Lectura para el fin de semana: sobre la ciencia

When I was a student, the laws of physics were regarded as completely off limits. The job of the scientist, we were told, is to discover the laws and apply them, not inquire into their provenance. The laws were treated as “given” — imprinted on the universe like a maker’s mark at the moment of cosmic birth — and fixed forevermore. Therefore, to be a scientist, you had to have faith that the universe is governed by dependable, immutable, absolute, universal, mathematical laws of an unspecified origin. You’ve got to believe that these laws won’t fail, that we won’t wake up tomorrow to find heat flowing from cold to hot, or the speed of light changing by the hour.Over the years I have often asked my physicist colleagues why the laws of physics are what they are. The answers vary from “that’s not a scientific question” to “nobody knows.” The favorite reply is, “There is no reason they are what they are — they just are.” The idea that the laws exist reasonlessly is deeply anti-rational. After all, the very essence of a scientific explanation of some phenomenon is that the world is ordered logically and that there are reasons things are as they are. If one traces these reasons all the way down to the bedrock of reality — the laws of physics — only to find that reason then deserts us, it makes a mockery of science.Can the mighty edifice of physical order we perceive in the world about us ultimately be rooted in reasonless absurdity? If so, then nature is a fiendishly clever bit of trickery: meaninglessness and absurdity somehow masquerading as ingenious order and rationality.

Siga leyendo el artículo de Paul Davies en The New York Times.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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10 comentarios

  1. Tu mente -La Razón, La Lógica- dice que 2+2=4. Y parece que en la realidad también sucede que 2+2=4. ¿Por qué esa coincidencia? ¿Por qué la realidad es -o parece ser- tal y como dicen tu mente, la lógica y la razón? Es decir, ¿por qué en la realidad 2+2 no suman 5? ¿Por pura casualidad? ¿Nada ni nadie diseñó eso? ¿O porque algo o alguien diseñó así las cosas? Y en tal caso ¿qué o quién?

    A ver, explícame algo… que no entiendo tu teoría de la verdad (¿es la teoría correspondista -la de Aristóteles, Tarski y el sentido común- o es la teoría coherentista?). Dime:

    «el sol saldrá mañana» es verdadera si y sólo si ¿qué?

    ¿Si y sólo si el sol sale mañana?

    ¿O si y sólo si esa proposición es compatible con un conjunto de proposiciones (que a ti te parecen) axiomáticas?

    De igual manera, «La virgen resucitó» es falsa…

    ¿porque la virgen no resucitó? ¿o porque es incompatible con tus axiomas?

  2. Y en su lugar ¿qué ponemos? ¿O a quién ponemos? ¿Cómo sabes, o por qué supones, que algo o alguien diseñó todo?

    Eso es lo que excluyo. Ninguna voluntad ha creado la realidad arbitrariamente. La realidad es independiente de toda voluntad. Pero es cognoscible en su totalidad por el hombre. De ahí que mi respuesta sea: (1), pero sin creador.

    Tal vez no haya percepción o sensación pura; no logramos identificar plenamente algo si no le ponemos nombre y lo ligamos a algún concepto.

    Viene a ser eso. El conocimiento es conceptual -no hay conocimiento intuitivo- pero necesita la percepción. No hay conceptos si la mente no aprehende percepciones. Ahora bien, un concepto no es una creación arbitraria. La integración conceptual consiste en la captación de una esencia.

    Obviamente, que no conozcamos algo NO implica que eso no existe.

    Evidentemente. Pero dado que el hombre solamente puede fiarse de su propia mente, debe negarlo.

    Tú me puedes decir que has visto a la Virgen María, pero yo solamente puedo ver con mis ojos y conocer con mi mente. ¿Podría decirte yo: «es posible que la hayas visto, pero no es seguro»? ¿Podría darte la razón y a la vez no darte la razón? Podría, podría huir de la realidad. No hay término medio entre la certeza y la falsedad. Una proposición es cierta o es falsa. Es falsa si hay contradicción conceptual.

