Me da pereza escribir. No porque no tenga nada que decir, sino porque creo humildemente que poco tengo que aportar a lo ya dicho y escrito.
Además, estoy completamente convencido de mi incapacidad para transmitir serenamente e inequívocamente lo que pienso. Digo serenamente, porque es difícil transmitir algo desde la certeza de saberse a priori catalogado como lo que uno no es, sin dejar que asome un mínimo la rabia que ello me produce. Digo inequívocamente, pues sé que mis palabras serán retorcidas hasta dejarlas irreconocibles, huérfanas de sentido.
Los que ayer disfrutaron con el discurso de Mariano Rajoy – el único discurso, de los que yo he escuchado o leído desde que existe el Parlamento Español, que puedo calificar de liberal – me colocarán indudablemente a su lado. Sin matices. Cuando en realidad mi aplauso a Rajoy se limita a su intervención de ayer, más en concreto a una parte de su intervención:
“En España, mientras no cambien las cosas, es decir, mientras no se apruebe otra constitución, no existe más que un poder soberano. Un poder que está sobre la corona, sobre el gobierno, sobre los jueces, sobre esta Cámara, sobre las Comunidades Autónomas y sobre los ayuntamientos. Un poder que no admite parcelas, que no se divide, que no se comparte. Un poder que delega voluntariamente sus potestades, pero no renuncia a la propiedad. Ninguna instancia delegada es propietaria del poder que recibe.
Ese poder, que ustedes representan, lo ejerce exclusivamente el pueblo español constituido en nación. En eso consiste la soberanía nacional.El pueblo español no es soberano porque lo diga la Constitución. NO. Es al revés: el pueblo español hizo la Constitución porque era soberano.”
El resto, señoras y señores , es paja. Es palabrería emanada de convenciones realizadas por mor de la delegación de la soberanía. Nada más.
Ni el Parlamento Español tiene potestad para cambiar las estructuras del mismo (lo dicen la Constitución y el sentido común, y los principios de la democracia en la que creo), ni mucho menos el Catalán. Rodríguez Zapatero no puede impulsar otra cosa que no sea un plebiscito, una pregunta a los verdaderos propietarios de la soberanía que somos nosotros, los ciudadanos.
Queremos vivir en España ? Qué España queremos ? Queremos seguir amordazados por esta partidocracia ? Existen las dos Españas?
No son cuestiones baladíes que se puedan decidir en una comisión del Congreso. O en un encuentro discreto entre representantes de partidos. O desde las líneas de tal o cual medio de comunicación.
No es de recibo pensar que TODOS los votantes del PSOE (y conozco a un montón, sé lo que digo) están de acuerdo con lo transmitido ayer por Zapatero y Rubalcaba. Tampoco creo que TODOS los votantes del PP se hayan alegrado de lo expuesto ayer por Rajoy.
Es inaceptable la mera división en dos bandos, la degradación a que fuimos sometidos ayer por muchos de los parlamentarios que tomaron la palabra tachándonos, a quienes no estamos de acuerdo con sus posturas, de inmovilistas, antidemocráticos y anticatalanes (que sin duda los hay), mientras elevaban al altar de la santidad democrática al resto. Sabemos que en ese “resto” se esconden no pocos totalitarios (Batasuna) y no pocos liberticidas (ERC).
A quién beneficia esta polarización, esta dicotomización de la vida política española? Lo ignoro. A España no. A los españoles tampoco. A España no, pues no se puede hablar de España cuando asistimos a la paulatina ruptura de los principios de solidaridad e igualdad entre españoles, bajo la peregrina disculpa del “fomento de la libre competencia entre regiones” (lo cual me parece muy bien, por cierto), que es peregrina porque olvida por completo que, sin la bolsa de la compra de los albaceteños, o los lucenses, sin el trabajo de tantos andaluces, sorianos y leoneses, la pretendida pujanza alcanzada en solitario por los catalanes no ha sido tan solitaria, ni tan pujante, ni tan “catalana”.
