Parece que, para nuestros medios, el único complot terrorista islámico/islamista en tierra inglesa ha sido el del 7/J pero no es así. Cuando la Home Secretary (semejante al Ministro de Interior) Jacqui Smith anunció hace unos días que el peligro terrorista en el país estaba creciendo y que había más de 30 complots terroristas activos, la prensa española lo publicó casi como algo insólito. Pero si tenemos en cuenta los datos tan particulares y tan significativos que resultan de las últimas condenas a los instigadores del terrorismo islámico en el país, podremos darnos cuenta de que no es nada insólito, es más, es algo lógico.
Voy a examinar en este y en otro post las características de los dos principales condenados: Abu Izzadeen y Simon Keeler, ambos conversos al Islam de familia cristiana, uno jamaicano y otro inglés.
Comenzando por Abu Izzadeen, señalar que nació en un barrio de Londres de familia jamaicana, cristiana y que se convirtió al Islam a los 17 años. Comenzó a frecuentar la mezquita de Regent’s Park, donde coincidió con pacíficos predicadores como Abu Hamza (hoy en prisión por incitar a matar a los infieles) y Omar Bakri (que entre otras cosas, ha defendido la fatwa del Ayatolá Jomeini para que asesinen a Salman Rushdie por su libro Versos Satánicos).
El resultado de dichas amistades se pudo comprobar públicamente cuando acosó al anterior Home Secretary, el también laborista John Reid, en 2006. Mientras Reid intentaba decir a las familias musulmanas reunidas en el centro comunitario que si veían que algún joven se estaba radicalizando hicieran el favor de comunicarlo a la policía, Abu Izadeen acusó al gobierno británico de terrorista y dijo que era «enemigo del Islam y de los musulmanes». Básicamente, el ataque lo que intentaba era decir que el gobierno británico no podía entrar allí donde hubiera una comunidad musulmana, porque eso ya no era Dar al-Harb (o sea, casa de infieles) si no Dar al-Islam (o casa del Islam). Esto es, estaba defendiendo la existencia de las famosas no-go zones.
Pero no quedó ahí la cosa. Poco tiempo después, se descubrieron varios DVD (uno de ellos de 5 horas de duración) en los que este pacífico vigoroso hombre islámico decía, entre otras estas perlas:
(Dijo que), en Iraq, los soldados americanos y británicos violarían y matarían a las mujeres y a los niños iraquíes, según se ha señalado ante el tribunal.
«Hombre, el 11/S cambió la vida a muchas personas. Especialmente la de las que estaban en las Torres» (risas).
La Jihad normalmente se entiende relacionada sólo con Bin Laden, pero no está restringida a Bin Laden. Es nuestra responsabilidad.
Asimismo, pidió financiación para la Jihad y también voluntarios que lucharan contra la Coalición (incluyendo las tropas inglesas) en un discurso en la mezquita mencionada, la de Regent’s Park.
La acusación pidió cadena perpetua pero sólo ha sido condenado durante cuatro años y medio, porque «abusó de la libertad de expresión«.
Para terminar con el retrato de este activista musulmán, como lo han calificado los medios ingleses, hay que señalar que tiene 32 años, está casado y tiene tres hijos, pero eso no le ha impedido apuntarse a una web de citas y casamientos musulmanes solicitando más mujeres, porque quiere tener, al menos, nueve hijos. En principio, ya el hecho de que alguien en un país en que la bigamia es delito, aunque para los musulmanes no lo parezca, se apunte a una web para contraer ulteriores matrimonios sin divorciarse de su mujer anterior, debería parecer bastante alarmante. Pero lo peor es que vive del seguro social, que en el momento de hacer esas acusaciones, ascendía a 700 libras mensuales, que cobraba porque, a pesar de ser electricista, no trabaja.
Y diréis: «con lo que se ha descubierto de este hombre se lo habrán quitado«. Pues no: ahora cobra 1000 libras mensuales, según información del Telegraph.
¿Y todavía nos extrañamos de que aumenten los complots terroristas? Lo raro es que ocurriese lo contrario…