En una entrevista con Libertad Digital, Zaragoza advierte de que el comercio de CO2, tal y como se concibe en la actualidad, supondrá “una nueva tasa”. Es decir, “un impuesto” sobre la producción comunitaria, que “determinados sectores no podrán soportar”. En concreto, para la industria intensiva en el consumo de energía, tal y como sucede en el caso del cemento, “la subasta de CO2 implicará aumentos en los costes de producción de entre el 30 y el 40 por ciento”.Es decir, que “fabricar en la UE será hasta un 40 por ciento más caro que hacerlo en la frontera del norte de África, por ejemplo”, afirma Zaragoza. Con técnicas de fabricación que “también son globales, será imposible incrementar la eficiencia de la industria un 40 por ciento para competir”. De este modo, “nuestra industria estaría obligada a desaparecer como entidad europea y, por tanto, tendría que deslocalizarse” para sobrevivir, indica.
Pero no contentos con hacernos pobres a los occidentales, y seguramente conscientes de que el verdadero mal del planeta es la especie humana, también intentarán eliminar algunos miles de parásitos de Gaia, que somos demasiados:
The World Food Program is preparing to ration food aid for the world’s hungriest poor. Why? Primarily because we’re burning food in our automobiles. The rich-country mandates for biofuels have doubled and tripled world food prices in less than three years.
The World Food Program’s costs are rising by millions of dollars per week and the donations aren’t, warns WFP executive director Josette Sheeran. The WFP is trying to feed more than 70 million people in 78 countries with voluntary contributions—but now can’t afford to keep its agreed-upon commitments.
World corn prices are above $5 a bushel, up from $1.86 three years ago. Prices for wheat, soybeans, rice and even cotton are rising as they’re crowded out of field space by biofuel crops. Pakistan says it will reimpose food rationing for the first time since the 1980s. China’s food inflation rate is 18.2 percent, and the Chinese have blocked further expansion of their fledgling biofuel program.
Viva el biocombustible ecológico!
El coste ecónómico y social que va a tener el tema del mercado persa del CO2 se le está ocultando a sabiendas a la población. Se vende desde los medios de comunicación que el coste del cambio climático es muy poco y por eso el autentico boicot a investigaciones a los que son un poco excepticos con todo este tema. Para el Poder político no es nada más que otra manera de controlar la población. En cuanto a la segunda parte, ¿desde cuando a un ecologista le ha importado la vida humana?. La prueba la tienes en en algo mucho más carreteras como la M-501 en Madrid o la carretera de A-483 en Huelva, carreteras de elevada siniestralidad, pero por sus especial sitación son el martillo de los ecologistas.
No es nada nuevo, ya estos «salvadores» privaron a la mayoría del mundo del DDT, la única arma que tenemos eficaz contra la malaria. El resultado ha sido una pandemia que mata más gente que el sida, pero claro, son pobres y no duele. Todo para que el DDT no causara cáncer en nuestros jardines (lo cual se ha demostrado falso).
En fin, tendremos que irnos todos a Africa y dejar nuestras casas para venir de vacaciones de vez en cuando. Va a ser cachondo ver cambiar el flujo migratorio de dirección…