No es que Narbona y Zapatero mientan. El problema son los cerdos, claramente posicionados en contra del Gobierno y del PSOE.
Luis I. Gómez
Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.
Empanadillas rellenas de queso alpino aparte, debe Vd. saber que me he pasado al bando rumiante, al menos durante un mes. Lo digo por el régimen de ingesta de hierbas varias a que voluntariamente me he sometido, debo decir que la histeria llega ya hasta el absurdo, en lo que se refiere al tema que nos ocupa. Esta mañana, poco antes de la una, he ido a comprar pescados varios, conque acompañar los yerbolazos, a un supermercado de aquí al lado de casa. Pues bien, en casi todas las columnas del supermercado, y hay unas cuantas, han pegado unos carteles que vienen a decir que nosotros somos los responsables del cambio climático. Por lo tanto, debemos consumir menos. O el dueño del supermercado se ha vuelto majareta, o piensa que la clientela no lee esas chorradas, o percibe una subvención por la posible pérdida de ventas. En cualquier caso, la próxima vez que vaya, el hambre que tenía esta mañana no invitaba a la discusión, lo tengo que preguntar.
No se preocupe, Don Carlos, ya le damos nosotros al ibérico 😀
Por cierto, no hubo torrijas, pero si alguna vez se da una vuelta por el Tirol austríaco (Zillertal) no deje de probar las famosas «zillertaler Krapfen», una especie de empanadillas rellenas de queso alpino. Impresionante!
Pues que quiere que le diga Don Luis. Si ya se trata de una guerra entre los cerdos ibéricos y la Narbona a las órdenes de Z, no hace falta que le diga de parte de quien estoy. Lo que ya es mala pata es que me ha pillao a régimen esta guerra, que si no, en acto de desagravio a manjar tan exquisito me hubiera dado un atracón. Pero.. las torrijas y el potaje no han dejado sitio para nada más. Ni siquiera para unas tapas, que estamos de feria en Ciudad-Real.
Empanadillas rellenas de queso alpino aparte, debe Vd. saber que me he pasado al bando rumiante, al menos durante un mes. Lo digo por el régimen de ingesta de hierbas varias a que voluntariamente me he sometido, debo decir que la histeria llega ya hasta el absurdo, en lo que se refiere al tema que nos ocupa. Esta mañana, poco antes de la una, he ido a comprar pescados varios, conque acompañar los yerbolazos, a un supermercado de aquí al lado de casa. Pues bien, en casi todas las columnas del supermercado, y hay unas cuantas, han pegado unos carteles que vienen a decir que nosotros somos los responsables del cambio climático. Por lo tanto, debemos consumir menos. O el dueño del supermercado se ha vuelto majareta, o piensa que la clientela no lee esas chorradas, o percibe una subvención por la posible pérdida de ventas. En cualquier caso, la próxima vez que vaya, el hambre que tenía esta mañana no invitaba a la discusión, lo tengo que preguntar.
No se preocupe, Don Carlos, ya le damos nosotros al ibérico 😀
Por cierto, no hubo torrijas, pero si alguna vez se da una vuelta por el Tirol austríaco (Zillertal) no deje de probar las famosas «zillertaler Krapfen», una especie de empanadillas rellenas de queso alpino. Impresionante!
Pues que quiere que le diga Don Luis. Si ya se trata de una guerra entre los cerdos ibéricos y la Narbona a las órdenes de Z, no hace falta que le diga de parte de quien estoy. Lo que ya es mala pata es que me ha pillao a régimen esta guerra, que si no, en acto de desagravio a manjar tan exquisito me hubiera dado un atracón. Pero.. las torrijas y el potaje no han dejado sitio para nada más. Ni siquiera para unas tapas, que estamos de feria en Ciudad-Real.