Quienes siguen a diario este blog (aprovecho para dar una vez más las gracias, no me canso de ello) habrán notado últimamente un cierto grado de crispación dialéctica poco habitual en esta casa. Mi lema es muy claro: “El Pensamiento es libre”, y quiero seguir fiel al mismo. El liberalismo es una corriente de pensamiento que, fundamentalmente, podemos definir en una sola frase: defensa consecuente de los derechos individuales de libertad y justicia para todos. Y este “para todos” no admite excepciones. Repito, por si alguien no lo tiene claro: libertad y justicia PARA TODOS. Es decir, para los que piesan diferente también, para los moros también, para los católicos, los agnósticos, los anticlericalistas, los moralistas, los democratacristianos, los socialistas, los comunistas, los nacionalistas, los tontos y los listos. Quien no acepte esta premisa, nada ha perdido por estos lares.
Como veo que la línea de este blog queda difuminada en ocasiones por la actualidad y el trato que le damos, creo que es necesario hacer un ejercicio retrospectivo, en busca de las verdaderas razones por las que existe este blog.
Sobre el liberalismo:
Hace ya algún tiempo que la visión binaria – izquierda y derecha (Jandl) – no sirve como referente a la hora de establecer una clasificación política. El ala habitualmente denominada “izquierda” representó históricamente los movimientos progresistas en frente, o en relación a los principios nítidamente conservadores de la “derecha”.
Según esta lógica, deberíamos situar el liberalismo, ya que no es un movimiento ideológico conservador, a la “izquierda”. El concepto “liberal” surgió en nuestra querida España, cuando en el Parlamento se sentaban los “liberales” frente a los “serviles”- el nombre lo dice todo. De manera similar ocurría en Gran Bretaña: los Whigs liberales versus los Tories monárquicos. Los liberales son quienes históricamente han combatido por el derecho a la libertad y contra los privilegios transmitidos. Cabría pensar, pues: los liberales somos de izquierdas.
Si elegimos otro punto de vista más actual, hemos de partir de la base del “estado de bienestar” en el cual, para conseguir el objetivo último – asegurar bienestar a todos los miembros de una sociedad a través del reparto de bienes (yo pago impuestos, el estado los recoje y los reparte) -, son los principios de la “izquierda” los que han de llevarse a la práctica, siendo estos sólo aplicables a base de limitar los derechos individuales. Visto desde esta óptica, los liberales seríamos claramente de derechas.
A mi modo de entender, fue Ortega y Gasset quien nos puso los puntos sobre las íes: “ser de izquierdas, como ser de derechas, no es más que una de las infinitas posibilidades de que dispone el hombre para comportarse como un perfecto idiota.”
Cómo es posible entonces que algunos se denominen liberal-progresistas y otros liberal-conservadores? Lo primero que hemos de tener en cuenta es que, para muchísimas personas, el concepto de “generosidad humanista” es un concepto izquierdista (nada más lejos de la realidad), siendo ese concepto en sí mismo una tentación ideológica dificil de obviar por el liberalismo, en cuanto que humanista y reconocedor del individuo. Si además de caer en esa tentación se hace gala de cierta ignorancia sobre principios fundamentales de economía, nos encontramos con grupos autodenominados liberal-progresistas que, de liberales no tienen absolutamente nada. Al otro lado nos encontramos con grupos profundamente liberales en lo económico y lo social, pero que (desde el punto de vista emocional éste sería mi caso) presentan un profundo arraigo “nacional” y hasta cierto punto exclusivista. No es liberal el apego a una forma de estado, pues el estado debe de tender a convertirse en un sistema administrativo de mínimos imprescindibles.
En general, desde la razón (repito que mi corazón me dicta otras cosas), surgen mis preguntas:
– es el concepto de Nación un mínimo imprescindible?
– quienes limitamos nuestro concepto de liberalismo con tal o cual prefijo o sufijo, no estaremos cayendo en la trampa de confundir una filosofía consistente (la liberal) con un “biensonante” eclecticismo?