    Yo conozco la realidad y, relacionando conceptos de forma contradictoria, llego a una conclusión: es imposible que las personas resuciten y se teletransporten.

    Si veo a la Virgen y mi mente la identifica, entonces esas afirmaciones son falsas dado que se contradicen con «una persona ha resucitado y se ha teletransportado».

    Pero si me dices que tú has visto a la Virgen, contrariamente a las proposiciones que sostengo, la única postura racional es la negación. No tengo ninguna pauta para comprobar la certeza de lo que me dices. La fe es inmoral. Aunque sea fe en el mejor amigo.

    ¿Certezas? Pides demasiado.

    El hombre es falible. Puede considerar cierto lo que no se corresponde con los hechos. Pero debe hacerlo mientras no conozca esos hechos si con su conocimiento presente no halla contradicción alguna. Lo necesita.

    ¿Certezas? Pides demasiado.

    Yo necesito saber que mañana sale el Sol. ¿Que la certeza de que sale el Sol mañana no es más que una inducción de sucesos particulares? Es lo mismo: mientras no tenga conocimiento de que un día no salió el Sol, yo tengo por cierto que el hecho de que el Sol salga todos los días es un dato perteneciente a su esencia.

  3. Wg, mi respuesta es (1), pero sin Brahma.

    Y en su lugar ¿qué ponemos? ¿O a quién ponemos? ¿Cómo sabes, o por qué supones, que algo o alguien diseñó todo?
    ———–

    No soy religioso porque no afirmo nada que no pueda conocerse conceptualmente, nada cuya esencia no sea aprehensible por la mente humana.

    ¿Pero no hay también algo de conocimiento perceptual o directo (knowledge by acquaintance –B Russell)? Cuando ves amarillo ¿no identificas el amarillo? Si te duele algo ¿no conoces tu propio dolor? Tal vez no haya percepción o sensación pura; no logramos identificar plenamente algo si no le ponemos nombre y lo ligamos a algún concepto. Pero de que la mente tiene algún departamento especial para los sense data, hay pocas dudas.

    ——–

    Mientras desconozco A, niego A. Esto no es emocional.
    Si A es no cognoscible, la postura racional es negar A. Esto no es emocional.

    Es muy fuerte lo que dices. Obviamente, que no conozcamos algo NO implica que eso no existe. Supongo, entonces, que te refieres sólo a cosas absolutamente incognoscibles (como serían, por ejemplo, las cosas-en-sí de Kant, o el dios metaempírico del teísmo ortodoxo).

    Pero no, no creo que negar la existencia de lo absolutamente incognoscible sea «más racional» que afirmarla. Yo diría, sencillamente, que es más práctico no ocuparse de cosas que jamás conoceremos. Pero no pienso que esa actitud sea necesariamente la más racional. Para un teólogo, un místico o un sacerdote, por ejemplo, lo más racional es afirmar la existencia de lo incognoscible.

    ——-

    Para su vida, el hombre necesita certezas.

    Y sin embargo… durante miles de años hemos vivido sin certezas. Hoy mismo no conocemos «la esencia de los perros», ni tenemos la certeza de que los perros sean realmente perros y no una variedad de lobos. Nada de eso nos impide coexistir con ellos. —¿Certezas? Pides demasiado. La vida se vive con fe, con apuestas, arriesgando, aventurándose en lo desconocido. No con certezas y esencias.

    ——–

    Afirmar que existe algo que no puedo conocer es una contradicción. Sólo afirmo que existe algo si lo conozco.

    Las cosas-en-sí son absolutamente incognoscibles. No obstante, podemos, sin contradicción, concebir su existencia. Y alguno puede incluso ir más allá y afirmar su existencia. Los metafísicos lo hacen a diario.

    Pues lo mismo con Dios o con Brahma…

  4. Wg, mi respuesta es (1), pero sin Brahma.

    No soy religioso porque no afirmo nada que no pueda conocerse conceptualmente, nada cuya esencia no sea aprehensible por la mente humana.

