Los hay que dicen más que mil palabras
Silencios
Luis I. Gómez
Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.
Cada vez que el trabajo se convierte en agobio, o que la falta de ideas me invita a dejar el blog, me acuerdo de los silencios, de esos silencios, y me digo: si nos callamos nosotros también, quién queda?
Luego llega lo de que «desde un blog es imposible mover nada»… de igual modo que una lamparita no alumbra nada ella sola, pero sí si son muchas, juntas.
Es ese silencio mediático y social ante los abusos nazionalistas el que consigue que las dictaduras se afiancen. Y Cataluña es una buena muestra de ello.
Silencio, Schweigen, se llama el nazificado pueblecito austriaco de La piel del lobo.