Un estudio (de momento sólo en alemán) sobre la energía atómica encargado por el Gobierno Alemán podría desencadenar de nuevo la polémica en las filas de la «Gran Coalición». Y abrir lo ojos a no pocos ofuscados enemigos del uso de la energía atómica.
En un estudio conjunto, el «Instituto de Economía y Energía» de la Universidad de Colonia y la empresa de asesoramiento Prognos llegan a la conclusión de que prolongar los plazos de funcionamiento de las centrales termonucleares alemanas 20 años más de lo previsto es un medio claramente más eficaz en la lucha contra el cambio climático que el desarrollo extenso de energías renovables. Además el precio medio de la energía eléctrica se encontraría claramente por debajo del que se alcanzará si se retiran las centrales de la red como está previsto.
El abandono de la energía atómica fué una decisión tomada por el anterior gobierno SPD-Verdes. Si bien CDU y SPD firmaron en su contrato de «Gran Coalición» mantener la decisión, ésta se ve cada día más cuestionada, sobre todo por parte de la CDU.
La Canciller Angela Merkel (CDU) ha convocado para el 3 de julio, una reunión de alto nivel con altos ejecutivos de la industria energética, sus principales clientes, investigadores, empresarios del sector de tecnología medioambiental y representantes de las organizaciones de consumidores. El objetivo de esta cumbre consiste en intentar aunar los diferentes intereses de los participantes bajo un denominador común. Los resultados de la conferencia servirán como base sobre la cual la gran coalición decidirá un concepto energético de aquí al 2020.
En preparación de la cumbre los investigadores de Colonia y los expertos de Prognos han desarrollado tres escenarios posibles para el período del 2007 al 2020. En el primer supuesto se respetan los acuerdos del contrato de coalición (es decir, se cierran todas las centrales atómicas), en el segundo se supone una mayor relevancia de las energías renovables en el conjunto de la producción(17 % en 2020) y en el tercer caso se supone el mantenimiento de las centrales atómicas conectadas a la red en torno a 20 años más.
Los resultados son espectaculares, por inesperados. En primer lugar: en los tres supuestos se logra el objetivo de protección de clima del Gobierno federal – reducción de las emisiones de dióxido de carbono de aquí al 2020 en torno al 40 % -. Sin embargo, en el supuesto de mantenimiento de las centrales atómicas, la cifra alcanza el 45%, lo que significa una reducción real en la emisión de CO2 cifrada en 60 millones de toneladas. Es la cantidad de CO2 emitida por países como Dinamarca o Países Bajos al año. ERGO: con la vista sobre la protección de clima, la energía atómica es la forma más eficaz de energía.
En segundo lugar: el desarrollo reforzado de las energías renovables supondría, comparado con el modelo atómico, una carga suplementaria de 4,5 mil millones de EUROS en los presupuestos. Debido a las medidas de modernización necesarias también los gastos absolutos del segundo escenario serían más elevados, si bien los 139 millones de EUROS calculados para esa opción serían perfectamente asumibles. Además, si a la opción atómica le añadimos el inmenso ahorro en gastos por cuotas de emisión, concluimos que no sólo es la más eficaz, se convierte también en la más barata.
Y en tercer lugar: en los tres supuestos, se proyecta el precio de la energía para el año 2020. En el caso del escenario «eliminación de las centrales nucleares según el plan» el coste final para el consumidor sería de 19,5 céntimos de € por kilovatiohora; con el supuesto de energías renovables se alcanzaría un precio de 20,5 céntimos; con el mantenimiento de las centrales atómicas el precio sería de 18,4 céntimos. ERGO: La energía atómica es la más favorable para los consumidores.
El estudio se presentó ayer. Espero disponer pronto de una traducción al inglés.
Esta claro que «tiempo al tiempo». Eso es lo que tienen proyectos de investigacion como este y como muchos otros. Seria un poco burro por mi parte no creer en las capacidades de los investigadores, cuando yo soy uno X-D Asi que me sumo a tu optimismo. Peeeeeeeeero, eso no nos evita el problema. Si queremos aplicar la energia nuclear, hoy por hoy, se requiere enfrentarse a la desagradable tarea de los residuos radioactivos con miles de anyos de emisiones peligrosas para la salud.
Y ya que damos tiempo al tiempo, vamos a darle tambien tiempo a los que se dedican a algo aun mas de p#$% madre: la fusion nuclear (en vez de fision), o como imitar al Sol para generar energia. Que en ello andan algunos espanyolitos de bien.
Tiempo al tiempo, Jordi. Tiempo al tiemo 🙂 Yo soy un optimista nato y en el fondo, confío plenamente en las capacidades de mis congéneres (no como otros, Ministros por ejemplo, que creen es su deber decirnos lo que debemos hacr y lo que no)
Mucho me temo, Luis, que esa tecnología no está disponible. Lo que citas en un megaproyecto europeo cuyo objetivo final puede ser el de tratar residuos radioactivos:
Está en fase de estudio. Es un proyecto que empezó en el 2000 y que aún está siendo desarrollado. En ningún momento se dice que los resultados hayan sido exitosos para el objetivo final. De hecho, ahora están en una fase de reposo de la fase activa con la que están estudiando la evolución después de haberlo irradiado. Es decir, de la fase que dará lugar a los neutrones que luego se usarán para tratar los residuos. Así pues, ni siquiera han hecho pruebas con elementos radioactivos.
No dan detalles del desarrollo del proyecto, pero, por mi experiencia en el campo, estos proyectos mastodónticos llevan años. Y esto es una fase experimental. Hasta que se pueda aplicar, aún deberán pasar aún más años.
Además, ¿te has fijado que no hablan del coste de una fuente así? Eso sí, se necesitan 50 millones de euros para hacer el estudio. Supongo que barato no sería, pero, obviamente, no lo sé. Así que está por ver si el hecho de usar este método (si funciona) haría viable económicamente la aplicación de la energía nuclear.
Jordi, la tecnología para «quemar» esos residuos ya está disponible:
Neutrones contra residuos radioactivos
Luis, ¿dice algo ese estudio de la gestión de residuos nucleares? ¿Dónde se acumularían?