Beneficia a quienes no quieren permitirnos ver el bosque de tanto árbol como plantan. Árboles ficticios, fatas morganas del politiqueo barato. Con lo fácil que es sentarse, los de un lado y los del otro, y discutir serenamente sobre una reestructuración del Estado que, no me cabe duda, es más que necesaria. Fíjense que hablo de reestructurar el Estado. No hablo de reestructurar la Nación. Las Naciones no se reestructuran. Son fruto de la historia y de la voluntad de sus nacionales. Y esto es válido para todas las Naciones, para la catalana también, si los catalanes así lo decidiesen.
Déjennos hablar, señores y señoras políticos. Pregúntennos. Les exijo que me pregunten!
quien quiera entender que entienda, hay más medios q la COPE-LD y la SER-Plural que critican o defienden la situación existente con absoluta firmeza y no llaman al desastre, la ecatombe, el fascismo, la guerra civil y demás historias q no valen para nada.
El único que se salva Rajoy y el q le echa una mano en los discursos (ya sabéis quien es), claro q ya tiene otros que le hacen el juego sucio.
Todas las movidas q ha habido durante el año pasado han sido plitiqueos del PP y punto pelota, una cosa es ser liberal y otro ciego y gilipollas. Archivo, familia, remolacha en CyL, asignatura de religión, etc., venga ya. Sabemos que el psoe está lleno de lerdos, empezando por el gran lerdo primero y q se lo ponen a huevo pero hay q salirse del interés partidista y poner a cada uno en su sitio.
Rajoy, Rodríguez , De Madre, Mas, “Carod” y otros debaten en el Congreso de los Diputados acerca de un Estatuto de Autonomía para Cataluña [sic] que se la bufa a la amplísima mayoría de los españoles de Cataluña.
Cuando una minoría burguesa (bastante friqui por lo demás) hace un salto hacia delante y no instaura un proceso de maduración para toda la sociedad existe, por un lado, el peligro de que la masa reaccione con violencia, volviéndose nuevamente hacia atrás.
Y si no lo hace, existe, por otro lado, el peligro de que se pliegue a lo nuevo, mas no por razones verdaderas, nacidas de la conciencia, sino por razones de conveniencia y oportunidad.
Cuando se da lo primero tenemos los peligros de convulsión civil en la sociedad.
Cuando se da lo último estamos ante el peligro de una amoralización interna de la conciencia humana, que consiste en desistir de la verdad y del bien, orientándose a la luz de la eficacia y de la conveniencia. (“A ver si así quitan el peaje” “Que no se vayan todos los impuestos p´ a Graná”)
La sociedad se deja transferir en masa de un lugar a otro, sin que ella misma esté realmenete en ningún sitio, sino en un egoísmo de adaptación al medio impuesto, sin personal arraigo, sin libre adhesión, sin capacidad real de crítica y, por consiguiente (mireusté), de colaboración real ni de real disentimiento.
Y uno se pregunta si ese tránsito súbito y masivo que la sociedad catalana se dispone a dar (y la expañola con ella) de unas formas políticas a otras no es revelador de esta falta de formación y adhesión de fondo a principios de valor, es decir, de convicción política y de entraña moral.
Una sociedad que no analiza a fondo y no dirige desde ese fondo sus cambios internos queda a merced de la política: de la interna o de la externa.
Cuando la verdad desaparece del horizonte, nos quedamos sin fundamento para la libertad; y con ello al arbitrio de los poderosos, es decir, en camino a la servidumbre.
Luis yo también respaldo tu exigencia de que se nos pregunte, y creo que somos muchos los que pensamos como tú.
Los que vivimos fuera de España seguimos con desasosiego el gran aumento de tensión en la vida política española y el intento de llevar a España al punto donde se encontraba en el año 1934. El pueblo español dejó bien claro durante la transición que no quería tener nada que ver con aquella izquierda ni con aquella derecha. ¿Por qué este intento de los políticos actuales de volver atrás en la historia?
P.D.: el sábado estaré «en espíritu» con el Foro de Ermua.
Claro wininu, y para que ocurra un atraco hacen falta dos partes: una activa (el atracador) y otra pasiva (la víctima). Sin embargo, la culpa del atraco no es de ambas.
La cuerda siempre la tensa la parte que tira de ella; no la que resiste.
Para que se tense una cuerda, tan sólo hace falta que uno se plante (en lo que dice la Ley y la lógica, etc….) y el otro tire, ES MÁS, para que se tense una cuerda, TAN SOLO hace falta que uno de los lados ceda, y el otro tire todavía con más rapidez de lo que el otro cede.
