Si ya me llena de alegría y orgullo saber que me leen, no se pueden imaginar lo feliz que me hace que además me visiten. Hace apenas unos días tuve el placer de ejercer de anfitrión con Clausius, con quien compartimos un bonito día en Leipzig. En su blog nos cuenta las cosas que le ocurren en su día a día. No todas, claro está, pero sí con mucho cariño y amor por la lengua que usa. Y eso que es de ciencias!
Unas semanas antes se había dado una vuelta por aquí Mario, otro científico español por estas tierras germanas. Me trajo un ejemplar del libro de EpC sobre el que estoy haciendo una especie de fisking. Pasamos también unas horas juntos, esta vez sin visitar la ciudad. Espero que recuerde que prometió volver otra vez con más tiempo.
Gracias a los dos.