Manipulación informativa en la ARD

Acabo de ver, mientras tomaba un café en la cantina, un reportaje en la ARD (primera caden de TV alemana) en el que se mostraba la declaración de un soldado americano en Irak: «Cuando se acerca un niño con un Kalaschnikow en la mano disparo contra él«.
Entonces han puesto un corte con imágenes de una operación policial nocturna en Irak: un grupo de soldados americanos llaman a una puerta, la puerta se abre, los habitantes de la casa salen con las manos arriba y algunos de ellos son llevados para ser interrogados.

En el centro del repotaje, una mujer iraquí llora a los hombres recién detenidos. Y la moderadora del programa se lamenta y llora con ella. Su comentario sugestivo: «quién sabe, cuando volverán a casa estos hombres.» Y para terminar el comentario de la presentadora Tina Hasselt: «realmente atroz es, con cuánta sangre fría nos habla el soldado de matar incluso niños.»

Manipulación.

1. Sra. Hasselt, qué haría usted si en medio de una guerra un niño le apuntase con un Kalaschnikow? Buscaría en las páginas amarillas el teléfono de un asistente social?

2. Los hombres de los que no se sabe cuándo volverán a casa. Pues si resultó que eran inocentes, tal vez a la mañana siguiente. Un periodista serio habría investigado el caso y nos lo hubiese contado. Los propagandistas no necesitan hacerlo, claro.

3. Las mujeres en la escena de la detención no parecen especialmente afectadas. Es muy probable que incluso en un estado de derecho como el nuestro una esposa se mostrase preocupada por la detención de su marido y más si esta ocurriese de noche y por sospecha de terrorismo.

Yo creía que estas cosas sólo pasaban en el imperio PRISA y Tele5, pero ya veo que se trata de una epidemia altamente virulenta que se extiende por Europa cual peste medieval.

Luis I. Gómez
Luis I. Gómez

Si conseguimos actuar, pensar, sentir y querer ser quien soñamos ser habremos dado el primer paso de nuestra personal “guerra de autodeterminación”. Por esto es importante ser uno mismo quien cuide y atienda las propias necesidades. No limitarse a sentir los beneficios de la libertad, sino llenar los días de gestos que nos permitan experimentarla con otras personas.

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