Cuando la cobardía se esconde tras la eufemismística manipulación de las loas a la paaaaz sólo cabe esperar más guerra. Nunca ha sido posible combatir al intolerante con tolerancia, al asesino con buenas palabras, al dictador con voluntad democrática, al tirano con caridad. Lo que la historia nos enseña es bien distinto.
El PSOE (Zapatero) ha caído dos veces en ese error y las consecuencias las estamos pagando todos. La retirada de tropas de Irak, capitulación ante el terrorismo islámico y el buenismo progre, acto incomprensible de cobardía social, no ha servido para nada. AL Quaeda sigue considerando España un enemigo y no duda en matar en cuanto tiene ocasión. Lo seguirán haciendo mientras nuestro gobierno muestre la debilidad que le es innata. Lo seguirán haciendo frente a un gobierno fuerte. Lo seguirán haciendo pues no saben hacer otra cosa.
La segunda capitulación (anterior en el tiempo, parece) fué ante ETA. Las frases del párrafo anterior son exactamente aplicables en este caso. Hoy cientos de representantes políticos en nuestro país ven recortada su libertad todos los días por partida doble: ETA les amenaza y el Estado les protege. La vida en juego, la intimidad hipotecada.
Pero no es sólo la cobardía la causante de estos males. La tibieza moral, que la justifica y la esconde tras grandilocuentes y demagógicos discursos, envuelta en el vacío de las palabras huecas de Zapatero, es denominador común de una sociedad que ha perdido claramente la conciencia de sí misma como algo valorable y defendible. Nunca la grieta entre sociedad y Estado ha sido tan manifiesta: la primera, la de los individuos, muerta a manos del adoctrinamiento en la capitulación a los intereses del segundo.
No les extrañe que sienta envidia.
President Lincoln chose to fight a bloody and unpopular war because he believed the enemy had to be defeated. He was right. And to me, that sounds more than a bit like the situation our country faces today. What path will we choose?