para prevenir el que los hombres bombardeen a las mujeres con propuestas sexuales, según informó Los Angeles Times el domingo.«Lo hemos pasado mal rechazado a esta clase de clientes porque lo intentan una y otra vez, persuadiendo a nuestras trabajadores con sus palabras peligrosamente dulces», dijo Franky Setiawan el propietario del Centro de Masajes Doghado…