Con esas sensatas palabras cerraba un grupo anónimo de insurjentes venezolanos la misiva en la que reivindicaban la destrucción de un monumento al Che Guevara erigido hace apenas dos semanas en el "Pico del Águila", cerca de Mérida. Por supuesto, la SS de Chavez ya está buscando a los autores del "atentado".
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