Sobre el compromiso personal:
La clase política mueve su circo de subvenciones exclusivamente impulsada por el afán de poder. Cambios en esta forma de hacer política son sólo posibles, si los consumidores, los contribuyentes y los trabajadores en las empresas no subvencionadas, es decir, los perjudicados, son capaces de encontrar un vehículo a través del cual puedan exponer sus demandas.
De toda la escena política, la mayoría sólo ve su parte más pequeña y menos importante: los políticos. Mucho más interesantes que estos – podríamos decir“actores” – son aquellos que, a modo de guionistas, escenógrafos y coreógrafos dinamizan la vida política de un país: los opinadores en los medios de comunicación, los apologetas del Estado y las Iglesias, los administradores de las libertades desde la burocracia de Estado y los consejos de sabios.
Los políticos, compradores de votos a cambio de promesas electorales, consiguen comunicar con un gran grupo de electores que, encantados con el juego, hipotecan su libertad. En el Estado socialdemócrata y partitocrático existen, según Henry L. Mencken, dos clases de ciudadanos: “…those who work for a living and those who vote for a living.”
Yo soy de los que trabajan.
Sobre las doctrinas y los dogmas:
Desde mi punto de vista, toda política liberal debería sustraerse de qualquier intento de dogmatización social (ya sea religiosa, política, cultural) para eliminar los argumentos diferenciadores, al tiempo que ahonda en el desarrollo personal, favoreciendo así los movimientos ecumenizantes.
Sobre las formas de la política:
Seguimos votando colores, seguimos insultando al otro. Seguimos reduciendo nuestro quehacer político al nivel de “charla de bar”. Somos el país del chiringuito. Y los políticos lo saben. Y lo utilizan. Porque no es prioritario el bienestar de todos los españoles, no es prioritaria la constitución. La única prioridad es no bajarse del burro. No pongo en cuestión el fondo de las políticas de éste o aquél partido, aunque no las comparta. Todo patido político se afana en llegar al poder para demostrar que su programa es el más válido, porque están convencidos de ello. Esto es así en en todos los partidos políticos, sin excepción y es totalmente legítimo.
Lo que denuncio, lo que no comparto, lo que me hastía hasta la náusea son las formas neototalitarias que están utilizando.
Sobre la libertad de expresión y la tentación totalitaria:
Estaba yo tan tranquilo, con mi café y mi modorra matinal sentado frente al televisor cuando, de pronto, como un relámpago, la Gracia se derramó sobre mí e iluminó mi ser, hasta ese momento envuelto en las tinieblas del desconcierto y la ignorancia. Llevaba yo tres días leyendo cosas sobre lo de la manifestación de la AVT del sábado. En mi estupidez, incluso había llegado a dar mi opinión, y, pobre de mí, ponerla por escrito. Creía yo que las “tortas” eran condenables viniesen de dónde viniesen. Creía yo que las personas de bien, cuando olvidándonos de nosotros mismos nos perdemos en las obscuridades del mono que llevamos dentro (o el Caín) mantenemos la capacidaz de rectificar, de pedir disculpas, de reconocer el daño causado. Creía yo que las voces sesgadas de profetas y predicadores de la verdad no eran más que un burdo intento de, salpicando a otros, relativizar los propios pecados. Creía yo……
Gracias señor Rubalcaba, gracias señor Blanco por arrebatarme de las garras de la ignorancia y hacerme partícipe de la verdad.
La verdad es que hay tres clases (razas?, tipos?, etnias?) de personas. Los fieles, los infieles y los tontos. Los fieles son gente maja, trabajadora, padres y madres de familia, generosos con los que sufren, amantes de la rosa, del buen talante y del diálogo. Los infieles pero, son gente sospechosa, capitalistas explotadores, despreocupados de su familia (tienen « chacha »), sólo generosos con los de su tribu (sólo generosos en las colectas de los domingos), odiadores de la rosa, maleducados y agresivos. Los tontos no son más que eso: tontos. Son la materia prima de la que se nutren los fieles y, qué injusta es la vida, los infieles también. A ellos es a los que hay que guiar por el camino recto. A ellos es a los que hay que mostrar la verdad y sus ventajas. Como a mí. Qué ciego estaba! Tantos años perdidos sin leer El País, sin ver Tele5, yendo al cine a ver sólo bodrios americanos. Cómo voy a recuperar el tiempo perdido?
