Si, queridos lectores antisemitas. A partir de hoy vuelven a tener argumentos con los que atacar a ese estado terrorista llamado Israel. Es una desvergüenza y una desfachatez, propias del sionismo más rancio, lo que acabo de leer.
Imagínense! Israel amenaza con actuar «solo o en compañía» frente a la amenaza nuclear iraní. Los pobres iraníes! Ese país ejemplo de democracia y respeto por los derechos humanos que sólo pretende asegurarse un futuro energético libre de estrecheces!
Bajo ninguna circunstancia. En ningún caso. Bajo ningún concepto. Por las buenas o por las malas. Solo o en compañía de otros. Israel no permitirá que Irán, un país totalitario, exportador de terrorismo y de terroristas, se dote de la capacidad nuclear necesaria para producir bombas atómicas. Así de tajante, de directo, de determinado, de decidido se mostró Ehud Olmert, primer ministro interino y principal favorito en las elecciones legislativas del 28 de marzo, al referirse ayer por vez primera a la amenaza nuclear iraní tres reunirse en su residencia oficial con el presidente de Israel, Moshé Katsav.
Lo leo en ABC y no puedo menos que pensar: tardaban. Ante la inoperancia de la misión (la troica!) europea y conscientes de la inanidad permanete de la ONU, los israelíes lanzan un claro mensaje a quien quiera escucharlo: no estan dispuestos a ver como un vecino que se la tiene jurada se arma con un palo más grande.
De paso, como quien no quiere la cosa, ponen el dedo en una de las llagas: las exportaciones de material y tecnología nucleares rusas:
Olmert ha enviado una delegación de alto nivel a Rusia (liderada por el jefe del Consejo de Seguridad Nacional, Guiora Eiland, quien ayer se entrevistó en Jerusalén con el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y por el director general de la Comisión de Energía Atómica, Guideón Frank) para entrevistarse con las autoridades rusas y presionar a Vladímir Putin para que cierre, en dos fases, el grifo nuclear iraní.
Ya era hora de que alguien pusiera claridad en el asunto y un poco de contundencia argumentativa.
ISRAEL TIENE TODO EL DERECHO DE DEFENDERSE, PUES ES AL UNICO PAIS DEL MUNDO, AL QUE IRAN LLAMO A «BORRAR DEL MAPA», Y NO PORQUE ODIE A LOS JUDIOS.
a VER QUE HARIA ITALIA, SI UN LOCO DECIDE BORRAR DEL MAPA A ITALIA, PERO NO PORQUE ODIE A LOS ITALIANOS?
P.D. LOS IRANIS NO SON ARABES, SON PERSAS, ISRAEL NO TIENE FRONTERA CON IRAN, QUE LE MOLESTA A AHMADINEJAD LA PRESENCIA DE ISRAEL?
Hacen bien en quejarse, si no se quejaran ahora mismo los israelitas estarían viviendo en el mar. Pero claro todo el mundo sabe que no es pa tanto que un tal Ahmadineyad te amenace con un pepino nuclear, dejar que este tio desarrolle tecnología nuclear es como darle una AK-47 a un mono con parkinson.
Pero es que no quiere tener credibilidad ganada con argumentos. El Islam quiere un mundo islamizado – razón de más para preocuparnos por un Irán nuclear.
Buenos apuntes y buenas comparaciones, las de Luis y José. El tema de Irán es increíble.
¿Qué quieren? Que dejen a Israel en paz, por favor. Las autoridades religiosas musulmanas deberían condenar esos regímenes totalitarios si es que el Islam quiere tener alguna credibilidad ante el mundo.
Estoy totalmente de acuerdo, y hoy escribo sobre ello en Diario de Jerez:
CIMITARRA ATÓMICA
El presidente de Irán es tan sincero al proclamar que desea la energía nuclear para fines pacíficos, como Zp cuando dice que España está ahora más unida que nunca. Sin embargo el iraní, al menos, abre de vez en cuando su alma coránica con enternecedora sinceridad para decir que su objetivo es borrar del mapa a Israel; ¿y qué mejor medio para ello que un bonito pepino atómico?
No sé cuándo habrá paz en Oriente Medio, pero es evidente que sólo llegará después de que suceda una de estas dos cosas: que Israel acepte ser exterminado de la faz de la Tierra, o bien que los países musulmanes acepten la existencia del Estado de Israel. Y aunque ninguna de las dos opciones parece probable a corto y medio plazo, sólo una de ellas es justa, necesaria y defendible.
Por más que resulte insoportable a los árabes y molesto a gran parte de los occidentales, las cámaras de gas, la muerte y el desprecio secular hicieron de los judíos un pueblo duro y valiente que conoce como ningún otro el significado de la palabra supervivencia; desde el mismo día en que el Estado de Israel nació, el odio y la hostilidad le han rodeado por todos los flancos. No obstante, a pesar de ser un pequeño país entre enemigos gigantes, ha respondido contundentemente a cada guerra de aniquilación iniciada contra él. Así pues, es normal que la posibilidad de enviarlos al infierno (nuclear) apretando un botón excite tanto a Ahmadineyad como para tratar de hacer realidad sus sueños radiactivos a toda costa. Y es el deber de las potencias occidentales dejar claro al presidente iraní que el camino nuclear está vedado para él, entre otras muchas razones porque, teniéndola desde hace más de 30 años, Israel no utilizó la bomba ni siquiera cuando su supervivencia estaba más amenazada, mientras que hay pocas dudas de que si el pepino cayera en manos de fanáticos como Ahmadineyad, no pasarían más de 30 minutos antes de que la cimitarra radiactiva del Islam cercenara la vida de millones de judíos, aunque ello supusiese la inmolación (voluntaria u obligada) de todo el pueblo iraní.