La multitud se agolpa alrededor de los puestos variopintos del mercadillo de Beijing. Riñones, retinas, hígados, córneas, corazones, todos al mejor precio y de primera calidad. «Riñones originales de miembros de Falun Gong» grita un tendero y la muchedumbre dializada acude enfervorecida a la puja. «Hígados de monja católica» se oye más allá, «córnea del ladrón de los mil ojos» corea un tercero mostrando su mercancía debidamente etiquetada y empaquetada.
Les parece una de mis fábulas? Se equivocan. Es la realidad y está ocurriendo en China. Toasted Bread nos lo describe y documenta (amén de otras corruptelas propias de regímenes dictatoriales) aquí y aquí.
en suNo se pierdan las otras lindezas descritas en el primer post enlazado. Y ahora quién denuncia las tropelías de los comunistas chinos? Se tratará sólo de «tropezones» en su camino occidentalizador?