Sobre el fracaso del sistema político europeo:
Hay dos formas de manifestar el desprecio por la política: “las cosas me van bien, por lo que la política no me interesa, puedo controlar yo sólo mi vida”. Ésta sería para mí la forma ideal. Pero también hay otra: “las cosas me van mal, yo no puedo hacer nada para remediarlo y los políticos, por supuesto, tampoco”. Ésta es, desgraciadamente, la postura que se va imponiendo en Europa como antítesis al movimiento masivo de quienes dejan en manos de los políticos su destino, su bienestar y su voluntad.
En un sistema que, cada vez en mayor medida, considera a los políticos como los únicos generadores de soluciones, que es incapaz de reconocer no sólo la incapacidad de éstos, sino que los mismos políticos son parte del problema, las tendencias totalitarias encuentran un inmejorable caldo de cultivo.
No es casualidad que Europa, Rusia y China empiecen a sentirse “solidarios entre ellos”. No es casualidad que la Europa de Zapatero, Chirac y Schröder se aleje cada vez más de los EE.UU, un país, donde los propios ciudadanos son los reales valedores de sus derechos individuales y donde no se aceptan automáticamente las normas de otros, ya vengan de la ONU, de Kyoto o de la UE.
No, la alianza hipócrita de los “demócratas inmaculados” es mucho más interesante para los políticos. La alianza donde se educa a los ciudadanos en la dependencia económica, donde se puede limitar su libertad en nombre de esa dependencia… para poder gobernarlos…
Sobre el derecho a ejercer mi soberanía:
A quién beneficia la polarización, la dicotomización de la vida política española? Lo ignoro. A España no. A los españoles tampoco. A España no, pues no se puede hablar de España cuando asistimos a la paulatina ruptura de los principios de solidaridad e igualdad entre españoles, bajo la peregrina disculpa del “fomento de la libre competencia entre regiones” (lo cual me parece muy bien, por cierto), que es peregrina porque olvida por completo que, sin la bolsa de la compra de los albaceteños, o los lucenses, sin el trabajo de tantos andaluces, sorianos y leoneses, la pretendida pujanza alcanzada en solitario por los catalanes y vascos no ha sido tan solitaria, ni tan pujante, ni tan “catalana” o “vasca”.
Beneficia a quienes no quieren permitirnos ver el bosque de tanto árbol como plantan. Árboles ficticios, fatas morganas del politiqueo barato. Con lo fácil que es sentarse, los de un lado y los del otro, y discutir serenamente sobre una reestructuración del Estado que, no me cabe duda, es más que necesaria. Fíjense que hablo de reestructurar el Estado. No hablo de reestructurar la Nación. Las Naciones no se reestructuran. Son fruto de la historia y de la voluntad de sus nacionales. Y esto es válido para todas las Naciones, para la catalana también, si los catalanes así lo decidiesen.
Holandés Errante. No cuela.
Del web de El Cántabro Perplejo te echaron por insultar a la gente de manera reiterada. Has sido el tio mas borde que ha pasado por ahí. No te las des ahora de victima de la represión.
En el blog El Cantabro Perplejo (www.elcantabroperplejo.com) se publica esta mañana bajo el epigrafe SOSIEGO exactamente los mismo Sois la misma persona o esto es un plagio?
Ni que decir tiene que en ese blog no puedo entrar He sido censurado La verdad es que no comparto las ideas del neoconservadurismo ni del neoliberalismo. Soy eso que llaman alguien de izquierdas preocupado por el medio ambiente el desarrollo sostenible el justo reparto de la riqueza la igualdad de oportunidades el respeto a las minorias y todo ese rollo, que segun parece es propio de imbéciles, porque no milito ni voto al pp ni alpsoe pero en fin siento curiosidad por saber que hay detras de todo este asunto de los blogs y esta repeticion de ideas
Un saludo
Como siempre, genial y oportuno, Luis (momento peloteo).
