Ir de farol es en el Mús, como en cualquier juego, una táctica arriesgada y peligrosa. La probalilística nos dice que en el 50% de los casos el de enfrente se retira. En el otro 50% perdemos los amarracos. Es por ello que los jugadores de todo el mundo, desde tiempos inmemoriales (mucho antes de que se postulasen las leyes de probabilidad) dedican gran parte de su tiempo a desarrollar técnicas y tácticas para variar a su favor el porcentaje de efectividad de un farol. Éstas van desde la intimidación al engaño, describiendo un amplio abanico de posibilidades más o menos – más bien menos – honradas.
Cuando el PSOE se decidió a ganar la partida que parecía tener perdida, lo hizo de forma precipitada, sin apenas reyes o caballos en la mano y apurado de descartes. La sota leonesa no parecía ser suficiente para ganar la mano. Así que diseñaron una estrategia.
Primero lanzaron un par de guiños discretos y secretos a alguno de los jugadores, prometiendo parte de los reales que había sobre el tapete si les hacían el juego. Batasuna y ERC se prestaron a participar de la maniobra sabedores de que, con sus cartas, sólo tendrían opciones en una partida de cinquillo. Pocas y bajas.
Luego pasaron a la intimidación de jugadores y expectadores, vociferando contra los de enfrente cuando a un pasante se le cayó la ceniza del puro en el tapete: «nunca más» fué la consigna, creando un clima ficticio de indignación, perfectamente abonado por los coristas de turno, quienes así hacían ensayos para la siguiente fase: «no a la guerra». No es que los de enfrente estuviesen pasándole cartas a unos americanos de la mesa de al lado para masacrar al contrincante, pero los gestos fueron suficientes para desatar la irracionalidad del miedo. Y el miedo, como ya sabrán ustedes, es irresponable y nubla los sentidos.
El siguiente paso fué el de la incitación a la duda sobre la honorabilidad del contrario: «qué carta guardas en la manga?» o, lo que es lo mimo, «no queremos un Gobierno que mienta». Bastó un tumulto entre el público provocado por unos desalmados para que la ronda de mirones se convenciese de la idoneidad de la jugada. Ya todos estaban de su lado, o casi todos. Y el de enfrente titubeaba.
Con los mirones mayoritariamente pendientes de su jugada, ya en la posición de «quien manda», de quien lleva la iniciativa del juego, se dedicaron a crear confusión. Mueca de labios y portada de revista para los mirones minoritarios, guiño descarado a los del cinquillo, corte del juego para telefonear con los parias del casino – «espera, que llama Fidel», «un segundo, que le pago las copas a Chavez», «perdona, pero es que es un vecino de abajo y tengo que atenderle». Que señor tan majo!, pensaban los mirones, confiando en que se fijase en ellos para pagarles una ronda también. Seguro que gana la patida. Que chico más guapo! pensaban las mironas, a quienes no cejaba de enviar miradas con las cejas arqueadas, cargadas de pestañeos sugerentes.
Pero entre los mirones y los jugadores había algunos que no habían perdido de vista los amarracos y el tapete. Los amarracos! El tapete! Ya casi nos habíamos olvidado. De pronto, los del cinquillo pensaron que la cosa se estaba alargando demasiado y empezaron, nerviosos, a tirar del tapete, a acercar amarracos, a mover los dedos hacia el centro de la mesa. Incrédulos, los otros no sabían qué hacer. «Oye, perdona, deja el tapete y aparta los dedos de los amarracos, que no son tuyos». Cómo que no?, piensan los del cinquillo. «Míos y muy míos, que los puse yo sobre la mesa» argumentaban, olvidando que todos los jugadores habían puesto esos amarracos sobre el tapete. «Ya, pero los míos son de plomo, los reconozco porque suenan diferentes»
Y seguían tirando del tapete y acercando los dedos a los amarracos, cuando, de pronto, no de los mirones grita: «Que se quieren llevar los amarracos!» «No lo podemos consentir!» y amenazó con su puño en alto.
