La píldora del día después

Leo en A vuelapluma un interesante artículo sobre la píldora del día después. Al parecer, sigue siendo más interesante la educación sexual que las soluciones fáciles. Tal y como yo siempre supuse.

Para el vicepresidente de la Sociedad Española de Ginecología y jefe del Servicio de Ginecología del hospital San Juan de Dios de Barcelona, José María Lailla, la solución para evitar el consumo abusivo de la píldora postcoital pasa por mejorar la educación sexual en España.

El artículo completo aquí.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

Artículos: 3201

9 comentarios

  1. Si, Manu, si.

    Ahora va a resultar que los inocentes angelitos que no usan condon, pero si la pildora del día después, son todos católicos, pero claro, se reprimen porque la Iglesia les reprime y prefieren ir a lo mayor, el aborto preventivo.

    Las tonterías que hay que leer.

  2. No deja de ser paradójico en concepto de libertad que tiene la izquierda. Ahora mismo en España se puede utilizar el asesinato como método de planificación familiar (quizá no es el caso de la píldora del día después, pero leí en una estadística que el 25 % de las mujeres que abortaron el año pasado ya habían abortado al menos otra vez) y sin embargo me prohíben comprarme unos zapatos un domingo. De verdad que no lo entiendo.

  3. ¡Pero si lo de las pastillas me parece fatal! Que no hagan falta, eso digo.

  4. Estoy de acuerdo contigo, Dogson. Lo que ocurre es que debido a mi «deformación profesional» soy bastante enemigo de dar pastillas así como así. Información, educación, acompañamiento, creo que son medidas muy efectivas. Y cuanto antes mejor.

  5. Pues no sé si estoy de acuerdo. Desde luego, la educación sexual tal como la entienden en los insitutos, desde luego que de ninguna manera.

    Vengo haciendo una consideración que, me temo, hay quien se toma en broma. Tiene algo de jocoso, lo reconozco, pero no le veo el más mínimo fallo. A los niños se les enseña a leer para que usen la habilidad inmediatamente. Naturalmente, leen mal hasta que cogen práctica. Se les enseñan las operaciones matemáticas sencillas para que las usen inmediatamente en sus cálculos. Hacen mal los cálculos hasta que pasan unos años. El casa se les enseña a ser cariñosos para que lo sean con sus amigos y sepan relacionarse con normalidad. Empiezan con líos increíbles hasta que adquieren práctica. Pues bien, se les mete en el asunto de la educación sexual y se pretende que se esperen unos años a las prácticas. Evidentemente, las usan inmediatamente, mal.

    Con sinceridad, hay más analogías de la educación sexual con temas menos controvertidos o «sensibles» que este y que se dejan fuera de la escuela y el instituto. No sé por qué se les tiene que enseñar en la escuela y el colegio nada más que lo más genérico, sin complejos pero sin meterse en enseñar los detalles de algo que no sé si corresponde a los profesores enseñar dado el componente afectivo tan importante que tiene. Yo evitaría que se «enteraran por un amigo» y muy poco más. «Cuando crezcas te iré diciendo», que pasa con tantos temas, digamos, neutros.

Los comentarios están cerrados.