Yo estoy con Solbes

Por supuesto que las cosas no se pueden cambiar de la noche a la mañana. Por supuesto que el Ministro no debe propugnar una reconversión salvaje. Por supuesto que los principios de solidaridad y responsabilidad de todos (no los del estado, los nuestros) nos recomiendan calma y búsqueda de soluciones adecuadas. Pero estoy con el Ministro Solbes: «es imprescindible ir adaptando las subvenciones que recibe la minería del carbón a las condiciones de otros españoles que no reciben subvención»

Eso fué lo que dijo ayer en el marco de las negociaciones con el sector minero y lo que desencadenó las iras de los afectados. Iras justificadas, pues no conocen otra política que la subvencionista. Son los problemas de la «mala educación», los inconvenientes de haber estado demasiado tiempo viviendo de la sopa boba estatal.

Los mineros tienen un trabajo duro, son gente ejemplar en ese sentido, pero el producto que extraen no vale su trabajo. Y ése es el problema.

En esta ocasión, y tras el rifirrafe protagonizado la pasada semana entre UGT y CCOO, los sindicatos han decidido volver a la unión de acción. Los sindicatos llamarán a la huelga a todo el sector minero nacional. La iniciativa nace en León, donde un tal Rodríguez, en plena campaña electoral, olvidándose (como hace siempre) de las políticas reales, de que podría gobernar y tener un Ministro de Hacienda sensato, prometió a los mineros el oro y el moro a cambio de cuatro votos. Promesas que no puede cumplir, pues la realidad es más tozuda que su Sonsoles y bastante más sabia que sus ideas iluminadas y preñadas de demagogia barata.

Gracias, señor Solbes por poner un poco de cordura en medio del circo ministerial al que asistimos casi a diario.