No se de que me suena tu postura al «centrismo-moderador» del PNV respecto a los partidos «constitucionales» y las posturas de E.T.A/Batasuna.
¿La virtud está en el punto medio? ¿Es lo que quieres decir?
Vamos al caso….,
-Tu y yo separados 2 metros, punto medio 1 metro. ¿de acuerdo?
-Tu te separas 3 metros más, punto medio 2 metros(tu anterior posición)!!!!! O sea, que el punto medio ya es lo que tu querías!!!!
-Tu te separas 2 metros más, punto medio 3 metros (MAS ALLÁ DE TU POSICIÒN INICIAL)!!!!!! Pero que bueno que eres y que talante tienes, cedes (porque eres así de magnánimo para que lleguemos al punto medio), pero no está más allá de tus posiciones iniciales???
-Tu tendencia se separación tiende a infinito, el punto medio tiende a infinito…….
¿Es difícil de verlo?
El ejemplo no tiene copyright, así que eres libre de usarlo, por si alguien te viene otra vez con lo de puntos medios, etc…..
Te pongo otro….
En tu trabajo quieres cobrar 2.000 € y la empresa te ofrece 1.500€, pero después decide que 1.000€ y despues 0€ y despues incluso que pages 1.000€ por trabajar, e incluso llega a pedirte 4.000€ por trabajar. Tu dices que es un robo, injusto, ilegal, etc… y te contesta que vale que tiene mucho talante, que quiere que haya convivencia, …. y acepta el punto medio y que si no lo aceptas (pagar 1.000€ por trabajar) es porque eres un agitador, sin talante, guerracivilista, que vives del enfrentamineto, …..
Te gusta más este otro ejemplo. Tambien lo puedes usar……
la culpa de la polarización la tienen ambos partidos, tanto el psoe como el pp y sus respectivos medios defensivos y ofensivos, es decir la SER y el plural y la COPE y LD.
Para que se tense una cuerda hacen falta dos lados, no hace falta ser muy avispado para ver lo q sucede…
Se habla mucho sobre si AP, en su momento votó que sí o que no a la Constitución ( y eos que Frega fue ponente ocnstitucional). Pero yo me pregunto ¿no es eso la democracia? ¿aceptar lo que se decide de acuerdo con los cauces legales, y defenderlo aunque no se esté de acuerdo con ello? ¿o es que votar «no» a alguna ley te exime de su cumplimiento?
¿A mí qué me importa lo que votara cada diputado a la Constitución? lo importante es si se respeta el ordenamiento vigente o no.
Debio haber dicho: «convertido en estado» en vea de convertido en nacion. La nacion, al no ser una instancia administrativa, no esta en condiciones de delegar nada. Pero las «tripas» le puedieron.
«¿A quién beneficia esta polarización, esta dicotomización de la vida política española?»
Yo creo que no beneficia a nadie, pero me da que ZP no es de la misma opinión. Él se montó en la ola antisistema desde el Prestige y sigue en ella. Creo que piensa que esa es la manera que tiene de mantenerse en el poder: pactar con cualquiera, salvo con el PP y está jugando a echar al PP de la política. ¿Por qué si no, hizo lo que hizo ayer que, aparentemente, está en contra de lo que piensa buena parte de la base del PSOE y sus votantes? Porque cree tener asegurada una base fiel de votantes, en especial en Andalucía y Extremadura, y con esa división entre demócratas y fachas ganará votos de la extrema izquierda. ZP no piensa en otra cosa que en mantenerse en el poder. Rajoy estuvo muy bien ayer (¡incluso parecía liberal!), pero haría mal en creer que el PSOE de hoy va a jugar limpio. Tiene que darse cuenta de una vez de que los quieren marginar (y con ellos, a todos los que no somos izquierdistas) y luchar en contra: no basta con hacer buenos discursos en el Congreso.
PD1: Lo pasé bien ayer en el bar. Volveré a tomarme una copa.
PD2: El sábado estaré, a las doce y media, en Sol con el Foro de Ermua. Al menos, que no me quiten la posibilidad de manifestarme en contra de la política suicida de ZP.