Pretenden intimidar, incluso aterrorizar, a todos los que no se pliegan a la memoria histérica de unos cuantos que han decidido volver a reabrir viejas heridas del pasado porque son incapaces de ofrecer nada, salvo más de recetas ya fracasadas, para el futuro…
… Por otro lado, no sorprende, en absoluto, el silencio que ante semejante atropello totalitario guardan la inmensa mayoría de medios de comunicación, siempre serviles con el poder. Son los mismos que llevan a las televisiones a mujeres que luego son asesinadas por sus parejas. Los mismos que van por ahí impartiendo lecciones de ética.
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