In 1962 Rachel Carson published Silent Spring, documenting this abuse and painting so damning a picture that the chemical was eventually outlawed by most of the world for agricultural use. Exceptions were made for malaria control, but DDT became nearly impossible to procure. "The ban on DDT," says Gwadz of the National Institutes of Health, "may have killed 20 million children."
No, no saco la frase de contexto. Pero lo mejor es, sin duda, leer en este apacible domingo de Junio el artículo entero. Yo les doy mi conclusión: gacias a los esfuerzos de la señora Carson hemos salvado la vida de algunos miles de salmones, halcones y leones de mar matando a 20 millones de niños. Ecologismo en acción, que lo llamo yo.
Nada, Manuel. Además esos niños iban a ser en su mayoría pobres y hambrientos que nos iban a costar mucho dinero. Mucho mejor conservar los salmones. Donde estén las fotos de los salmones saltando presas que se quiten las de niños africanos con moscas en los ojos.
Hunamos… puaj, que asco!
¿Acaso valen más 20 millones de contaminantes en potencia que unos preciosos animales, baluartes de la biodiversidad?