Me decía una mujer chilena que la «gracia» de la carne de ballena era que tenía aspecto de carne, pero que sabía a pescado. La mujer le hacía la advertencia a este escribiente como una decepción amorosa, pero la figura es una descripción excelente de lo que José Bono, ese hombre, representa en el Partido Socialista Obrero Español. El diario El Mundo refiere hoy unas declaraciones de Pasqual Maragall a la Cadena Ser que resume así:
Maragall llegó a decir que «Bono es del PSOE, pero habla como si fuera del PP». El ministro de Defensa le replicó desde Getxo (Vizcaya) que «no es de derechas defender la Constitución». Al presidente de la Generalitat le preguntaron sobre la razón por la que el titular de Defensa siempre es uno de los ministros más valorados del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero. Fue en ese momento cuando Maragall aseguró que la razón hay que buscarla en que «tiene todo el voto del PSOE y del PP», porque milita en el primero pero habla como si fuera del segundo. «Esa es la clave», concluyó Maragall, quien no pudo evitar, o no quiso, soltar una carcajada por su ocurrencia.
Bono, ese militante socialista que admite sin problemas su credo católico, su procedencia antes de militar en el PSOE en grupos cristianos, ese político «progresista» que no tuvo complejos en bautizar a su hija adoptada por el mismísimo Arzobispo de Toledo y que reivindica con claridad el humanismo cristiano como fuente doctrinaria para los socialistas es la ballena izquierdista, o de cómo vendo carne y sirvo pescado.
El Sr. Bono es muy libre, faltaría más, de creer en lo que quiera. Es, por supuesto, muy libre de militar en política donde más le plazca pues para eso se hizo la democracia, pero su manifestación en la tierra como el espíritu de Jeckyll y Hyde suscita diversas preguntas:
– ¿En qué consiste el ideario del PSOE?
– ¿En qué consiste el ideario del Sr. Bono?
– ¿No resulta el ideario del Sr. Bono un ejemplo evidente de lo que es la democracia cristiana, es decir, esa temible organización vaticanista? Lo de temible, este comentarista lo dice en serio.
– ¿No resultaría que el ideario real del Sr. Bono, no el de su partido, encaja mucho mejor con su conducta pública y su facilidad para envolverse en la bandera rojigualda y en el paso rápido y desafiante de la Legión?
Servidor de ustedes cree que si Bono naciera hoy para la política se afiliaría al Partido Popular, porque puede que en este tiempo no tuviera que justificarse como en aquéllos años de la transición como no facha, no fascista que, tampoco nos engañemos, era lo que era Alianza Popular. Y es que, a pesar de todo, creo que Bono es un demócrata.
No obstante, uno se pregunta en qué consiste la política española y en qué consiste esa estafa organizada que es la izquierda realmente existente. En confianza, en la intimidad uno cree saberlo, pero no puede por menos que sentir una profunda decepción por la incapacidad del electorado para distinguir las churras de las merinas, por la falta de coherencia del sistema y de la poca vergüenza de sus militantes. Especialmente, se siente un profundo cansancio ante la evidencia de que en España, como tradicionalmente ha sido, el liberalismo siempre será algo marginal. ¿Cómo si no justificar la popularidad de Bono? Si, como dice Maragall «tiene todo el voto del PSOE y del PP», esa popularidad sólo es explicable por el conservadurismo de fondo, en la economía y en la moral, del núcleo duro del electorado español. Un conservadurismo que se tiñe, en forma de autojustificación, como de «centro izquierda» – vean los resultados del CIS – pero que resulta, si me permiten la expresión, de derechas de toda la vida.
hace tanto tiempo que no leia tantas malas lineas que me siento sorprendido escribe
es lamentable, incluso la mala calidad del humor, un pais que fue grande
por sus escritores ahora suenan como niños de pañales, bien es desepcionante.
Caramba crei que habia algo mejor. No gasten el tiempo escribiendo de esa manera un
sano concejo para todos, hay muchas otras cosas interesantes que escribir, escribir es solo
para gente mayor.
Bueno ahora está todo claro: la iglesia es consustancial a la patria. España se hizo como nación en la reconquista (santiago matamoros, ¿no?). Precisamente el tipo de nacional catolicismo que Hayek está implícitamente imputando a Bono.