Un apunte, el problema del tono de la bitacora no deberia preocuparte si uno tiene claro los conceptos, y tu los tienes. No creo que ninguno vayamos a salir con un mazo a pegar a nadie por muchas ganas que nos entren de vez en cuando (a menos mientras no te agredan previamente). Tu preocupacion Luis es la tipica de alguien con conciencia (si esa palabra tan rara). Lo que deberia indignarnos es la actitud de otros que con presunto talante destruyen lo mas sagrado del ser humano. De demagogos bien pensantes y humanizadores esta lleno el mundo.
En el mismo sentido tambien es logico preocuaprse por el fenomeno de la “radicalizacion” (la eleccion del termino es mia), pero es tactica del pensamiento progre hacer que hasta el mas moderado de los suyos (Rosa Diez o Nicolas Redondo Terreros) parezca un descerebrado o un facha si no esta de acuerdo con el pensamiento politicamente correcto. No somos monjas ni politicos, no tenemos que poner la otra mejilla ni escribir demagogias con talante como por ejemplo la respuesta que me da el señor Enrique Castro a una de mis anotaciones (usa el termino elegancia, tocate los huevos), y por eso le respondo.
Animo y a seguir dando caña.
Que haya paz Luis que haya paz pero machos si es que hay 18.000 cosas de las que hablar; sin ir mas lejos ir a elconfidencial.com y poner la noticia de la crisis de gobierno del PSOE y los comentarios que nosotros hacemos sobre el informe de El Poder de Internet contra ZP
Luis:
Varios apuntes. En primer lugar, enhorabuena por el ejercicio de búsqueda de las propias ideas-matriz, a las que es conveniente volver de vez en cuando. Discrepo de algunas de tus afirmaciones sobre el liberalismo -no puedos estar más de acuerdo con otras-, pero ya lo debatiremos oportunamente.
En segundo lugar, quizá es cierto que el tono de la bitácora está cogiendo un aire diferente. Puede que, en parte, se esté cediendo a la tentación maniquea, pero no es menos cierto, quizá, que los acontecimientos que vivimos parecen obligarnos a tomas de posición carentes de matices. Conste que lo lamento, porque detesto las posiciones de “o sí, o no”, pero ¿no es inevitable, a veces? (te pongo un ejemplo burdo: si hay que elegir entre quien pacta con Batasuna y quien no lo hace, la opción es clara, por más que, lamentablemente, ello pueda singificar casarse con quien, por lo demás, no te va nada).
Son malos tiempos para la lírica, y por eso son más dignos de encomio los intentos de ser ecuánime. Cuesta esfuerzo, la verdad.
Ah, y no hace falta decir que aprecio tu predisposición a no ejercer jamás la censura. No tanto porque implique pensar que el que escribe es malo, sino porque supone un prejuicio tan antiliberal como el de que el lector es idiota. Gracias por respetarnos.
Un abrazo,
Fernando
España es un pais con ciudadanos que no ven más allá de su estómago y cuya acción está destinada a satisfacer las necesidades de éste..es por esto que los caciquillos campan a sus anchas en las instituciones de este país..el control de la olla pública les da mucho poder..como no hay valores superiores que guien la acción ciudadana entonces el estómago se convierte en rey y sus necesidades en la auténtica ley que gobierna este país.
Lo de “el Censurador” valdría si realmente ejerciera la censura. Como no voy a hacerlo, deberás quedarte con las ganas. Lo siento. Lo de la censura lo dejo para los maniqueos, los Montillas de turno y algún que otro aprendiz de revientaasambleas como tu.
En esta casa, joven amigo, los límites de lo censurable los pone la ley. Yo no pretendo que nadie cambie las leyes para censurar más y mejor, sobre todo a quienes no piensan como yo. No me metas en el saco “tripartito y acólitos”, que no estoy para bromas.
¡Hombre! ¡Menos mal!
Ya era hora de que te dieras cuenta.
Como veo que la línea de este blog queda difuminada en ocasiones por la actualidad y el trato que le damos, creo que es necesario hacer un ejercicio retrospectivo, en busca de las verdaderas razones por las que existe este blog.
Te honra.
Ahora, serás Luis I. el Censurador.