Ah… el Homo sapiens sapiens. La joya de la creación. La inteligencia suprema. Las artes, las letras, las ciencias, el análisis completo desde la reflexión sabia y útil…
Eso o el bípedo imberbe, básicamente malo, ese cuyos instintos depredadores solamente son superados por un primitivo narcisismo que le impulsa a seguir creyendo que todavía es netamente superior a todo lo demás, sin distingo entre animados e inanimados, dispuesto siempre a desterrar de su paraíso a todo aquel que no se refleje en su espejo.
Debería existir un tribunal ante el que pudiésemos ser acusados de mediocridad malévola y egoísta, figura penal que se me antoja imprescindible en el contexto antropocéntrico consagrado en la Carta Universal de Derechos Humanos, aceptando que toda carta de derechos va a compañada de obligaciones inherentes e irrenunciables.
Lo cierto es que el Hombre, por término medio e irremediablemente, por mucho que algunos se empeñen en adornarnos con epítetos grandilocuentes – Centro de la Creación, Inteligente Diseñador, Big Man – no deja de ser un animal no excesivamente brillante. Los narcisistas han sido lo suficientemente astutos y nos han hecho creer lo contrario. Quiero decir: cómo, si no, explicar la formidable mediocridad de todo aquello que supuestamente es lo mejor de nosotros mismos? Por qué sólo en ocasiones – contadas – somos capaces de materializar la excelencia?
creo q lo q sucede q no aclaro las dudas es q habla de una forma mas narrativa de forma literaria
no m gusto por q no aclaro las dudas q tnia
me encanta la pag
me parece que el sitio es muy malo malo malo malo y malo no brinda nada de imformacion a mi que me interesa la la opinion de ese que ni lo conozco son unos pelotud………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….