Aparte de que planteas una cuestión histórica absolutamente objetable (y que no me atrevo a calificar de falsa en cuanto que la historia no termina de ser un pequeño cuento que contamos los vivos sobre los muertos), me había parecido leerte que estabas a favor de la separación iglesia-estado. Doble lenguaje, jesuitismo habemus. Bono justificado.
Y sí, debes tener razón, debo ser el único que no entiende esto de las posturas de la iglesia. Yo y los que os dicen todas las semanas que son católicos y pasan de cumplir cualquier dogma. Como Bono, que os lo dice en público.
Sabes lo que es un fosil, ¿no? Ese es el extraño aspecto de la iglesia y sus propagandistas.
PD: En eso se parece a la socialdemocracia.
Yo no dije que los demás no entienden a la Iglesia Católica, Berlín. Sólo dije que tú no la entiendes. Tú no eres «los demás», eres sólo tú.
Y si no te gusta el matrimonio canónico, pues cásate por el rito vudú, o simplemente amancébate, o firma un contrato. Nadie te obliga a casarte por la Iglesia.
No me saques más a colación lo que sucedía cuando vivía el dictador, porque es agua pasada (y no mueve molino). No es mi problema. Y si hubo algunos pastores de la Iglesia que estrecharon lazos con el régimen, también hubo otros que lo resistieron. La Iglesia está formada por hombres, y como hombres que son, nada de lo humano les es ajeno. Los errores tampoco. Y que el que esté libre de culpas, que arroje la primera piedra.
Si la Iglesia Católica está mencionada en la Constitución será porque es consustancial con España. Te recuerdo que España se consolida como nación a raíz de la guerra de Reconquista.
Y con respecto a tus apreciaciones sobre el divorcio encubierto, los tecnicismos maravillosos, etc., son apreciaciones personales, y eres muy libre de tenerlas. Como eres libre para no votar a Bono, ni a Acebes.
Fascinante. El tema era la contradicción de Bono y sus consecuencias políticas. La inconsistencia de los proclamados católicos frente a las prescripciones de sus líderes terrenales era colateral, pero una invitación a examinar la «impunidad» electoral de Bono desde una perspectiva a mi juicio interesante y creo que muy respetuosa con los católicos.
Pero ahora resulta que los demás no entendemos a la iglesia católica. En fin, no sé qué es más cansino. Bien, sospecho que ese es un problema de los católicos. Así os va. Pero, vigila tus credos, porque veo en ti a otro católico potencialmente disidente (o incongruente): separar la iglesia y el estado, ¿pero qué es eso?, si todavía no hemos conseguido librarnos de la mención expresa a la iglesia católica en la constitución, si tenemos que seguir luchando contra la obsesión de la iglesia por imponer la educación católica en todas las escuelas, si tenemos que fumarnos el concordato, si no hay manera de que se cumpla la ley y la iglesia sólo reciba el dinero de quienes marcan la casilla en el IRPF, si además se pretende decirnos a los demás lo que es matrimonio y lo que no… A ver qué te dicen tus obispos, ¿una diatriba como la que nos pusiste contra Bono? Y todavía se defiende que la nulidad no es un remedo de divorcio encubierto: el tecnicismo jurídico es maravilloso, también un despido laboral puede ser nulo pero no elimina el hecho de que yo le haya dicho a un señor que se vaya a la calle (vulgo, despido) y que lo único que va a cambiar es que el juez me va a modificar la fecha en que causa efecto, porque lo volveré a despedir, esta vez con los papeles bien hechos salvo que sea miembro del comité y me tenga cogido, vaya mala pata. Por mi podéis seguir vendiendo a la sociedad que el matrimonio es indisoluble y que luego todas las folclóricas anulen (nunca existió) un matrimonio con hijos y todo. Y hay que leer los argumentos. Como eso de, implícitamente, negarnos el interés de la iglesia en cooperar con nuestra vieja y querida dictadura. ¿Hay que recordar la oposición activa que se planteó al divorcio civil y cómo hubo que legislar para dejar algo contenta a la iglesia con aquella figura de la separación, previa al divorcio?
