El diario alemán Die Welt en su edición digital vuelve a colocar una encuesta con pregunta directa y resultados esclarecedores. En esta ocasión se trata de saber si Turquía debe ingresar en la Unión Europea. La pregunta es clara:
Debe ingresar Turquía en la Unión Europea?
Las respuestas son:
- Sí, de forma inmediata. El país está preparado (votantes: 10%)
- Sí, pero dentro de algunos años. Aún hay puntos de crítica (votantes: 16%)
- No, Turquía ni siquiera pertenece geográficamente a europa (votantes: 29%)
- No, como país musulmán no puede ingresar en una Europa cristiana (votantes: 45%)
Y ahora lo más interesante: han votado, en apenas 5 dias, más de 8500 lectores!
Y ustedes qué opinan?
Sí, pero dentro de algunos años. Aún hay puntos de crítica. Y no son pocos.
Que pregunten también en España, un país condenado en lo demográfico qe se dedica a hacer «procesos de paz» con alguna de sus etnias menos fecundas mientras ignora voluntariosamente problemones como el que padecenya, por ejemplo, en Amberes. ¿El pendón de Flandes no era amarillo, por qué lo han pintado de verde?
Si algo se desprende de la historia, como señalaba Kaplan en The coming anarchy es la gran facilidad del Islam para calar en sociedades desestructuradas y desesperadas…¿No es nuestro caso? esperad cinco años más.
Europa tiene muchas cosas buenas, pero en ciertos aspectos nos hemos dejado llevar muy lejos por gente que todo lo fía a la posibilidad de exprimir a los niños que hoy juegan inocentes en los patios de colegio e incluso a los aún no nacidos. Eso es tremendo.
Las preferencias de los extranjeros tambien tienen a veces que ver con los excesos de la munificencia estatal, pregunta en Alemania por los porcentajes de turcos en cualquier programa que suponga transferencia directa de euros y compara con el total en la poblción… por lo menos los peperos conocen estos hechos, algunos los conocen.
Sin ir más lejos, en España el sistema sanitario público, ya agobiado por jubilados que lo utlizan de local de tertulia alternativo, empieza a experimentar lo que suponen miles de brasileñas con SIDA y anejos, de africanos con todo tipo de extrañas y caras patologías (SIDA incluído) o de padres de marroquies que se vienen de vacaciones terapéuticas a España como quien iba a Karlsbad en 1930 pero sin pagar la factura.
EL sistema tiene su aguante, pero antes o después le reventarán las costuras. Una de las razones de que en EEUU no haya un sistema universal de salud (aunque, para decepción de antiamericanos recalcitrantes, sí existen programas específicos para ancianos y pobres, Medicare y Medicaid) es que es un país que recibe millones de ilegales cada década y ni se sabe cuántos mejicanos «transeúntes» que pasan temporadas más o menos largas. Todo eso sería una bomba para un sistema de corte europeo y canadiense.
Lo curioso es que nosotros hemos abieto la válvula de la entrada masiva de extranjeros sin cuestionarnos la vibilidad de nuestros programas universales de sanidad y rentas. Eso puede ser muy grave, borren el «puede».
No hay como ponerse a recoger gente sin control para instalar la bestia en casa. Lo peor de España es que siempre ha podido aprender en carne ajena y casi nunca lo ha hecho, repitiendo con unas décadas de retraso los errores de la inmunda y decadente Francia, nuestro espejo desde hace dos siglos y traidora filoislámica hace cuatro y medio por odio antiespañol, precisamente.
Cuando estuve en Berlín hace un par de años había una encuesta similar en el museo judío. Ganaba el no, aunque no por tanto. Y eso que en Alemania hay mucho población turca.