Y yo les digo, señores, que de pronto salieron puños de todas partes, sin comerlo ni beberlo. Bonopuños, JEMADpuños, progrepuños, Constipuños, fachapuños, … sí, normalopuños también. Cosas de la condición humana. Los unos porque se sienten engañados, los otros porque siguen cautivos de los guiños y las tácticas de el de la sota.
Esperemos que la sangre no llegue al río. Quién lanzará primero el órdago? Es posible lanzar un órdago en medio de tantos puños? Es el puñetazo en la mesa (el de Bono hoy, el de Mena ayer) la mejor forma de solucionar esta partida? La única?
Y los que aún no hemos sacado el puño, hemos de callar? Sacamos también el macho?
Un Estado no es una entelequia, un Estado es un tablero de juego con unas reglas que establecen cómo se juega, unas reglas que deben ser, como mínimo, respetadas por todos los jugadores porque si no lo son ya no puede haber nisiquiera juego…esas reglas, en una democracia, las establece la mayoria porque no conocemos un mejor modelo para poder hacerlo y porque se ha demostrado experimentalmente que es el mejor metodo para hacerlo…asi cuando un jugador no acepta las reglas del juego se le expulsa de la mesa y deja de ser un jugador, es el caso de Batasuna que ha sido declarado ilegal…y la verdad es que no ha ocurrido ninguna hecatombre social por ello…mas bien al contrario, la democracia ha salido fortalecida por ello…me pregunto hasta que punto un partido que se jacta e incita a romper los manuales de las reglas de juego, como es el caso de ERC con la Constitucion, tiene derecho a ser considerado y respetado dentro del tablero de juego, maxime todavia cuando uno de sus cabecillas se ha sentado en una mesa a hablar o negociar con una banda terrorista, maxime todavia cuando ese saltimbanqui no ha sido juzgado por esos hechos y sigue teniendo tribuna publica como si de una gran personalidad politica se tratara, maxime todavia cuando es inadmisable que un pais dicho moderno haga depender su estabilidad de un saltimbanqui que hablando en lenguaje llano y figurado ‘no tiene ni media ostia’?…decididamente en este pais ocurren cosas que dejarian perplejo a los propios padres del Estado moderno!!…en definitiva, estoy planteando aqui la cuestion de hasta que punto no deberia ser considerada la posibilidad de ser declarado ERC ilegal, y repito, porque no quiero malinterpretaciones, que estoy hablando de CONSIDERAR LA POSIBILIDAD, maxime cuando ha sido probado que ha negociado con una banda terrorista y maxime todavia cuando ha dejado claro que su objetivo numero 1 es el de dinamitar la convivencia pacifica de todo un pais??…España tiene que tomar el toro por los cuernos y tratar como se merece a todos estos nacionalismos extremos, al fin y al cabo, estos nacionalismos persiguen la desintegracion de España asi que pareceria logico que ese ente llamado España deberia defenderse de esas agresiones…eso lo entiende hasta el niño mas pequeño de la casa…de lo contrario España debe asumir que su desintegracion puede ser uno de los resultados del juego en el que estamos inmersos, lo cual resulta un poco contradictorio…en fin, aqui dejo esta reflexion que me sale a vuela-pluma y que la escribo sin animo de ofender a nadie, incluidos esos nacionalismo extremos que deben aceptar que si no asumen ls reglas del juego entonces son las propias reglas de juego las que las dejan fuera del tablero…en definitiva, que estamos en el siglo XXI como para estar aqui soportando dia tras dia a salvapatrias defensores del paletismo patriotico del siglo XIX.
Sigo diciendo lo mismo Luis es autoposicionarte en un punto del mapa politico que no existe; el eje del mal es la izquierda el eje del bien todo lo que va desde la derecha hasta el liberalismo, la mayoria natural de los españoles; aqui no hay partida aqui hay unos dictadores que son capaces de asesinar a gente como hicieron con el GAL y veremos cuando se sepa la verdad del 11-M
esta partida se queda en tablas porque todos tienen prisa y si por un casual hubiese un ganador la otra parte quedaria descompuesta…ninguno lleva cartas ni para envidar a chica…y una partida de mus sin relax ni cachondeo no es una partida de mus…el estatut fue una gran parida que nacio muerta.