La prueba del algodón

Las democracias occidentales, organizadas en Estados, defienden y protejen los derechos fundamentales de sus administrados?

No.

La noticia aún sigue pasando desapercibida por los medios nacionales. El dibujante danés Kurt Westergaard, autor de una de las famosas caricaturas de Mahoma, ha sido invitado a abandonar el hotel en el que se hospedaba. Su presencia supone un riesgo para la seguridad de los otros clientes del Hotel.

Es la prueba del algodón. Ahora ya sabemos en qué medida importa la libertad de expresión y su defensa activa en occidente. Nadie acude en ayuda de gentes como Westergaard por que nadie tiene interés en ello. Conclusión: quien sea capaz de ser lo bastante brutal y carente de escrúpulos podrá conseguir lo que pretenda en Europa. Para conseguir la movilización de los «demócratas» se necesita apelar a los «intereses comunes», los «valores comunes» ya no bastan.

Y me dá exactamente igual que el amenazado diga o escriba algo equivocado, inmoral o en cualquier forma criticable. Nadie merecerá la muerte por ello, es imposible la existencia de una sociedad libre en la que la amenaza a la libertad de expresión se convierte en cotidiana, se acepta y, de alguna forma, se fomenta por la inactividad del Estado y el desinterés de la opinión pública. La seguridad del ciudadano es la primera obligación del Estado, no recaudar impuestos que luego apenas si revierten en él.

A la luz de la noticia, y viendo la reacción del Estado danés y la dirección del hotel, no son los fanáticos religiosos o los terroristas quienes amenazan nuestra seguridad, sino personas que (independientemente de si estamos o no de acuerdo con ellos) se limitan a poner en voz, letra o dibujo sus ideas.

Y ahora, donde dice Westergaard, pongan ustedes Díez (por ejemplo) y donde dice fanáticos religiosos y terroristas, pongan ustedes ultraizquierdistas y nacionalistas radicales (sí, yo les llamo por su nombre. No son fascistas, son la extrema izquierda, hijos de Marx, adoradores de Ché)

Esto va cada día mejor.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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5 comentarios

  1. Luis, Inés Maldonado, Minneconjou, ha llegado el doloroso momento de dejarlo para mañana. Buenas noches.

    Pablo, saludos y buen descanso.

  2. Luis que me había quedado solo, como el Cid Campedor despues de la Jura de Santa Gadea en tu hilo anterio sobre Kurt. Bueno… vamos a dejarlo en más solo que Kurt Westergaard.

    Iba por el comentario 17, yo solito, cuando me dije «no me lo puedo creer» y entoces salí del hilo y me he metido en este. Ya decía yo.

    Estamos ante un viejo truco de los poderes político-economicos que es revertir la carga de la prueba. Te culpabilizan de las acciones que los fanáticos o simples delincuentes puedan tomar porque tu has opinado o protestado. Aunque el gobierno dice que los responsables de los crimenes son los teroristas y nadie más que ellos si la responsabilidad que se esta juzgando es la de un ciudadano de a pie, y no la del gobierno, se revierte la carga de la prueba y te dicen «demuéstreme que no es por su culpa por lo que estos terrorista han puesto la bomba. Y añaden, compóngaselas usted como pueda o pídanos permiso por escrito para mover un dedo.

  3. Creo que fue la madre del socialista Pagazaurtundua (creo que se ecribe asi) la que escribio a Patxi Lopez: «llamar a las cosas con palabras que no son».
    Hablo de memoria, pero creo que era así.

    Esas «palabras que no son» son en realidad grietas que nos alejan de la orilla de la libertad y la justicia. Sea llamar fascistas a unos nacionalistas y/o izquierdistas, como si ser violento les fuera extraño, regalandoles una autoridad que jamás tendrían si llamaramos a las cosas por su nombre; sea hablando de seguridad cuando queremos decir rendición.

    Y eso que dices pasa en Dinamarca, que esta siendo un ejemplo. Imaginemos eso en esta nuestra comunidad… Alucinaríamos.

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