    Yo sé que A existe si tengo conocimiento de A -el conocimiento de B no me da conocimiento alguno de A a menos que B->A.

    Si desconozco A, no sé si existe ni sé si no existe. Mientras desconozco A, niego A. Esto no es emocional.

    Si A es no cognoscible, la postura racional es negar A. Esto no es emocional.

    ¿Por qué no?

    La única herramienta por la que el hombre puede establecer una certeza es su propia mente.

    Para su vida, el hombre necesita certezas. Decir que debe conocer es decir que debe dar por cierto aquello de lo cual no ha encontrado contradicción.

    Por lo tanto, da por cierta la existencia de lo que conoce al margen de su conciencia, mientras no encuentre evidencia de lo contrario.

    Pero sólo tiene su mente. Sus intuiciones no le proporcionan conocimiento. La fe no le proporciona certezas. La razón es su herramienta cognitiva. No puede afirmar la certeza de nada que no haya conocido -conceptualmente. No puede considerar la certeza de nada que no sea aprendido por su propia mente. De nada ajeno a su mente. No puede afirmar nada inalcanzable por su mente. Tal es contrario al deber moral del conocer. Tal es inmoral.

    Afirmar que existe algo que no puedo conocer es una contradicción. Sólo afirmo que existe algo si lo conozco. No conozco lo que no puedo conocer.

  5. wg, me gusta tu apreciación de lo a-rracional. Efectivamente, yo también pienso que existe (al menos) una tercera vía entre lo racional y lo irracional. Optar por un modelo de explicación del universo que prevea parámetros desconocidos, por ejemplo, no tiene por qué ser irracional.
    Y puesto que basamos nuestro concepto de «realidad racional» sólo en lo experimentado como tal, sí sería absolutamente irracional ignorar aquello que no conocemos, o suponer que no existe.
    Otra cosa son las consecuencias que se derivan del acto emocional de fe… es otro tema. Si nos quedamos en el ámbito de la ciencia, ser consciente de que el conocimiento no es perfecto se convierte para mí en argumento fundamental para negar cualquier absolutismo.

  6. Lo que quiero decir es que la elección entre 1) y 2) [o cualquier otra posibilidad] es un acto 100% emocional. Aquí estamos más allá de lo racional. Es el salto de la fe, el salto en la oscuridad. Ojo: no es un salto irracional; es un salto a-rracional.

    Recordar el argumento de William James (ver su The will to believe): el que elige no saltar [o sea, el agnóstico o el ateo, el que no salta porque «faltan evidencias suficientes» que justifiquen la fe religiosa], ese hombre es tan emocional como el hombre de fe. La diferencia está en que el hombre de fe decide arriesgar, mientras que el otro prefiere la seguridad al riesgo. Ambas decisiones son emocionales, a-rracionales. (Aquí no parece tener sentido hablar de «probabilidades». No es «más probable» el ateísmo que la fe. Ni viceversa).

    Lo de James, y la crítica al argumento de James, puedes leerla aquí

    Ojalá Eigen intervenga. Me parece una persona religiosa, pero a la vez muy racionalista. Yo no le creo mucho a La Razón. Mi hinduísmo es fideísta y pragmático.

    OOOOMMMMMMMMMMMMMMM

  7. Creo que hay dos posibilidades:

    1) Brahma diseñó todo. Y diseñó las cosas de tal modo que la estructura del Todo coincide con la estructura de las pequeñas mentes que pululan en su interior, y así la lógica (la razón) coincide con la realidad.

    2) Todos los universos posibles existen por azar, a lo loco, sin sentido; pero, entre ellos, alguno está ordenado de tal manera que las mentes pueden entenderlo. Y -qué casualidad- nos tocó vivir precisamente en ése que está ordenado.

    Yo me inclino por 1). No porque yo sea muy racional, sino -al contrario- porque soy muy emocional.

    OOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMM

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