No está nada mal: consistente y coherente, muy legitimado para decirnos a los demás en qué consiste el matrimonio y, de paso, por qué no debemos votar a Bono. Ahora ya sé también por qué no debo votar a tipos como Acebes.
ay Berlín, que paciencia… que tú no entiendas la esencia de la Iglesia Católica y la indisolubilidad del matrimonio, y el concepto de NULIDAD, es decir, declarar que ese matrimonio NUNCA EXISTIÓ, no vuelven ininteligibles los conceptos. Sólo son así para tí.
Si Paquito impuso ciertas cosas, hijo, reclámale a él. Personalmente creo que Iglesia y Estado deben estar separados, y que las leyes positivas deben estar adecuadas al ius naturalis, por el bien del hombre. Lo predique quien lo predique.
Respecto de Bonogollum, no debe tener ninguna clase de consistencia, es la ambición desmedida personificada.
Dios nos libre de él (o el destino, o la Fuerza, como quieras llamarlo).
Ya pero a mí no me interesan los efectos sacramentales: simplemente, no creo en ellos, sólo son releventas para el creyente. Me preocupa el reflejo civil. Con Paquito el divorcio estaba prohibido y el matrimonio era oficialmente eclesiástico. Luego detalles literarios por mi parte – es una simplificación, siempre es una simplificación atribuir a un gobernante todos los males – el hecho esencial es que en España era obligatoria para todos la doctrina del Vaticano, sea cual fuera. Y que ahora es sorprendentemente sencillo deshacer algo que se nos ha vendido como indisoluble, casualmente cuando el divorcio es un acto jurídico como cualquier otro sin más importancia que la tiene: la resolución de un conflicto personal y sin castigo social. ¿No era para toda la vida? La idea de fondo, es la falta de credibilidad que ofrecen, en mi opinión, las posiciones oficiales del Vaticano o sus obedientes obispos en estas cuestiones, justo lo que facilita, de nuevo en mi opinión, el hecho de que tipos como Bono y eso que hemos llamado católicos sociológicos observen natural que un católico proclamado defienda sin rubor algo opuesto a su doctrina oficial. Cabe preguntarse si se tiene la misma consistencia con los planteamientos de su partido.
Berlin, allí radica la diferencia: tú hablas de los efectos civiles del sacramento. La Iglesia habla de los efectos «sacramentales» del matrimonio. Son dos terrenos completamente distintos.
La pregunta de por qué era tan difícil la nulidad en tiempos de Franco debes encontrarla en el Vaticano y en la modificación que se hizo del Código de Derecho Canónico de Rito Latino en 1983, que introdujo nuevas causales de nulidad, y cuyo proceso de modificación venía tratándose desde 1965, durante el Concilio Vaticano II. Como verás, nada tiene que ver con Paquito…
Y de hecho, en 1986 comenzó a tratarse la modificación del Código de Derecho Canónico de Rito Oriental (un profesor mío de Antropología era uno de los Monseñores a cargo), y sin embargo aún no ha visto la luz.
El «aggiornamiento» de la Iglesia Católica puede ser lento para gusto de algunos, pero te aseguro que nada tiene que ver ni con Franco ni con Stalin.
Y los católicos reflexionamos permanentemente sobre nuestra vida dentro de la sociedad actual. Los innumerables encuentros de juventud, de familias, de misioneros, de clero seglar, y sin ir más lejos, el Sínodo de Obispos que concluyó en estos días, así lo prueban.
Soy conocedor de la diferencia: no le puedes negar el sacramento, ¿pero tiene que ir el Arzobispo y hacerlo con publicidad?. A lo mejor no hay más remedio, pero la sensación es de comprensión y apoyo mutuo.
El hecho de que hablemos de nulidad, es en este caso un nominalismo vacío, civilmente es divorcio y se suele producir antes que la nulidad, ¿no es cierto? La pregunta es por qué con el extinto general era tan difícil la nulidad y hoy no es un asunto especialmente problemático. «Permisivo» entiendo que es tu forma irónica de ver una realidad tan dura. En lo que se refiere al debate que nos ocupa, tiene que ver con la pérdida de legitimidad de la iglesia para solicitar coherencia de sus seguidores, especialmente los cargos públicos.
