La policía china ha acordonado Dongzhou, un pueblo pesquero de la provincia sureña de Cantón, tras una serie de violentos enfrentamientos que dejaron 20 personas muertas y otras 50 desaparecidas, según testigos. Es la primera vez que se abre fuego contra manifestantes en el país desde la matanza de Tiananmen, en 1989.
Los hechos ocurrieron el martes por la tarde, después de que los antidisturbios fueran movilizados a Dongzhou para sofocar una protesta. En ella, más de un millar de ciudadanos reclamaban compensaciones a cambio de los terrenos perdidos por la construcción de una central de energía eólica.
Y es que la mona totalitaria, aunque se vista de seda, mona se queda. Veremos ahora que dicen los alemanes, los próceres de la UE y el temible Bush. (Lo que diga Zapatero se volverá a perder en el limbo de las palabras huecas, no nos interesa)