La guerra de los impuestos en Alemania

Sin duda podemos encontrar otros puntos interesantes de debate en estos días de lucha electoral, pero las propuestas de reforma fiscal de unos y otros acaparan la atención de los medios. No olvidemos que el problema de Alemania no es un atentado terrorista, ni la guerra de Irak, ni el bigote de Aznar. Tampoco se dedican los alemanes a culpar a Schröder de las inundaciones o los cada vez más frecuentes secuestros y violaciones a menores.

Lo que a los Alemanes les preocupa es su cartera, menguada y, en muchos casos (las últimas cifras de paro hablan de una tasa del 11,6%) vacía de euros contantes y sonantes. De ahí que el tema de estas elecciones sea ése: el dinerito.

Situación actual: Desde la reforma fiscal puesta en marcha por la coalición rojiverde los alemanes pagan entre un 15 y un 42 por ciento de sus ingresos al fisco.

SPD y Verdes: SPD y Verdes no tienen en mente bajar los impuestos. Al contrario: el SPD plantea una subida del 3% para las rentas más altas (es decir, hasta el 45% para quien gane más de 250.000 Euros al año). Los Verdes son más «sociales» y quieren cobrarle ese 45% a todo aquel que gane más de 70.000 Euros al año. Las voces de algunos expertos de ambos partidos recordando que Luxemburgo y Suiza están al lado, que las inversiones inmobiliarias en el sur de Europa son un gran negocio y que quien tiene dinero prefiere ponerlo a producir en Polonia creando puestos de trabajo allí antes que pagando impuestos aquí, quedaron ahogadas en el gran aplauso generado por las prometidas ayudas a las familias (que nadie explica cómo se van a pagar) y la «frase SPD» de la campaña: «los planes fiscales del CDU son antisociales».

Los chicos de Oskar Lafontaine: éstos son los progres «de verdad», así que las propuestas son «progres de verdad». A los ricos más impuestos (no dicen cuánto) y a los pobres menos impuestos (no dicen cuándo). Eso sí: el sueldo mínimo interprofesional, por ley, 1.400 Euros; la enseñanza superior y las guarderías gratis; todo ello financiado con sucesivas subidas de impuestos a las rentas más altas. La «frase Lafontaine» de la campaña: «La caída de los regímenes socialistas no ha sido una victoria del capitalismo. Simplemente, el capitalismo es lo que ha quedado después.»

Liberales y CDU: Los liberales del FDP han pensado en un modelo muy próximo al que se le suponía al CDU: tres tramos impositivos del 15%, el 25% y el 35%. Tal vez no llegaron nuca a imaginar la sorpresa que les tenía preparada Angela Merkel desde su CDU. La candidata, lejos de apoyarse en los «correveidiles» de su partido, se tomó su tiempo para buscar a sus hombres de confianza. Al final un profesor de economía, Paul Kirchhof y un hombre de la empresa, Heinrich von Pierer, jefe de Siemens para quien no le conozca, se han subido al carro de la candidata a Canciller. Y han puesto patas arriba a su partido y a sus socios del FDP.
En el FDP se sienten «adelantados por la derecha» y en el CSU (la rama más conservadora del CDU, los bábaros) se sienten «adelantados por la izquierda». Y a qué viene tal revuelo? Les cuento:
el plan Kirchhof-von Pierer prevee una reforma fiscal paulatina que alcanzará la cumbre en el 2009. La meta: reducir los impuestos sobre la renta al 25% como máximo. Quien gane 10.000 Euros al año o menos no paga. Si tiene hijos puede sumar 8000 Euros por hijo (familia con dos niños, pues: 26.000 Euros al año libres de impuestos). El siguiente tramo es de 5.000 Euros, de los que se pagaría el 60% (es decir, el 15% del total). El siguiente tramo es tambien de 5.000 Euros, por el que se pagaría el 80% (es decir, el 20% del total). A partir de ahí (es decir, a partir de unos ingresos anuales de 36.000 Euros para una familia con dos niños), a todos el 25%. Y ese 25% se aplica no solo a dinero ganado, si no también al capital y bienes (ahora se paga el 37%-42%). Si a ello le añadimos que planean retirar todas las subvenciones y causas de desgravación fiscal (todas, han oído bien) y que el alemán medio ronda los 33.000 Euros al año estamos ante una «flat-tax» casi perfecta.

La «frase Kirchhof» de la campaña: «Si planteamos en abstracto que la secretaria y el jefe van a pagar ambos el 25 por ciento de impuestos, podemos pensar que estamos generando una situacion socialmente injusta. Lo que le tenemos que explicar a la gente es la verdad: quien, como la secretaria, gana 30.000 Euro al año, pagará como máximo 2.000 Euros a las arcas del Estado. Su jefe, que gana un millón de Euros, deberá pagar 250.000 Euros de impuestos. A que ya no le parece injusto?»