El hecho de que el «cristianismo sociológico» viva fuera del catolicismo es obvio: yo, que no soy católico, lo puedo observar y reconocer seguramente casi mejor. Pero eso es un hecho sobre el que debéis reflexionar los católicos y creo que a los demás lo único que nos puede aportar es en la valoración de las convicciones de la gente o su grado de información sobre ellas. Como en el caso de Bono.
Tampoco te he pedido que le sigas el juego, lo que se viene a decir en el post de Hayek es que es lo que tu dices, un estafador moral.
La diferencia, Berlín, es que no se le puede negar un sacramento a quien lo pida, salvo impedimento grave, y en este caso, se pide el sacramento de bautismo para una niña.
En el caso de las nulidades matrimoniales, el tema es discutible desde el punto de vista de los efectos sociales, y puedo llegar a estar de acuerdo contigo en que desde hace 22 años el Código de Derecho Canónico se ha vuelto «un tanto permisivo». Pero no estamos hablando de divorcio sino de nulidad, que son cosas bien distintas. Lo que la Iglesia declara es que nunca existió el primer matrimonio.
Por último, la contradicción entre las obras y la fe es cosa de Bono, y de los «cristianos sociológicos». Están en su libertad de vivir como quieran, pero eso no es vivir dentro del catolicismo. Y con respecto a seguirle el juego a Bonogollum, lo siento, pero yo no entraré. Porque es un sinvergüenza. Y un estafador moral.
De todas formas, y sin ánimo de ofender, déjame que te diga que la propia jerarquía eclesiástica contribuye a la banalización de sus dogmas y preceptos: si permite la cantidad de anulaciones matrimoniales que permite para que la gente se vuelva a casar por la iglesia, no parece serio. Si le sigo el juego a Bono y acepto bautizar a la niña con pompa y circunstancia (y no con cualquier otro sacerdote) pues se puede pensar que se tolera la contradicción entre obras y fe. Para la reflexión.
Disculpe usted por la generalización. Es cierto que la palabra todos es injusta. Pretende reflejar un estado sociológico donde personalmente creo que los católicos consecuentes sois una minoría muy minoritaria. Tu enlace viene a decir lo que digo: que traiciona a la jerarquía eclesiástica, algo que, hablando de memoria, suelen poner de manifiesto las encuestas: la gente suele creer más en dios que en sus representantes en la tierra. Y los anticonceptivos, el divorcio y los homosexuales sería la prueba de la distancia entre quienes se declaran católicos y quienes lo son.
Tienen razón los obispos. Si uno es católico no puede vivir su fe a la carta, así que si no te gusta, no seas católico. Por lo demás, la iglesia puede opinar lo que quiera, algo que a la izquierda le suele poner de los nervios: ¿pero qué más les da, si no tienen que cumplirlo? Otra cosa es que los obispos me quieran obligar a ser como ellos…
Berlin, por favor te pido que retires eso de que Bono se comporta como TODOS LOS CATÓLICOS. Es una falsedad que me ofende.
Para muchos, muchísimos católicos, los de verdad, no los simples bautizados o cristianos sociológicos, la fe que no se acompaña de obras, es una fe muerta. Lo que tú dices se acerca a una visión protestante, no católica.
Y el confesarse y seguir, es hipocresía, no catolicismo.
Bono es un sinvergüenza que medra agitando una supuesta condición de católico, de la que adolece. Es un lobo disfrazado de cordero.
Y si quieres ilustrarte sobre lo que piensa de Bono algún miembro (diría que varios) de la jerarquía católica, léete ésto
Bueno, yo sí creo que Bono es católico. No es un pose, él se lo cree. Lo que sucede es que traiciona a la jerarquía católica con sus posturas, que sirven perfectamente para que ese catolicismo sociológico que se casa por la iglesia y dice ser creyente pero que emplea anticonceptivos masivamente se encuentre encantado. Es decir, se comportan todos como católicos: importa la fe y no la conducta, algo que como nos decía aquel personaje de Historias del Bronx, es algo estupendo, uno se confiesa y puede seguir adelante. Si Bono fuera protestante, no podría hacer esto y menos si su electorado lo fuera. A esa mayoría sociológica que se cree de centro y que le parece bien y bonito casarse con un cura pero que luego se divorcia, le encanta que un católico sea tan estupendo que quiere a los homosexuales. La jerarquía católica es la que pierde la batalla siempre. Habrá que preguntarle a la Conferencia, que quiere evangelizarnos de nuevo.
