Para recuperar el pulso democrático lo primero que hay que hacer es votar. No vale quedarse en casa o irse al monte. Luego nos quejamos de esto y de lo otro.
6 comentarios
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Para recuperar el pulso democrático lo primero que hay que hacer es votar. No vale quedarse en casa o irse al monte. Luego nos quejamos de esto y de lo otro.
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Quiero decir que de haber un cambio de sistema no sería ir precisamente a más liberalismo, sino a más socialismo.
Un saludo y cuídense de mister Danger 🙂
Ya lo sé, Luis.
No me lo tomaba como algo personal, era un recurso dialéctico para fundamentar mi argumento.
Un saludo.
Miguel… más cerca de Venezuela que de Suiza? eso me lo tienes que explicar 😀
Siempre se puede votar en blanco! Pero ir a votar. Decir: estoy aquí y me importa. Estoy aquí y no me siento representado por ninguno de vosotros. Estoy a quí y debeis cambiar para ganar mi voto.
No es un reproche que debas tomar de forma personal, Libertas. La tuya es también una opción, pero no se si es la mejor…
Libertas las democracias están más cerca de Venezuela que de Suiza, así que recemos para que esto no se nos hunda.
Saludos Luis.
No vale anular la crítica de los que no votamos haciendo mención a ese hecho concreto.
¿Qué hago, votar tapándome la nariz y legitimar su circo?
¿Mi opinión vale menos que la de alguien que vota?
A mi me encanta que haya elevadas abstenciones, aunque los políticos la ignoren son un goteo constante que va socavando la legitimidad de «su» democracia.