Sin embargo, estamos asistiendo impávidos y flemáticos a lo que podríamos llamar «la supremacía moral de la izquierda» española. El asunto consiste en que, cuando una persona se declara políticamente de izquierdas, no se ve obligada a justificar sus actos, creencias o valores, porque el hecho simple y llano de «ser de izquierdas» la absuelve de todo escrutinio moral, de toda sospecha. Como si la izquierda hubiera nacido y crecido libre de un «pecado original» histórico que, por supuesto, sí le atribuye a la derecha. Normalmente, a la actual derecha española se la tacha de franquista y fascista -acepciones ideológicamente incompatibles, dado que Franco no cumplió los requisitos del fascismo, y menos mal-, con lo que la mácula de un pasado que en realidad no le corresponde empaña todas y cada una de sus circunstancias. La opción liberal (anti fascista como ninguna otra) no termina de caber en la cabeza de la izquierda española más obstinada: para cierta izquierda, una persona «liberal» es más bien aquella que pone anuncios en la sección de contactos de una revista sicalíptica, del tipo: «casado, maduro y liberal, busca hombres y mujeres morbosos para encuentros discretos». La izquierda ha otorgado a la derecha española la indeseable herencia del franquismo -compuesta de excesos, dictadura e ignominias sin número-, y se ha quedado tan pancha.
Del artículo de Ángela Vallvey hoy en La Razón (Sólo suscriptores. Me lo pasa Ángel, gracias)
Mi opinión es que el supuesto pecado original de la derecha que le atribuye la izquierda es debido a cuestiones puramente históricas de este pais, en concreto a la oposición al franquismo, copada fundamentalmente por la izquierda política.
Si hubiera habido una verdadera oposición de derechas, liberal, conservadora, democristiana, etc. quizá no se tendrían para sí esa superioridad moral.
Pudiera pasar que cuando Fidel la casque lo mismo pueda pasar en Cuba pero al revés, el pecado original será de la izquierda, ya que la oposición es fundamentalmente de derechas, y seguro que muchos «políticos» de izquierdas se reciclaran en la nueva democracia, o serán hijos de, o similar. Como en España vamos.
En España tenemos otro ejemplo algo diferente,la Dictadura de Primo de Rivera, quizá atacada por todos. Aunq quizá por su legitimidad real, por el apoyo de la izquierda a Primo de Rivera y por ser una dictadura claro.
Es mi humilde opinión, no sé si a alguien se le habrá ocurrido alguna vez…
pd. lo de Cuba es una analogía ejemplificante, las condiciones de Cuba y España son tan diferentes que bueno, por poner un ejemplo…, luego en la realidad a saber.
Cierto. El PP no es liberal. Y el liberalismo no es de derechas. Ni de izquierdas. Ocurre que a falta de políticos realmente liberales en España, la única referencia que hay es la de «algunos» miembros del PP y algún que otro catalán. El resto, nada de nada. Para cuando un partido liberal en España?
He de decir que me gustan mucho tus «posts», entre otras cosas, porque contribuyes a criticar los extremismos ideológicos, creo, de ambos lados. Es cierto que existe una corriente muy fuerte, por no decir dominante, entre las izquierdas españolas, que rehúyen de todo aquello que suene a «liberalismo. Pero he de decir que no todos aquellos que nos consideramos de «izquierdas» creemos ni en los sistemas del «bienestar» socialdemócratas ni en los sistemas neoliberales que parecen estar ahora tan de moda. Hay corrientes, como la de los demócratas radicales, que consideran que el liberalismo, como sistema económico, no es incompatible ni con la democracia ni con el funcionamiento adecuado del sistema político. De hecho, muchos demócratas radicales consideran que la única vía para alcanzar un estadio de democracia participativa efectiva, sólo puede realizarse a través de mecanismos liberales que impliquen, ante todo, redundar en los derechos individuales de todo tipo, creando sistemas políicos, sociales y económicos más abiertos y laxos. Pero creo criticable del artículo que se asocie «liberalismo» con derechas, es decir, con el PP. Dudo que el PP pueda llegar a ser considerado un «partido liberal»; sus 8 años de gobierno son lo suficientemente elocuentes como para darse cuenta que, al fin y al cabo, todos los partidos que han gobernado en democracia han practicado políticas proteccionistas o estatalistas cuyo único fin ha sido siempre el de beneficiar a su clientela. Creer que Jose María Aznar es liberal, es como creer que Zapatero es maoísta..