Tienes razón, Séneca… Ruin Gallardín también es otro Gollum.
La catolicidad de este individuo no es irrelevante, puesto que es un elemento que utiliza adrede para confundir a los electores católicos, cuando en realidad no es más católico que Zapatero. Quizás sólo se diferencie de aquel en que no está determinado a destruir a la Iglesia, porque electoralmente aún le sirve declamar su «catolicismo».
Personalmente -y como católica- me repugna Bonogollum.
Y Gallardóngollum también.
Por cierto, Mr Hayek, me ha gustado mucho el artículo.
Si Aleon, pero España está llena de Gollums, como tu misma admites. En el PP también los hay. Además, errare humanum est, y católico también.
De todas formas, la catolicidad de este u otros personajes del teatrillo es irrelevante. Fuego de artificio sobre el que discutir es una pérdida de tiempo.
Si bien creo que no está de más denunciar su actitud, pues hay mucho despistado por ahí presto a deglutir cualquier bola que le lancen.
Lo que dices es cierto desde el punto de vista de la fe, pero no desde el de la conducta social o política. Apoyó los matrimonios por una cuestión de oportunismo. Él es de ese catolicismo sociológico que tu bien dices, pero lo esencial de Bono es que transmite, celebra y, a la hora de la verdad, practica valores conservadores en un partido que se presenta como que no lo es. Y él, Golum o malabarista donde los haya, no quiere perder ni un voto. Así, hago un gesto moderno un día para practicar una política conservadora de fondo en un partido que oficialmente no lo es. Hayek dice divertidamente «la izquierda realmente existente». Creo que hay que interpretarlo por la contradicción de gente que se proclama de izquierdas, pero que de eso ni un pimiento. Lo que nos llevaría a la posición de que si hacen una política conservadora, ¿qué más le da a los votantes del PP? Pues estéticamente les da, pero con Bono estéticamente les sería indiferente. Así, estamos condenados a políticas muy intervencionistas y teñidas de falso progresismo. Eso no quita que, servidor, como sabes, no esté en contra del matrimonio homosexual y sí de la forma en que se efectúa el proceso legislativo y se le transmite a la opinión pública, demasiado abrumadora contra las «minorías» tan poco minoritaras como la católica.
Hacer como si se es católico no lo convierte en católico.
Apoyó los matrimonios gay. Apoya la política zetapédica de ataque constante a la Iglesia Católica.
En España hay MILLONES como él, que se casan por la Iglesia, bautizan a sus hijos y les hacen tomar la 1a. Comunión. Sólo por el banquete o el fiestorro.
Ser católico es algo mucho más profundo que recibir sacramentos en ocasión de un banquete. Es una opción de vida basada en ciertos valores.
Si Bonogollum fuera católico, se habría ido hace tiempo del PSOE, y si sus apetencias políticas no lo dejan en paz, habría fundado un partido social cristiano, o demócrata cristiano. Pero no estaría en el PSOE ni tendría de jefe a un rojo.
Insisto: BONO ES GOLLUM.
Hermano Aleon, debo de apoyar la ironía de Hayek. El problema para la credibilidad del PSOE es que Bono sí es católico. Otro problema es que esa credibilidad y su creencia en el humanismo cristiano como fuente para el socialismo sea consistente con la propia socialdemocracia pariola del PSOE. Y el drama final es que el electorado es indiferente a la incoherencia ideológica. Duran i Lleida no engaña a nadie, es católico, dicen que menos para la bragueta, y su partido es democristiano sin tapujos. Bono estaría allí mejor, se sabría, como en el post, si es carne o pescado.
Hayek, no te confundas con Bono… no es católico, ni habla como si fuera del PP. Bono es Gollum. Como el personaje de Tolkien, conviven en él ambas tendencias, que libran una batalla sin igual, pero al final (y desde el principio) prevalecen el mal y la ambición, y se termina precipitando al abismo tras el anillo. Y con él, arrastrará a toda España.